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No son de Palencia, ni siquiera residen aquí. Incluso muchas, no han pisado la capital del Carrión desde hace décadas, desde sus años mozos. Pero hay algo que les une, un amor por la ciudad de Palencia, que pervive a pesar del tiempo pasado. Porque, ... al fin y al cabo, cómo olvidar aquellos primeros años de juventud en los que compartieron tantos descubrimientos y experiencias. Cómo olvidar aquel hogar que formaron en el Camino de la Miranda, en aquel caserón alejado del resto de la ciudad, en el que convivían con otras jóvenes como ellas, procedentes de toda España, y a las que les unía la profesión de sus padres.
Se trata de antiguas alumnas del Colegio de Huérfanos de Ferroviarios de Palencia, que ven con desconsuelo cómo el edificio que durante tantos años se convirtió en su hogar hoy se encuentra totalmente abandonado, devastado, arrasado por el vandalismo y con un claro riesgo de desaparición.
No es una situación nueva. El estado ruinoso del antiguo Colegio de Huérfanos de Ferroviarios de Palencia viene denunciándose de forma pública y continua cada poco tiempo desde el año 2012, pocos meses después de que la propiedad recayera definitivamente en el Ayuntamiento de Palencia y el Consejo de Administración del Colegio de Huérfanos de Ferroviarios, que hasta ese momento había defendido su propiedad sobre el inmueble, retirase la vigilancia.
Comenzó entonces un saqueo continuo de las instalaciones, que nunca fue impedido por el Ayuntamiento a pesar de las numerosas voces de alarma que se iban sucediendo. Y así, prácticamente hasta la actualidad, con algún que otro intento de frenar el expolio, pero que, en el fondo, se quedó finalmente solo en eso, en un intento.
Y no es que no haya habido movimientos diversos para intentar frenar el deterioro del edificio. Puesto que las críticas a la situación que se venía viviendo han llegado desde grupos políticos, organizaciones ciudadanas, asociaciones de vecinos e incluso la institución del Procurador del Común. Se han dado algunos pasos, como el sellado de los edificios para evitar el acceso de los vándalos y los ladrones –ya era tarde, puesto que no quedaba nada por saquear, ni los cables eléctricos o los marcos de las puertas–, se ha reparado parte de la valla y se han consolidado las cubiertas para que no se produzcan hundimientos. Pero poco más.
Caer en el olvido
El poso del olvido fue cayendo otra sobre el tema y el abandono del viejo caserón desapareció una vez más de las inquietudes de la ciudad de Palencia.
Y sin embargo, un hecho totalmente accidental le ha devuelto a la plena actividad y puede que le confiera una nueva esperanza de futuro. La celebración de un curso de formación policial en el interior del antiguo colegio, cuyas instalaciones totalmente deterioradas se prestaban perfectamente a las necesidades de los organizadores ha devuelto a las páginas de los medios de comunicación el deplorable estado en el que se encuentra el imueble.
Las fotografías de los policías entrenándose para combatir a los delincuentes en entornos urbanos no han pasado desapercibidas, ni otros artículos posteriores en los que se lamentaba el abandono del colegio. Y no han pasado desapercibidas precisamente para quienes más apegados estuvieron a él, algunas de sus antiguos inquilinas, que han decidido no resignarse a que su antigua residencia desaparezca por completo.
Para ello, algunas de las exalumnas han comenzado a contactar con antiguas compañeras, tanto de Palencia, como de algunos de los otros centros similares que se repartían por toda España (había de chicas en Alicante, Torremolinos y Palencia), pero también de los centros masculinos (Madrid, León y Ávila), con el objetivo de constituir una plataforma que pueda luchar por la conservación del colegio palentino.
Son numerosos los exalumnos que han prestado su apoyo, al menos verbal, o través de mensajes en redes sociales y canales de Internet, por lo que algunas de las promotoras han dado ya los primeros pasos institucionales. La primera medida fue entrar en contacto con el Ayuntamiento de Palencia, cuya respuesta a su pregunta por el futuro del inmueble fue totalmente descorazonadora. «A día de hoy, no hay ningún proyecto sobre la mesa, ni a corto, a medio o largo plazo». En otra respuesta municipal no encontraron tampoco consuelo alguno. «Esta corporación no tiene recursos propio como para poder afrontar una intervención de mantenimiento».
Ante ello, el siguiente paso fue trasladar el problema a las Cortes de Castilla y León. Sin demasiadas expectativas, las integrantes de la plataforma remitieron un escrito a la Mesa del parlamento autonómico, quien les respondió la semana pasada que se ha tomado conocimiento del escrtio relativo a las preguntas sobre el Colegio de Huérfanos de Ferroviarios de Palencia y que se ha acordado trasladar la información a todos los grupos políticos y representantes que forma parte del pleno de las Cortes regionales.
«Cuando nos alertaron de su abandono, fuimos volviendo sin ponernos de acuerdo y en tiempos distintos, –nos movía la misma querencia–, para comprobar con estupor que no había corrido la misma buena suerte que los otros cinco Colegios de Huérfanos Ferroviarios. Los demás fueron habilitados para uso de la comunidad porque se consideraba 'bien de utilidad pública'. Este de Palencia es una excepción», explica una de las antiguas alumnas, Carmela Arribas García, en un comunicado remitido al periódico, que escribe a modo de carta abierta a los ciudadanos de Palencia.
Esta integrante de la plataforma sostiene que el argumento de falta de financiación para impulsar algún proyecto público no se sostiene, puesto que, según explica, hay organismos dispuestos a prestar su apoyo y también iniciativas privadas que podrían encontrar en estos terrenos y en los edificios ya construidos la base para proyectos empresariales. «Si se hubiera tenido o si se tuviera en la actualidad una voluntad firme de rehabilitarlo a favor de la comunidad de Palencia, el argumento económico no lo es todo porque existen fuentes de financiación, si se lucha realmente», recalca la antigua alumna, quien describe el coste emocional que supone para sus compañeros y para ella misma el abandono que sufre el colegio.
Por ello, recuerda también al Ayuntamiento que existe un acuerdo del pleno municipal, aprobado en el año 2014 para la protección de este inmueble, que incluía la búsqueda de un proyecto de futuro a través de la colaboración con el Colegio de Arquitectos de Palencia. «Si no recuerdan siquiera ese acuerdo los partidos, es que solo era propaganda e imagen para la galería. Estoy segura de que hay mucha gente que aportaría ideas, dinero. Los famosos fondos europeos no son algo virtual, llegarán, y Palencia tendrá su justa adjudicación si lo lucha. Es un momento idóneo para pensar en proyectos de rehabilitación en todos los ámbitos, también para estas instalaciones ferroviarias… Desde luego, las exalumnas de Palencia, el Consejo de Administración del CHF (al que el Tribunal Supremo adjudicó una parcela de 13.400 metros cuadrados allí) y la Agrupación de Antiguos Alumnos colaborarían en esto», asevera.
En los últimos días, la nueva plataforma ha iniciado una recogida de firmas a través de una página de Internet, con el fin de hacérselas llegar al Ayuntamiento de Palencia para reforzar su petición.
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