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fernando caballero
Palencia
Lunes, 11 de junio 2018, 19:35
«Un edificio donde se guardan muchos papeles». Esta es la primera definición de un archivo que llega al gran público. Pero un archivo es mucho más, según lo ha demostrado este lunes con hechos Marta Rafael, facultativa del Archivo Histórico Provincial, en una jornada ... de puertas abiertas celebrada con motivo del Día de los Archivos. La definición más precisa de un archivo es «el conjunto de documentos producidos o recibidos por una administración en el ámbito de su competencia». A partir de ahí, se puede deducir que el Archivo Histórico Provincial de Palencia es una reunión de los archivos de varias administraciones y organismos autónomos.
Los archivos históricos provinciales se crearon por un Decreto de los Ministerios de Gracia y Justicia y de Instrucción Pública y Bellas Artes, de 12 de noviembre de 1931. El primer objetivo era recoger la documentación notarial centenaria que había en las provincias y que no estuvieran alojada y organizada en los colegios notariales. Precisamente, los primeros documentos que entraron fueron los protocolos notariales del partido judicial de Cervera de Pisuerga. Hacienda y Justicia son las administraciones que aportaron los primeros documentos. En 1969, también por decreto, se amplió la recogida de documentación a la administrativa. A partir de 1975, fecha de la muerte de Francisco Franco, comienzan a llegar los documentos de los organismos oficiales de la administración anterior a esa fecha, como la Sección Femenina, y desde la creación la Junta de Castilla y León, los documentos que esta genera.
Marta Rafael desgranó esta historia en su primera intervenc
ión ante una veintena de palentinos interesados en conocer las entrañas del Archivo Histórico Provincial, algunas de ellas venidas desde Aguilar de Campoo.
El Archivo compartió sede en la desaparecida Casa de Cultura –actualmente Fundación Juan Manuel Díaz-Caneja– hasta que se construyó el actual edificio en la calle Niños de Coro, según un proyecto del arquitecto Luis Arranz de 1985.
Los participantes en la visita matutina –hubo otra por la tarde– conocieron la sala de investigadores, donde Marta Rafael les informó que a la documentación histórica tienen derecho a acceder todos los ciudadanos, pero a la que contienen datos personales, solo el interesado, y en el caso de las administraciones, tienen derecho a consultar e incluso a trasladar a sus oficinas la documentación depositada.
La parte más atractiva de la visita fue uno de los depósitos. El Archivo Histórico Provincial ha acumulado documentación que se extiende por 11.000 metros lineales de estanterías. El documento más antiguo está fechado en 1514. Los visitantes pudieron contemplar un ejemplar del Libro del Catastro de la Ensenada, un inventario de la riqueza de los territorios de la Corona de Castilla que se elaboró desde 1749 con el fin de unificar la contribución. También conocieron una fotografía aérea de Otero de Boedo tomada en 1979 por encargo del Catastro, un expediente del Icona (Instituto para la Conservación de la Naturaleza) de Poza de la Vega de 1952.
La visita terminó con una explicación del director del Archivo, Juan José Ruano, sobre el trabajo de recopilación de fotografías antiguas. Ruano detalló que las fotografías constituyen un material muy valioso que «ayuda a comprender aspectos del pasado». Esta explicación se materializó en la donación de 10.000 negativos de los fotógrafos de Ampudia Álvaro de Castro, padre e hijo, parte de los cuales se exponen en el vestíbulo.
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