El Banco de Alimentos se aferra a la última campaña del año para ayudar a las familias

La demanda no ha dejado de crecer desde la irrupción de la pandemia y la cifra de necesidad asciende a 3.335 usuarios de la capital y la provincia distribuidos en 650 familias. Y paralelamente, las donaciones de particulares y empresas se han reducido cerca de un 40% desde primavera. «No hay casi donativos porque está todo muy mal. Es normal porque todo supone mucho esfuerzo», reconoce.

La gran recogida en Castilla y León continúa este año con donaciones económicas, que se podrán efectuar en las cajas de los supermercados desde el 25 de noviembre al 6 de diciembre. «Podemos organizar todo mejor con los donativos, porque ahora, por ejemplo, no tengo ni una gota de aceite. Y también necesito legumbres para platos de cuchara para el invierno», explica. Antes de la llegada de la covid, esta campaña consistía en la entrega física de productos básicos en superficies comerciales, y algunas comunidades van a volver a habilitarlo, pero todos los Bancos de Alimentos de Castilla y León han decidido que sea a través de donativos económicos, ya que consideran que les beneficia para su organización. El dinero recaudado permanece en los supermercados y las asociaciones van haciendo uso del mismo y comprando los productos que van necesitando a demanda.

El año pasado se recaudaron en estas fechas más de 16.000 euros, una cifra importante para poder ayudar a las familias que lo necesitan. A la gran recogida se unen, suelen hacerlo todos los años, las donaciones de empresas o de colegios que también dan un poco de oxígeno en forma de ayuda a una delicada situación.

La única recogida física que se va a llevar a cabo esta campaña tendrá lugar solo dos días (25 y 26 de noviembre) en el supermercado Agropal de la calle Francia. Además, el Banco de Alimentos de Palencia tiene habilitada una cuenta para poder realizar donaciones 'on-line' durante todo el año (ES81 2100 1258 8202 0019 7625).

La asociación siempre incluye en el pedido de finales de año algún dulce típico de Navidad siempre que es posible. «Un poco de turrón o algunos polvorones, por lo menos. Se me parte el alma al pensar que no tengan nada de eso», concluye Rosa Ortega.