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Hacía siete años que no se anudaba una cuerda a los pitones de un toro en Astudillo. Desde la prohibición judicial y la salida del registro de espectáculos tradicionales de la Junta. Desde entonces, todos los astados se ha corrido libremente por las calles de Astudillo, sin mozos que los guiasen tirando de la soga. Pero en estas fiestas de la Santa Cruz de 2024, la maroma ha vuelto al recorrido taurino de la localidad palentina, aunque no era un verdadero toro al que se le ha colocado la maroma en la testud, sino un carretón de entrenamiento, como el que usan los novilleros, que ha recorrido las calles de Astudillo guiado por unos mozos muy especiales, que han podido vivir, aunque de un modo mucho más tibio y sin riesgo, las emociones que hasta 2018 sentían los jóvenes de la localidad con su todavía hoy toro enmaromado.
Porque si de algo presume Astudillo es de su afición taurina, que no se hundió hace siete años, cuando se tuvo que abandonar el modo tradicional de celebrar su fiesta, sino que incluso ha ido creciendo con el paso de los años, como lo atestigua la ingente cantidad de personas que ha disfrutado este lunes de la celebración del Toro del Pueblo, un encierro que cumple su quinta edición (no pudo celebrarse por la pandemia en 2020 y 2021) y que este año ha tenido como protagonista a uno de los astados de mayor envergadura de cuantos se han visto en Astudillo, aunque finalmente ha tenido poco recorrido, lo que ha disgustado a muchos de los asistentes.
El encierro de este lunes se ha desarrollado sin ningún tipo de incidente, a pesar de la imponente presencia del toro. Pero como el animal ha mantenido un comportamiento noble y de poco movimiento, numerosos jóvenes se han animado a participar en el festejo. Y así, la mayor parte del recorrido ha podido verse una vez más lleno de vecinos y visitantes, como también lo había estado la tarde anterior, el domingo, día 15, cuando se celebró un encierro de bueyes, cuya mansedumbre animó a decenas de pequeños a sumarse al festejo y a recorrer las calles junto a los animales. «En Astudillo tenemos buena afición y hay que fomentarla también entre los más pequeños, para que perdure», manifestó el alcalde, Luis Santos, quien se mostraba además especialmente satisfecho del ambiente en el que se ha vivido este quinto encierro del Toro del Pueblo. «Yo no he visto el pueblo tan lleno como estaba hoy. Es una maravilla, y además todo se ha desarrollado sin incidentes, con la gente que se ha controlado mucho. Estoy muy satisfecho», recalcaba el alcalde.
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