El apoyo de Vox permite que prosperen las propuestas del PSOE y Ganemos en el Ayuntamiento de Palencia

«La pinza, nos están haciendo la pinza», reprochaba en 1995 el entonces presidente del Gobierno, Felipe González, a los líderes del PP, José María Aznar, y de IU, Julio Anguita. Y esto mismo debió sentir el alcalde de Palencia, Mario Simón, cuando vio que su aliada tradicional, la portavoz de Vox, Sonia Lalanda, votaba no una, ni dos, sino tres en consonancia con los grupos de la oposición izquierdista, en contra de los postulados defendidos por el equipo de gobierno formado por el PP y Ciudadanos.

Fue un pleno inusual, no solo por los resultados de las votaciones, sino porque fue el primero celebrado de forma semipresencial, tras meses de sesiones telemáticas. En el salón, solo el alcalde y los portavoces de los cinco grupos políticos, además del secretario general y la vicesecretaria. El resto de la corporación, desde sus domicilios o sus despachos, con una conexión a través de Internet.

Y así, en las extrañas alianzas del pleno, el apoyo de Vox permitió salir adelante dos cuestiones planteadas por los grupos de izquierda que no gustaron nada al equipo de gobierno. Hastiado, el alcalde, incluso llegó a calificar estas demandas como propuestas poco adecuadas para su debate en los plenos municipales, pero aún así, al haber obtenido trece de los 25 votos, es decir la mayoría absoluta, el equipo de gobierno se ve obligado a tramitar su cumplimiento.

Primero fue la moción de Ganemos para impulsar las condiciones del teletrabajo en la ciudad, con el objetivo final de atraer familias a Palencia desde las grandes ciudades. Vox la recibió con agrado desde el principio, e incluso indicó que el espíritu podría haber estado sacado de su programa electoral. Desde el equipo de gobierno, se recibió como un «brindis al sol», pero el PSOE también prestó su apoyo y logró salir adelante, algo no muy habitual en las mociones de Ganemos.

Después, fueron los socialistas quienes consiguieron el apoyo de Vox y de la portavoz de la plataforma izquierdista para su propuesta de crear una tarjeta que agrupe diferentes servicios municipales y que permita obtener descuentos en función del nivel de renta. El equipo de gobierno consideró que se trata de una propuesta «desfasada, de otra década» y Vox ofreció su apoyo a condición de que no se deban registrar los datos fiscales de los ciudadanos.