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Dos jóvenes tuvieron que ser atendidos este miércoles por los servicios sanitarios durante el encierro del denominado Toro del Pueblo de Astudillo. Uno de ellos recibió un varetazo y un puntazo en la zona del abdomen, por lo que tuvo que ser trasladado en ambulancia ... hasta el Hospital Río Carrión, aunque en principio su estado no revestía gravedad y pudo acercarse hasta la zona en la que se encontraban los médicos por su propio pie, ayudado por los mozos de la organización. El otro joven tan solo recibió un golpe y apenas precisó de atención sanitaria, aunque el susto fue mayúsculo, ya que uno de los pitones del astado le destrozó los pantalones vaqueros y los calzoncillos, enganchándole posteriormente del cinturón de cuero. Las manos milagrosas de las personas que se encontraban detrás, que tiraron del joven con fuerza, consiguieron liberarlo y pudo evitar la cornada, a pesar de encontrarse detrás incluso de los barrotes de una de las talanqueras.
El encierro del Toro del Pueblo sustituyó en 2018 al tradicional toro enmaromado, que fue prohibido por la Junta de Castilla y León. El festejo de ayer fue el tercero que se celebra bajo este nuevo formato (no se programó ni en 2020 ni en 2021 debido a la pandemia), por lo que todavía pesa con fuerza en el sentimiento de los astudillanos el anterior modelo de correr al toro sujeto con una maroma atada a los cuernos. «Antes era mucho más bonito. No tiene nada que ver», aseguraba una vecina que, además, insistía en que era un tipo de festejo mucho más seguro para los corredores.
Opinión esta generalizada entre los vecinos, como corroboraba durante la tarde de ayer el propio alcalde, Luis Santos, quien explicaba que cuando el encierro se celebraba con maroma no se producían accidentes como los que se vivieron en la tarde de ayer.
Porque los sobresaltos no se limitaron a los que tuvieron como protagonistas los dos jóvenes atendidos por los servicios médicos. Ya en la primera salida del toro, cuando el animal alcanzó el punto final del recorrido, un fuerte derrote contra uno de los postes de una talanquera provocó que la cabeza del animal se colase entre los barrotes, con lo que el toro pudo burlar la primera barrera de seguridad, aunque fue frenado por el doble vallado. De esta forma, el animal quedó durante unos minutos encajonado entre las dos talanqueras.
Esta situación provocó un enorme revuelo entre los corredores, puesto que muchos comenzaron a extender el rumor de que el animal había logrado escapar de la zona cercada, con lo que las carreras para resguardarse empezaron a sucederse por todas la calles del municipio. Sin embargo, el toro seguía encajonado en un pequeño espacio entre las dos vallas y no llegó a escaparse en ningún momento.
A los pocos minutos, el toro tras embestir repetidamente contra los barrotes logró de nuevo colar la cabeza y con gran esfuerzo consiguió regresar al recorrido acotado, volviendo la normalidad al encierro, que fue parado por la organización durante unos minutos, tras el regreso del animal a la plaza, hasta que se consiguieron reparar los daños que había provocado en los postes.
La tarde estuvo además marcada por la lluvia, que se dejó sentir en diferentes momentos, pero no llegó a afectar al desarrollo del festejo. Mucho más problemática resultó el día anterior, cuando descargó un fuerte aguacero durante el encierro con novillos y parte del recorrido parecía un canal, con lo que la tímida lluvia de ayer no pudo nada contra las gradas de disfrutar de los astudillanos.
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