Jesús garcía-prieto
Palencia
Viernes, 12 de julio 2019, 13:12
El sindicato agrario Asaja denunció hoy en rueda de prensa la situación de abandono e indefensión del sector por parte de las instituciones. Un problema que según el presidente provincial, Honorato Meneses, llevan denunciando desde finales del pasado año. «Las instituciones nos tachan de ... alarmistas después de ponernos en contacto con ellos. Desde el año 2007 el ITACyl y la Junta de Castilla y León, han encargado grupos de seguimiento, varios estudios, e incluso se contrató a un biólogo y en estos doce años no han sabido explicarnos el porqué los topillos aparecen y desaparecen en las diferentes zonas. Hasta el momento no ha habido ningún resultado por parte de la administración», afirmó Meneses.
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Asimismo, desde el sindicato denuncian el problema sanitario que se está creando y estiman en 18 millones de euros el daño causado por la plaga de topillos, un problema que 'crece día tras día'. «Muchos de estos daños se han camuflado porque en estas zonas ha habido muchos partes de siniestro por sequía», subrayó el presidente del sindicato agrario, que también destacó que el problema se está a extendiendo a zonas del Cerrato en las que no se había dado esta situación hasta la fecha. De igual manera, el máximo dirigente de ASAJA en la provincia, señaló la existencia de un seguro, pero con una franquicia del 20% por fauna. «La mayoría de los agricultores no podrá cobrarlo a no ser que el siniestro sea casi del 100%», afirmó.
Para Asaja, la Junta de Castilla y León está impotente ante esta plaga y ha querido responsabilizar a los agricultores señalando que la epidemia es debida a las prácticas desempeñadas. «Procedimientos como el mínimo laboreo, la siembra directa y el exceso de siembra en las distintas superficies que hay en la Tierra de Campos, donde siempre ha habido mucha alfalfa, están poniendo en tela de juicio el modelo de agricultura sostenible que venímos desempeñando», destacó Meneses que destacó cuales son las estrategias que se están llevando a cabo por parte de las instituciones. «Nos dijeron que para controlar la plaga teníamos que remover la tierra y la lucha biológica».
Un año que no ha acompañado climatológicamente, en el que la sequía de los últimos meses ha retrasado las siembras y en el que más terrenos se han arado en los últimos 20 años. «Las parcelas que se han arado están plagadas de topillos», afirmó el presidente. «Las medidas que nos han propuesto desde la Junta han sido insuficientes este año». En cuanto a la lucha biológica y el fomento de las aves rapaces en el medio rural, el presidente del sindicato indicó que «hoy en día en los pueblos hay más águilas, cigüeñas y lechuzas que nunca y esta medida es insuficiente porque la plaga sigue siendo importante». De igual manera Meneses señaló que, «si en las cunetas y los reservorios, que pertenecen a las administraciones, se hubiese hecho limpieza y una quema controlada, hoy en día no tendríamos estos problemas».
En la comparecencia ante los medios, se pudieron escuchar los testimonios de dos agricultores afectados por la plaga de topillos, Eugenio Doyague de Becerril de Campos y César Infante, de Paredes de Nava. Doyague quiso explicar el día a día de su problema . «Vas a regar y te encuentras la acequia llena de topillos. Tenemos que sacarles de allí para que no queden obstruidas las entradas del agua y hay que hacerlo con mascarillas y guantes porque todos los días piensas en si te vas a poner enfermo», resaltó el agricultor.
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Infante por su parte, es un agricultor que sufrió la enfermedad de la tularemia, de la que dice, aún le quedan secuelas. «La enfermedad se puede coger fácilmente y en mi caso fue por culpa del agua de riego», indicó el agricultor que explicó los síntomas de la enfermedad. «Estuve cuatro días con fiebres muy altas de hasta 40º, con malestar en el cuerpo y dolores intensos en las articulaciones, unos síntomas que me han dejado secuelas a día de hoy».
Finalmente, desde el sindicato se tachó de irresponsable la actuación de la Confederación Hidrográfica del Duero ya que «las aguas que estos días han estado infestadas de topillos van a parar al río Carrión y posteriormente a los consumidores», concluyó Meneses.
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Las medidas que exigen a la administración desde Asaja para paliar el problema son la limpieza de los reservorios, la quema controlada de la maleza y que empiece a dar sus frutos los estudios encargados, aunque también consideran que se debería haber actuado antes ante esta problemática.
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