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Que se cumpla el convenio. Es lo que ha determinado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, al que la Diputación recurrió en 2019 para exigir el cumplimiento íntegro del convenio expropiatorio de la calle Jardines. Así, y aunque la sentencia aún ... no es firme (cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo), el Ayuntamiento de Palencia deberá compensar con 25 millones de euros a la Diputación. El alcalde de Palencia, Mario Simón, y la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, han comparecido esta mañana en la institución provincial para dar cuenta del fallo y para insistir en que la negociación entre ambas instituciones ha sido larga, «siempre con la voluntar de dar una solución al problema y de no perjudicar los intereses de ambas administraciones ni de los palentinos».
También han adelantado que estudiarán la forma de compensar esos 25 millones, que pueden ser en forma de terrenos o solares.
Cumplir íntegramente el convenio, con todas las cláusulas que incluye, supone que el Ayuntamiento debe pagar a la Diputación de Palencia alrededor de 25 millones de euros, como compensación por los terrenos expropiados y las cesiones urbanísticas complementarias, términos valorados algo más de 19 millones de euros, a los que hay que sumar otros seis millones correspondientes a los intereses acumulados desde el año 2010, cuando se firmó el convenio tras desistir del litigio que las dos entidades mantenían al no estar de acuerdo con el justiprecio establecido por la Comisión Territorial de Valoración el 19 de octubre de 2007.
Este proceso se inició en septiembre del año 2005 con la solicitud de expropiación por parte de la Diputación Provincial de dos parcelas de su propiedad que el PGOU de 1992 destinaba a dotaciones locales, y continuó con la decisión de la Comisión Territorial de Valoración, que determinó que el valor de esos terrenos era de 17,4 millones de euros, recurrida por las dos partes al entender que dicha cuantía no se correspondía con el valor real.
Ambas decidieron desistir de dichos recursos (12 de abril y 20 de mayo de 2010, respectivamente) para intentar ponerse de acuerdo en la solución. Fruto de dicha negociación, el 1 de octubre de 2010, el Ayuntamiento, presidido por Heliodoro Gallego, y la Diputación, encabezada por Enrique Martín, firman un convenio expropiatorio y urbanístico, que deriva en este problema judicializado dada la imposibilidad de cumplir con las cláusulas establecidas en dicho documento en base a la legislación urbanística vigente, que no es otra que la del PGOU de 2008, y a pesar de haber intentado buscar posibles alternativas para su ejecución.
Esta elevada cantidad económica se debe al coste de expropiación del terreno necesario para completar el trazado de la calle Jardines y al resto de la operación urbanística que se incluía en el convenio. Si se hubiese cumplido tal y como se estableció en el año 2010, el Ayuntamiento, además del terreno de la calle Jardines, ocuparía parte de otra parcela para unir dos calles en pleno barrio de Santiago y también recibiría la titularidad de las instalaciones deportivas de la zona de San Telmo.
Por su parte, la Diputación, propietaria de todos esos solares y equipamientos se beneficiaría de una recalificación urbanística, con un aumento de la edificabilidad, que le permitiría obtener unas ganancias de cerca de 20 millones de euros. Sin embargo, la normativa urbanística y el Plan General de Ordenación Urbana de Palencia impiden esa operación, con lo que lo único que se ha cumplido del convenio es la parte relativa a la ocupación del terreno para prolongar la calle Jardines.
El Ayuntamiento planteaba que solo debería pagar la compensación por el terreno ocupado de la calle Jardines (algo más de 2,5 millones de euros), dado que no se ha llevado a cabo ninguna otra cláusula del convenio y la Diputación ha reclamado el cumplimiento íntegro del convenio.
Esto ha llevado a que durante años se hayan venido firmando prórrogas para dilatar la ejecución, con lo que también han aumentado los intereses y de esos 19 millones iniciales, se ha llegado en estos momentos a una deuda de 25, que es la que exigía la Diputación y por lo que recurrió al TSJ. Por su parte, el Ayuntamiento no estaba dispuesto a pagar, argumentando que el convenio es nulo –aunque también el argumento fue desestimado por el Consejo Consultivo de Castilla y León–.
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