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El nauseabundo olor que impregnaba cada rincón, cada estancia de la vivienda ubicada en la calle Primera Universidad de España, ha desaparecido. Toda la basura y suciedad acumuladas han sido retiradas, la cocina y el baño parecen muy habitables y C. C., la mujer de ... 44 años que fue detenida el pasado día 11 por la Policía Nacional por un delito de abandono de menores anota en su agenda todas las citas que tiene pendientes en su desesperado intento de recuperar a sus hijas de 6 y 8 años, que han quedado en manos de Servicios Sociales después de que el pasado día 10 acudieran ambas por la mañana a un 'súper' de la calle Diagonal, en el barrio de San Antonio de la capital, semidesnudas y sucias a comprar comida por orden de su padre, que fue detenido también el mismo sábado y, como C. C., que ese día se había ido a Madrid a buscar trabajo, fue puesto en libertad con cargos.
C. C. tiene hoy la primera de las citas, ante la Comisión de Tutela de la Junta. «Seguro que me van a acusar», señala apesadumbrada esta mujer, que ahora mismo solo anhela «recuperar a las niñas, salir adelante, pagar lo que debo aquí en el piso y no perder esta casa, porque si no, dónde voy a ir». «Anímica y físicamente estoy fatal, no quiero comer, no quiero vivir. No pierdo la esperanza de recuperarlas, de demostrar lo que ha hecho mi expareja», añade.
C. C. asegura que lleva siendo víctima de violencia de género durante dos años por parte del padre de sus hijas, de 59 años. «Ya tuve una denuncia anterior y la retiré porque se puso enfermo y me daba pena. Habíamos vuelto a recuperar la tutela de las niñas tras 16 meses sin ellas», agrega.
La segunda denuncia ha sido ahora (en concreto, el pasado día 13, dictando la titular del Juzgado número 6 de Palencia orden de prohibición para su expareja de acercamiento a la mujer a menos de 200 metros, de comunicarse con ella y la inmediata salida del domicilio).
«Esta es la segunda vez que nos quitan la tutela de las niñas. Hubo otra en Alicante hace más de seis años, pero no cuenta porque no fue en Castilla y León, dijo la jueza que eso no se puede meter, que es pasado», apostilla C. C., que incide en que, a raíz de recuperar a las dos menores en septiembre del año pasado, su pareja volvió a tener problemas con el alcohol y sus problemas de salud, «porque tiene EPO». «Desde entonces ha habido insultos, maltrato... Una vez me levantó a la niña mayor del suelo. Yo aguantaba porque si denunciaba, él decía que me mataba o que le hacía daño a las niñas, por miedo seguí adelante. Llevamos casi diez años juntos», apostilla C. C., que conoció a su expareja en Andalucía, cuando ella se fue a trabajar allí. «Fue en Fuengirola, en Málaga. Él es de Cádiz. De allí fuimos a Galicia por su trabajo, allí nació la niña de 8 años. De allí fuimos a Alicante, donde nació la pequeña, de 6, y de ahí a Castilla y León, a Adrada (Ávila). Vinimos porque me salió trabajo pero al poco tiempo fue la pandemia y volví al paro. Ahí fue la primera denuncia que le puse, fueron los vecinos los que denunciaron. Luego nos fuimos a Valladolid y de ahí a Palencia», recuerda la mujer.
«Ese sábado yo no localizaba ya a las niñas e intenté cambiar el billete, fui a Madrid a buscar trabajo, tengo testigos de ello. No pude cambiarlo y me vine el domingo, cuando llegué aquí mi expareja estaba sentado en el sofá sentado tan tranquilo con una cerveza. Le pregunté por las dos niñas y dijo que no estaban, que se las había llevado la Policía, ni se inmutó. En la Comisaría me detuvieron por abandono de hogar, lo que no sé es por qué no me llamaron el mismo sábado. El lunes día 12 me pusieron en libertad», comenta C. C., que hace hincapié en que su expareja fue a la casa el viernes con la Policía Nacional «y solo se llevó el DNI, la ropa sigue aquí».
«Lo de la vivienda no lo había hecho nunca, no lo entiendo. No sé por qué ha hecho esto», incide C. C., que percibe una ayuda de 628 euros al mes y que trata de ponerse al día con las deudas. «Pago 350 de alquiler y todo lo que tenemos atrasado... A eso suma luz, agua, los destrozos... En este piso llevo casi un año y en Palencia, dos años y pico. Solo quiero que me den trabajo y si hay alguien que pueda donarme muebles... No quiero dinero, solo recuperar la vivienda. Él tiene su pensión de 900 euros, ya me ha dado de baja en la cartilla, no quiero nada de él», añade C. C., que pide una pizca de solidaridad entre los palentinos como la que mostraron el sábado día 10 en el supermercado los empleados que dieron la voz de alarma después de ver a las dos menores de 6 y 8 años, una solo con un chaleco por arriba y la otra con un abrigo sin atar, sin más ropa por debajo. Les dieron de desayunar y avisaron a la Policía Nacional, que las llevó hasta la Comisaría, donde se les dio ropa de abrigo y se hicieron las comprobaciones pertinentes para localizar a los progenitores.
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