![El Bachillerato Internacional cumple 10 años con más demanda desde Ciencias Sociales](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/02/04/bachillerInternManriquel06-kpmB-U21014302683588J-1200x840@El%20Norte.jpg)
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Carmen Aguado
Palencia
Domingo, 4 de febrero 2024, 11:27
Una década y más de cien alumnos después, el instituto Jorge Manrique de la capital se prepara para celebrar la graduación de su décima promoción del Bachillerato Internacional. Una verdadera joya para el centro, pero también para la oferta educativa con la que cuenta ... Palencia y que sitúa esta modalidad a la altura de las que se imparten en centros fuera de España.
El Bachillerato Internacional nació en Palencia con el objetivo de cubrir las necesidades que presentaba un porcentaje importante del alumnado en busca de un plus en este último ciclo educativo. De esta forma, la ciudad incorporó esta modalidad junto con otras cuatro provincias de la región.
Desde entonces, por este bachillerato han pasado más de doscientos alumnos en las tres modalidades que ofrece: Ciencias Sociales, Ciencias de la Salud y Científico Tecnológico. Aunque el primero apenas era demandado en los primeros años, se ha afianzado como uno de los más solicitados, por encima de las otras dos opciones.
Arturo Polanco
Director del Instituto Jorge Manrique
De hecho, en opinión del director del centro, Arturo Polanco, y del director del Bachillerato Internacional, Miguel Ángel Arconada, esta modalidad es la más indicada para cursar estos dos cursos de excelencia. «La opción de Ciencias Sociales me parece la más idónea. Les abre mucho el concepto de mentalidad internacional», sostiene Arconada.
Miguel Ángel Arconada
Coordinador del Bachillerato Internacional
La inserción de estos alumnos fuera de España es también muy importante, de hecho, la mayoría de las jóvenes que se decantan por las Ciencias Sociales terminan estudiando el grado universitario fuera del país, sobre todo, en centros europeos con clara vocación internacional. «A todos ellos les ayuda mucho haber cursado este diploma», afirma Polanco.
El balance de estos diez años es más que positivo, tanto para el centro como para todos los que han formado parte de este diploma internacional, profesorado y alumnos. El Bachillerato Internacional está considerado por el instituto como su verdadera joya. No por ser una educación elitista, como se ha podido pensar, sino por todo lo contrario, dando una oferta pública que iguala a todos los alumnos.
«Es algo que hay que poner en valor. Está creciendo en todo el mundo y es una suerte que lo tengamos aquí y que esté ya consolidado. Muchas familias han traído a su primer hijo, después al segundo, o a un amigo, lo que viene a ser nuestra mejor garantía», explica el director de este Bachillerato Internacional.
El centro asegura que se trata de otra forma de atender la diversidad del alumnado, al igual que una parte de él necesita medidas especiales para poder llegar a aprobar, otros muchos también necesitan un plus que poder sumar a sus estudios. «Es correcto que la oferta pública pueda ofrecerlo», agrega Arconada.
El hecho de dar servicio tanto a una atención que tiende a mínimos como a máximos ha sido la preocupación de este centro que agradece a la Junta de Castilla y León la apuesta que se hizo hace más de diez años, económica y logística, por ponerlo en marcha en una ciudad como Palencia. «Dentro de la sociedad palentina ya se ha normalizado esta oferta, se han caído muchos mitos», afirma Polanco.
Mitos como que se oferta en inglés o que está destinado solo a alumnos brillantes. Para poder cursarlo, defienden desde el centro, solo se necesita contar con interés y motivación por aprender más allá de los estándares habituales. Contar con un espíritu crítico y con ganas de aprender son los únicos requisitos que deben cumplir los jóvenes que se inscriban.
Las familias que han vivido esta experiencia aseguran una vez acabado el ciclo que se trata de dos años muy intensos pero que en cualquier caso merecen la pena. La evolución de los jóvenes desde que comienzan primero hasta que acaban segundo es verdaderamente espectacular, sostienen los profesores. «El crecimiento es exponencial y este no se logra, desgraciadamente, con las técnicas y la metodología del bachillerato internacional. No tiene nada que ver, les ayuda a crecer, fortalecer y madurar a una velocidad distinta a la del resto de chavales, y es obvio. Incluso ellos se dan cuenta, vienen y te confiesan lo mucho que les ha servido después en la universidad», destaca el director del centro.
La principal diferencia de un bachillerato y otro radica en una menor ratio de alumnos, lo que garantiza una mejor y más individualizada atención del profesorado además de una metodología de aprendizaje diferente. Un mayor porcentaje de autonomía, no solo se trata de memorizar, sino que se dan herramientas para adquirir las destrezas necesarias.
También destaca una mayor capacidad critica para resolver nuevas situaciones de aprendizaje, un gran fomento de la expresión oral y escrita. De igual forma, es esencial que los alumnos sean capaces de organizarse ya que se trata de estudios muy exigentes. Destrezas que los alumnos consiguen desarrollar y que después les sirve en su posterior vida universitaria.
«Por un lado, tienen una gran capacidad para argumentar. Lo de menos es que memoricen, se valora mucho la argumentación en cualquier aspecto de la vida. Y segundo, son alumnos críticos que empiezan a darse cuenta de que no son manipulables o tienen técnicas para no resultar manipulables. Consultan varias fuentes y varios medios de comunicación. Herramientas necesarias para tener conciencia de que, quizá, el poder les manipula», sostiene Arturo Polanco.
La relación cercana con los profesores es una de las claves de la calidad en la educación, defienden desde el centro. Una bajada de la ratio provoca una mejora de la enseñanza y así se demuestra en este bachillerato en el que hay un máximo de veinte alumnos en las asignaturas comunes y seis o siete en las específicas.
Relación más estrecha
Este mismo ciclo es el que se oferta en cantidad de centros privados por precios que oscilan entre los 800 y los 2.000 euros mensuales. De hecho, es el mismo Bachillerato que cursó la Princesa Leonor en Gales y que ahora está estudiando su hermana la Infanta Sofía. Lo que pone de relieve la importancia de poder contar con una titulación como esta en Palencia.
«Ambas dos se han ido fuera de España a cursarlo, pero perfectamente podían haberlo hecho en el Jorge Manrique. Lo que se han encontrado allí es lo mismo que estamos ofertando aquí. Han hecho el mismo examen, se realiza el mismo día y a la misma hora en todo el mundo por lo que las condiciones son exactamente las mismas», destaca Miguel Ángel Arconada.
La única modalidad con la que no cuenta, de momento, este bachillerato es la de Humanidades, que no se ha podido ofertar por falta de interés de los alumnos. El motivo, según sostiene el director del instituto, puede responder a no considerar que estén suficientemente preparados para algunas de estas asignaturas o que la sociedad les hace ir por otro lado.
En su defensa, Arturo Polanco considera que las salidas profesionales de las carreras son cíclicas ya que algunas tienen en determinados momentos más y en otros menos. De hecho, en este mismo centro se encuentran con dificultad para poder encontrar profesores de latín o griego ya que apenas hay.
«Estamos corriendo un tremendo peligro de deshumanizarnos. Si esto pasa, perdemos la esencia humana. La tecnología está para servir al hombre, no al revés. Me parece un riesgo tremendo. Ahora mismo, no tenemos profesores de muchas asignaturas porque son carreras poco demandadas y que tendrían salidas profesionales inmediatas», defiende Arturo Polanco.
En este bachillerato, además de formar grandes profesionales, también se quiere educar ciudadanos con una visión global de la persona como eje principal. De hecho, todos los alumnos necesitan haber superado un voluntariado realizado en cualquiera de las entidades palentinas que les terminan marcando y que en muchos casos continúan también después.
El perfil de los alumnos no ha variado, aunque en estos diez años se ha percibido una evolución que ha ido en consonancia con la propia sociedad. «Es falso que la juventud esté desmotivada. Los chavales tienen interés y quieren aprender, en menor o mayor medida. Hay muchos estereotipos que calan en la sociedad y que son falsos», denuncia el director del Jorge Manrique.
Toda una historia en la que los alumnos son protagonistas, pero el equipo de profesores también lo es. Para poder entrar como docente de este diploma se necesita una formación específica que exige un reciclaje continuo, además de los cursos obligatorios. Todos ellos necesitan estar a la altura de lo que los jóvenes demandan. Un esfuerzo que ponen en valor el trabajo de estos catorce educadores.
Cada año, el Bachillerato Internacional cuenta no solo con alumnos de la capital sino también de la provincia y de fuera de esta. Un sobreesfuerzo para chicos de entre dieciséis y dieciocho años que, en el caso de venir desde Valladolid, tienen que sumar el tiempo extra que tardan en llegar hasta este instituto.
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