«Si apoyamos a las monjas de los conventos, no se darán más casos como el de Belorado»

«Como obispo me preocupa la situación de los monasterios, que es muy volátil, muy frágil, porque nos encontramos con colectivos muy reducidos, entrados en edad, donde las pocas incorporaciones que tenemos son personas de ámbitos culturales muy distintos donde ese engarce y ese empaste es complicado», ha dicho sobre las comunidades de clausura.

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Monseñor Garciandía ha efectuado un planteamiento de futuro, «preventivo, de cómo vamos a estar ahí apoyando a todas estas mujeres que están viviendo de una forma bastante extrema y muy heroica en todo caso, y la reflexión que me hago es que tenemos que acogerlas, vincularlas y apoyarlas desde las parroquias y los ayuntamientos, porque mucha gente vela por ellas, pero en los próximos años va a ser un tema muy importante», ha advertido preocupado por la ausencia de vocaciones. «Esto implica una responsabilidad por parte de la Iglesia, por las mujeres que lo han dado absolutamente todo y que pueden estar en una situación precaria y que van a requerir de la ayuda de todos nosotros. Si lo hacemos así, casos como este que ha explotado se convertirán en algo totalmente imposible», ha argumentado.

En cuando a Pablo de Rojas, el exsacerdote que fue excomulgado en 2019 y la Pía Unión de San Pablo Apóstol, el obispo de Palencia ha subrayado que en la Iglesia católica «la jerarquía tiene un perfil muy público y muy socia para evitar este tipo de problemas, y aquí se ha dado una confluencia desgraciada de factores, que lleva a tener mucho cuidado». Sobre el seminario de vocaciones adultas que tiene en Alar del Rey el grupo que lidera Pablo de Rojas, Mikel Garciandía ha recordado que antes de tomar posesión como obispo, ya el anterior prelado, Manuel Herrero, le informó de que «había ahí una pequeña comunidad ajena a la Iglesia católica, y él para evitar ambigüedades, porque estas personas por su indumentaria y su porte precisamente se hacen fuertes porque pretenden ser mucho más católicas que nadie», emitió una nota en la que informaba a los vecinos de la zona en la que describía que esas personas no pertenecen a la Iglesia católica.

«Con ello no estamos denigrando, solo describiendo que una cosa es la IIglesia católica y otra cosa son colectivos con otras pretensiones. Cuando yo llegué como obispo, el equipo de gobierno de la Diócesis me volvió a recordar este tema y yo confirmé el comunicado para subrayar que estas personas no pertenecen a la Iglesia católica», ha apuntado.