«Siempre hemos tenido la esperanza de encontrarlas», reconoce el alcalde de Astudillo, Luis Santos. Se refiere a las tallas de los cuatro evangelistas, atribuidos al escultor Gil de Siloé, que fueron robadas la noche del 17 al 18 de agosto de 1979 en ... la iglesia de Santa Eugenia de la localidad palentina. Junto a las cuatro esculturas de madera policromada de principios del siglo XVI, situadas en la predela del retablo mayor, fueron sustraídas también algunas figuras de los apóstoles del guardapolvos y un incensario de plata. «Ha sido una sorpresa. Y cuando nos enteramos, no se comentaba otra cosa aquí y todos los vecinos hablaban de ello», señala el edil, quien aún recuerda «el disgusto terrible que hubo en el pueblo cuando fueron robadas hace 43 años».
Publicidad
Aquel 18 de agosto de 1979, el entonces párroco José Antonio Martínez al darse cuenta del hurto que había sufrido la iglesia de Santa Eugenia comunicó el robo al delegado diocesano de patrimonio, Ángel Sancho Campo, por aquel entonces, quien procedió a poner la denuncia en Palencia, mientras que el sacerdote de Astudillo lo hizo ante la Guardia Civil en el propio municipio.
«Espero que cuando le den el tratamiento que necesita y la restauren, vuelva a su sitio», afirma Luis Santos, que, al igual que el resto de vecinos, desea ver a San Lucas de nuevo en la predela del retablo mayor de Santa Eugenia, espacio que desde entonces ha permanecido vacío, a la espera de poder recuperar los evangelistas y que vuelvan a su lugar.
Las frases
José Luis Calvo, Patrimonio
Luis Santos, alcalde de Astudillo
El evangelista recuperado que se atribuye a Gil de Siloé permanece en Italia, donde fue localizada en una subasta por la Guardia Civil. «Identifican la pieza ahora en Italia y dan una Euroorden para que se quede intervenida hasta que se aclaren las cosas. El Gobierno de España tiene que solicitar que esta pieza se devuelva al país», advierte el delegado diocesano de Patrimonio, José Luis Calvo.
Publicidad
«Pero, como esta obra ha salido de la nación, ya no vuelve a ser propiedad de Astudillo, que lo fue, sino del Estado. Será posteriormente la Diócesis de Palencia la que tenga que reclamar al Estado que la devuelvan a Astudillo, pero hay que esperar que llegue a España y que sea depositada en un museo nacional», continúa, explicando el lento y largo proceso.
Si la talla de San Lucas retorna a Santa Eugenia será en depósito –que se irá renovando con los años– porque ya no es propiedad de Astudillo. Y para que eso se pueda lograr, la Diócesis de Palencia se compromete a que tenga unas condiciones de seguridad. «La talla recuperada es de la Escuela de Gil de Siloé y es una obra muy importante. Para el patrimonio palentino es una gran noticia», admite José Luis Calvo.
Publicidad
Gil de Siloé es la máxima figura de la escultura hispánica del siglo XV y su trabajo está documentado entre 1486 y 1503. Aunque se cree que nació en Orleans o en Amberes (en ocasiones se le menciona como Gil de Amberes), se estableció en Burgos y trabajó siempre en España, por lo que es considerado un artista español. Las piezas robadas se atribuyen directamente a Gil de Siloé o a su escuela.
Este robo, al igual que otros muchos cometidos en la provincia y en otras zonas de España, se le achaca a René Alphonse van den Berghe, conocido 'Erik el Belga', el mayor ladrón de arte sacro del siglo XX. Nacido en Nivelles, Bélgica, en 1940, llevó a cabo más de 6.000 robos ente los años sesenta y ochenta. No solo se dedicó a robar piezas religiosas, antes había estudiado Proyección Lineal, Arte y Pintura en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad y trabajó como restaurador, pintor y hasta anticuario.
Publicidad
Se entregó en 1982 y en la prisión Modelo de Barcelona llegó a un acuerdo para lograr su libertad a cambio de ayudar en la recuperación de obras robadas. Murió en Málaga en 2020. «Se le atribuyen a 'Erik el Belga' los robos de los evangelistas de Astudillo, pero no se sabe quién los robó», argumenta José Luis Calvo.
El municipio de Astudillo ha sufrido más hurtos y también más finales felices con la recuperación de las piezas. También en 1979, aunque en un robo distinto a los evangelistas, fue sustraída de la Ermita del Santo Cristo de Torre Marte la tabla policromada de Cristo Resucitado de Juan de Borgoña del siglo XVI, que apareció en Zaragoza el 6 de noviembre de 2017. En esta ocasión, como la obra de arte sacro no había sido encontrada en el extranjero, seguía perteneciendo a Astudillo. «Son casos distintos que con el evangelista San Lucas, porque la tabla no salió de España, ya que estaba en Zaragoza», explica José Luis Calvo, sobre la pintura que actualmente descansa en la iglesia de Santa Eugenia. «Seguía siendo propiedad de la iglesia y lo reclamó la Diócesis, consiguiendo la devolución», agrega el delegado diocesano de Patrimonio.
Publicidad
Otro hurto que hubo en la misma ermita fue el Calvario del siglo XV, compuesto por Cristo, la Virgen y San Juan, que fue robado en agosto de 1993 y recuperado en Italia en el año 2000. «El dedo anular del Cristo se rompió con el robo, se encontró al lado de la ermita y se guardó. Y esta pequeña pieza fue clave para recuperar la talla, a la que habían intentado cambiar quitando el policromado, ya que se ajustaba perfectamente a la que se descubrió en Italia», explica el alcalde de Astudillo.
El Cristo, cuya reproducción está de nuevo en Torre Marte, estuvo en el Museo de Escultura de Valladolid, que es estatal, hasta que se dejó en depósito en la iglesia de Santa Eugenia de Astudillo. «Donde se pusieron medidas de seguridad y sistemas de alarma para depositarlo allí», rememora el edil.
Noticia Patrocinada
El arte sacro de la provincia palentina sufrió muchos hurtos en los años setenta y ochenta. «Se robó mucho en aquella época porque no existían todavía las Leyes de Patrimonio en España», reconoce el delegado diocesano de patrimonio, José Luis Calvo. La Ley de Patrimonio Histórico Español se aprobó en 1985 y la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León en el año 2002. «En el momento que hubo leyes, se redujo mucho porque todo eso ya estaba penado» , agrega. Otra razón por la que se han reducido drásticamente los robos de arte sacro de las iglesias rurales es debido a los registros actualizados con todas las piezas. «Cuando se inventarió todo el arte, ya no se podía vender así como así porque estaba todo bien apuntado y descrito. ¿Y para qué se va a robar algo si luego no puede venderse?», se pregunta Calvo. Reconoce que ha habido muchos hurtos en la Diócesis de Palencia. «Ha habido muchos casos de obras de arte sacro robado y luego recuperadas. Yo creo que el más destacable fue el robo de las seis tablas de Santa Eulalia en Paredes de Nava», afirma. Las seis pinturas del artista renacentista Pedro de Berruguete fueron robadas en noviembre de 1979 y recuperadas un mes después en la localidad madrileña de Parla.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.