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Se escuchó el cántico del primer premio de la Lotería de Navidad en el Teatro Real de Madrid y posteriormente en el salón de la vivienda de Palencia de la enfermera Sandra Martín. «Setenta y dos mil cuatrocientos ochenta. Cuatro millones de euros». Mientras los niños de San Ildefonso sujetaban la pequeña bola recién sacada del bombo ganador, con mano temblorosa y una sonrisa inmensa ante las cámaras, una pelota de corcho blanca, con la cifra ganadora escrita en rotulador, recreaba este mismo momento en Palencia, ante un móvil que inmortalizaba el momento.
«Lo hacemos todos los años, es nuestra tradición», reconocían Sandra Martín y Fer Herrero, horas más tarde, mientras tomaban el vermut portando unos globos de Soflis Balloons, que simulaban ser los bombos y las bolas con los números, y con unos trajes como los que cantaban la lotería.
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Sandra Martín afirmaba que desde pequeña veía con sus padres el sorteo de la Lotería de Navidad todos los 22 de diciembre y se decidió a hacerlo con sus amigos. Lo que nació como una imitación cómica, se convirtió en una tradición que recrean año tras año y ya superan la docena.
«Nos pedimos todos el día para estar juntos desde primera hora y antes mis amigos vivían en Murcia y venían desde allí cada 22 de diciembre para nuestra fiesta particular», relató Sandra Martín. «Es una tradición que nos encanta», agregó.
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