Animales que agonizan en Venta de Baños

Les observan cada día y cada día les causan más pena. Los vecinos de la zona de la Junquera, en Venta de Baños con salida a Dueñas, temen que la yegua y el caballo que viven en un terreno próximo a los chalés acaben como un tercero que les acompañaba y que murió hace dos meses cuando los vecinos alertaron a la Guardia Civil. Los otros dos equinos y tres cabras -ya tampoco están unas gallinas que convivían en la misma parcela- se encuentran en estado de abandono, sin comida, bebida ni condiciones sanitarias adecuadas, que se agravan con la nieve, el hielo y las temperaturas bajo cero de los últimos días.

Pan, agua, paja e incluso algo de pienso es la dieta que les proporcionan los vecinos de la zona que se han sensibilizado y preocupado por el estado de los animales. «Se están muriendo de hambre porque su dueño no les da de comer, no van a aguantar mucho tiempo así. Se han comido hasta la corteza de los árboles que hay por allí», lamenta un vecino de Venta de Baños que suele pasear por la zona. Al parecer, el propietario de los animales fue desahuciado de una vivienda del pueblo y se ha marchado a otro sitio a vivir.

Los vecinos incluso se han puesto en contacto con asociaciones protectoras de animales, pero lamentan no haber conseguido nada. También han trasladado la situación en la que viven los animales tanto al Ayuntamiento de Venta de Baños como a la Guardia Civil, que ha puesto el caso en manos del Seprona.

De hecho, en noviembre cuando los vecinos alertaron al instituto armado de la presencia de un caballo en muy malas condiciones, abrió una investigación. La Guardia Civil destacó que tuvo constancia de los hechos y del estado del caballo, al que encontraron aún vivo pero falleció durante la intervención, gracias a la colaboración ciudadana. Por ello, el instituto armado investiga a un hombre, dueño de los caballos y las cabras, por un supuesto delito de maltrato animal.

Los vecinos reclaman una intervención urgente para evitar que mueran los animales. «No queremos nada más que dejar de verles sufrir, porque para cualquiera con un poco de sensibilidad, es una pena», añade el testigo.