Ángel Cuesta, un pintor integral y muy creativo

En cifras, el espectador puede contemplar en la muestra 166 cuadros sobre papel y nueve esculturas, todo ello fechado en los tres últimos años. Son obras de pequeño formato tirando a medio –37 por 52 centímetros y viceversa–, estructuradas en bloques de cuatro piezas, con dos series más amplias, las tituladas ‘Tabaco’ y ‘Retratos’. Ángel Cuesta deja patente en esta producción su enorme creatividad, su capacidad de invención y su diversificación de temas y de tendencias. Objetos, ciudades, bodegones, la figura humana -autorretrato, retratos y el cuerpo femenino-, marinas, nubes y Palencia son los grandes temas que aborda Cuesta en esta su ‘penúltima’.

El pintor palentino desarrolla en estas obras un novedoso concepto de díptico, que se plasma en el reflejo de una realidad, ya sean ciudades, bodegones, temas palentinos, y junto a ella, su trasunto abstracto. Esto es, Cuesta combina en la mayoría de estas obras dos conceptos de arte que le han seguido en toda su amplia carrera: la figuración y la abstracción geométrica. El pintor ofrece una estampa figurativa y sobre ella su interpretación personal, sugerente, y subjetiva. Cuesta ha pintado arte figurativo para vender y arte más libre para satisfacer su indiscutible vena creativa. Estas obras significan la combinación de ambas, la realidad y el deseo, la figuración objetiva y la recreación de lo que siente de verdad que es arte, lo que resulta más coherente con su concepto de creación.

Este esquema lo emplea en la pintura de bodegones, vistas de ciudades –españolas e internacionales, fruto de su actividad viajera– y temas palentinos, entre otros, como los ‘Visitantes a una exposición’. Resulta una propuesta muy sugerente en la que se hablan dos lenguajes, y en los dos, desde el punto de vista plástico, Cuesta se siente muy cómodo. Porque es un maestro y ejerce su magisterio con solvencia técnica, con un dibujo impecable y con una paleta cromática no menos pulcra y elegante. En estas obras vemos al Cuesta cercano y accesible a todos los públicos y al Cuesta más críptico pero igualmente creativo.

La diversificación de temas se traslada, igualmente, a los recursos plásticos que emplea, desde la ilustración a la pintura y desde la figuración a la abstracción geométrica, pasando por el collage y la mancha. Todo ello da una idea de la capacidad creativa de Ángel Cuesta a sus 87 años, que es capaz de sorprender, de seguir sorprendiendo, como ha hecho en cada exposición desde hace varias décadas.

La serie titulada ‘Tabaco’, que se encuentra en la planta superior de la sala de exposiciones temporales del museo dedicado a Díaz-Caneja, es una reivindicación de los fumadores como él. Son 24 piezas que reflejan a los amigos fumando, como Julián Alonso y Francisco González, él mismo en un autorretrato, conocidas marcas y gentes del cine con el cigarro en la boca. Se trata de una serie muy próxima al ‘por art’ en su lenguaje plástico, a la que tampoco le falta un mensaje explícito.

La otra serie, la de retratos, está formada por diez piezas en las que Cuesta evidencia su conocimiento del dibujo, la fidelidad a la persona retratada y una acertada dosis de introspección psicológica de los personajes.

Un apunte, por último, sobre las esculturas, nueve piezas que prolongan la vocación constructivista del artista, con forma verticales y cubos pintados que siguen la estética lineal y colorida de Ángel Cuesta. Una exposición, en definitiva, rica en recursos, matices y creatividad, que evidencia que Cuesta se encuentra en un momento de una dulce plenitud creativa.

'La penúltima’, permanecerá abierta en la Fundación Juan Manuel Díaz-Caneja (callo Lope de Vega, 2) hasta el 8 de octubre. El horario es de martes a viernes, de 10:00 a 13:30 y de 19:00 a 21:30; sábados: de 12:00 a 14:00 y de 19:00 a 21:30; Domingos, 12:00 a 21:30 horas.