Bodegones de Ángel Cuesta expuestos en la Fundación Díaz-Caneja. A. Quintero

Artistas de Palencia reinterpretan en la Fundación Caneja el bodegón

Trece pintores y fotógrafos muestran sus creaciones en torno a las naturalezas muertas

fernando caballero

Palencia

Miércoles, 24 de octubre 2018, 17:59

El bodegón es uno de los géneros pictóricos más representados en la historia del arte. La exhibición de objetos, especialmente vinculados con la alimentación –productos y contenedores–, pero también con las flores y otros materiales del ámbito doméstico, ha aportado a la creación artística a ... la largo de la historia un motivo que se repite desde hace siglos. El bodegón es un género que permite a los artistas mostrar sus cualidades para la pintura, ya que de él se analiza la composición, las luces –naturales o artificiales–, las sombras, el dibujo, la proporcionalidad, el empleo de pigmentos, en definitiva la capacidad del creador para plasmar en el lienzo una realidad objetiva. Prueba de ello, es que las academias, oficiales y privadas, someten a los alumnos a la prueba del bodegón para conocer su pericia con el pincel.

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El bodegón, también llamado naturaleza muerta por el carácter inerte de los objetos –incluso cuando hay animales, suelen retratarse sin vida–, es el tema monográfico de una exposición en la Fundación Juan Manuel Díaz-Caneja, en la línea de anteriores muestras dedicas a los piratas, los monstruos, el tango…. Estas, además de su carácter temático, son de autoría colectiva. El catálogo está integrado por artistas palentinos habituales en anteriores exposiciones monográficas de la Fundación Díaz-Caneja, aunque ahora figuran nombres de jóvenes, incluidos algunos fotógrafos.

Todos ellos han reinterpretado el bodegón como género pictórico, cada uno en su estilo persona, a su manera de entender el arte, por lo que el resultado es una exposición unitaria dentro de la diversidad, pictórica a la vez que literaria, ya que el orden de los cuadros está salpicado por textos alusivos al tema de Alicia de la Vega, Manuel Bores, Julián Alonso, Luis Javier Pinar, Marcelino García Velasco, Sara Tovar, Jesús Aparicio y Fernando Zamora, que también tiene una obra plástica.

La muestra arranca con un homenaje al fallecido Félix de la Vega, con cuatro bodegones y dos obras que recuerdan la potencia plástica de este pintor, que construyó un universo de personas y objetos –en este caso solo lo último– con un estilo muy personal en el uso del color y la forma. Ángel Cuesta combina planos geométricos, en un perfecto equilibrio entre las líneas recta y curva, con la figuración.

Bodegones de Fernando Palacios. A. Quintero

No falta en esta muestra otro homenaje al pintor que les acoge en su fundación, Juan Manuel Díaz Caneja, del que se ha seleccionado de la colección permanente dos de sus mejores obras, 'El bodegón del obispo' y 'Bodegón'. El itinerario continúa con Fernando Palacios, con sendos cuadros, 'De mar' y 'De tierra', matéricos ambos y que se alejan, aunque solo ligeramente, de la abstracción que le caracteriza.

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Luis Rodríguez se mantiene en la esencialidad de su pintura, con un 'Bodegón musical de Caneja' y el tríptico 'Bodegón erótico cubista', de planos sencillos, colores etéreos y una sutil línea que estructura las obras. Dos fotografías presenta Rubén del Valle, un cargo en una botella y un pez colgado de un anzuelo, piezas con una composición vertical con un acertado tratamiento de la luz.

En la planta baja de la fundación predominan nombres de artistas algo más jóvenes, como Tello de la Vega, que en sus dos cuadros titulados 'Gas y metal' muestra un cúmulo de objetos en un trastero, aparentemente sin orden ni concierto, pero con una composición muy definida. Rosa Alonso presenta dos fotografías de un mismo bodegón. Una tomada a vista de pájaro u otra de perfil. La posición, con otra luz, y el fondo les hacen diferentes. Fernando Berges explosiona sus bodegones con colores vivos y una pincelada potente pero aplicada al modo puntillista.

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Bodegones de Félix de la Vega. A. Quintero

María Sánchez presenta en 'Cactus' y en 'Alacena de verano' dos piezas en las que contrasta el color, desde unos tonos más suaves con una mayor presencia de la línea, a unos pigmentos más potentes. Noelia Báscones ha creado la propuesta más arriesgada con el uso de técnicas mixtas, que incluye el papel, la arpillera, la madera, hilos, cuerdas…, para crear tres piezas que reproducen un mesa sin comensales.

La plasticidad caracteriza las dos fotografías de María Jesús Prieto en torno a un vaso de cristal en cuyo interior aparece una dentadura en uno de ellos y tres muñecas en el otro. La última pieza está cargada de ironía, como no podía ser de otra forma si se tiene en cuenta quién es el autor, Fernando Zamora, que ha creado un bodegón con lepidópteros, un políptico pintado con primacía de la mancha sobre hojas de papel que son apuntes de recuperación de alumnos de una escuela.

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La exposición constituye, en fin, una evidencia de la renovación de los lenguajes plásticos y estéticos para reinterpretar con notable originalidad un tema perenne en la historia del arte, como es el bodegón o naturaleza muerta.

La exposición permancera abierta hasta 28 de octubre en la Fundación Juan Manuel Díaz-Caneja (calle Lope de Vega, 2) en horario de martes a viernes: de 10:00 a 13:30 y de 19:00 a 21:30; sábado, de 12:00 a 14:00 y 19:00 a 21:30; domingos:de 12:00 a 14:00.

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