Pedro Caminero observa el ganado en su finca de Villanueva del Río. En detalle, el embutido que ha comercializado con sus reses bravas. El Norte

«Hemos tenido que cambiar embestidas por longanizas»

El ganadero de toros bravos Pedro Caminero abre una empresa de embutidos para sacar rentabilidad a las reses que no ha podido vender por la suspensión de festejos durante la pandemia de covid-19

Marco Alonso

Palencia

Domingo, 13 de diciembre 2020, 08:16

El sector del toro bravo atraviesa por uno de los peores momentos de su dilatada historia. La cancelación de la inmensa mayoría de los festejos programados para este año por la crisis del coronavirus ha hecho que las ganaderías cuenten en sus fincas con un ... enorme excedente de reses, que en muchos casos no puede salir a un plaza. La normativa taurina de Castilla y León impide lidiar toros de más de cinco años y la única alternativa que tienen los ganaderos es pasar de vender la bravura de sus reses a comerciar con su carne.

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El gran problema reside en que el dinero que obtiene el ganadero por la venta de la carne es muy inferior al que percibe por una transacción de un animal que acaba su vida en una plaza de toros. Los cuidados y la alimentación que necesita un toro de lidia elevan los gastos de producción y vender su carne no resulta rentable para sus criadores. Por esta razón, el ganadero palentino Pedro Caminero –que ha surtido de reses bravas durante años a pueblos con una tradición taurina tan fuerte como la que hay en Peñafiel, Cuéllar o Medina del Campo– ha decidido abrir una empresa de embutidos para dar salida y encontrar una rentabilidad a algunas de las reses que este año no han podido participar en encierros, capeas, novilladas y corridas.

«De momento, estamos convirtiendo en embutido los toros de más cinco años y las vacas que no nos gustan», explica el ganadero afincado en Carrión de los Condes, que desde que fundó la empresa Embutidos de Toro de Lidia Caminero junto a su mujer, Lourdes Senovilla, ha transformado en chorizos, salchichón y cecina unas sesenta reses bravas. «Estamos intentando sostener la ganadería de esta forma hasta que vuelva la normalidad. Nos va a costar mucho sacrificio», reconoce Pedro Caminero, que para esta nueva andadura ha contado con el asesoramiento de su madre y de su suegra. «Lo hemos sacado al mercado hace quince días y está teniendo buena aceptación. Creemos que va a ser un éxito. De momento es la novedad y todos los aficionados al toro se están volcando», asevera.

Por ahora, los Embutidos de Toro de Lidia Caminero que han salido al mercado son chorizos y salchichones, ya que la cecina se encuentra aún en proceso de elaboración en un secadero, tal y como adelanta el ganadero. «Estamos matando a los animales en Medina de Rioseco y secamos el embutido en un pueblecito de León, en un secadero de una empresa externa que se dedica a secar cecina. Es un producto nuevo para ellos también porque no hay muy poca gente que se dedique al embutido de toro de lidia, pero todos tenemos mucha ilusión», recalca el ganadero.

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Un producto de proximidad diferente que cuenta con el valor añadido de un marcado componente emocional para los amantes del mundo del toro. Esos son los grandes reclamos con los que cuenta este embutido, que Caminero se encarga de ensalzar de la misma manera que señalaba en la plaza las virtudes de los astados de su hierro. «Es mucho más saludable que la carne de cerdo, tiene menos colesterol, es más magra y tiene más proteína, aunque para que sea un producto de todavía más calidad estamos añadiendo un porcentaje de papada ibérica» reconoce.

La temporada taurina de 2021 está llena de interrogantes, pero Pedro Caminero y Lourdes Senovilla han encontrado una manera de reducir las pérdidas que ha ocasionado el coronavirus en su casa. «Somos un matrimonio joven, con hijos, y antes de que un animal nuestro se convierta en hamburguesas, queremos ofrecer un embutido de calidad. A ver si tenemos suerte», sentencia este recién llegado al sector alimentario que espera seguir viviendo de la bravura de sus reses, aunque también saque algún beneficio de su carne. «Hemos tenido que cambiar embestidas por longanizas, pero esperamos seguir dedicándonos a lo que hemos hecho siempre», concluye.

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