
Ver fotos
Aguilar, ciudad de vacaciones
Sol y playa ·
Eso es lo que buscan muchos de los turistas que han decidido pasar unos días de descanso en el norte de Palencia, alejados de destinos masificadosSecciones
Servicios
Destacamos
Ver fotos
Sol y playa ·
Eso es lo que buscan muchos de los turistas que han decidido pasar unos días de descanso en el norte de Palencia, alejados de destinos masificadosNuria Estalayo
Aguilar
Domingo, 19 de julio 2020, 11:44
El embalse de Aguilar es uno de los grandes recursos turísticos del verano en la Montaña Palentina. Si siempre resulta atractivo, este año ha ganado en popularidad y visitantes. Afortunadamente, el nivel del agua ha decrecido desde el 96% del inicio del confinamiento hasta el 85% de su situación actual, lo cual ha permitido la reaparición de la playa que se había tragado las aguas del pantano al comienzo de este devastador año.
Multitud de vehículos, familias y amigos acudieron en el día de ayer sábado al pinar que alberga la ermita de la Virgen de Llano para disfrutar de un sosegado día campestre y playero, todo en uno al encontrarse este bosque de coníferas a orillas del embalse. Llena la playa, repletos los aparcamientos y también abarrotadas las mesas que allí están instaladas. Igualmente, las barbacoas de piedra allí instalas se atiborraron de troncos para encender las fogatas.
«Aunque hoy no está tan lleno como hace dos semanas que era increíble la gente que había», comentaba Montse González, una palentina asidua al pantano aguilarense, quien este sábado junto a su esposo Ramón Jiménez y su familia volvieron a disfrutar de una nueva jornada de la aguas del Pisuerga y de una barbacoa bajo la sombra de las pináceas. «Como este año sí se permite hacer fuego, aprovechamos para preparar aquí la comida en lugar de traérnosla como otras veces», precisa.
A las 9:30 horas esta numerosa familia (17 personas de diferentes edades se juntaron ayer, con niños a partir de 5 años hasta adultos septuagenarios) ya había aparcado junto a la ermita. «Nosotros venimos temprano porque luego hay mucha gente y no encuentras sitio», detalla Montse. «Así nos podemos poner donde nos gusta, cerca del agua para vigilar a los niños», agrega. Y es que los Jiménez González en verano se desplazan desde Palencia hasta Aguilar muy frecuentemente.
«Venimos al pantano de Aguilar desde siempre, nos gusta mucho, aunque el año pasado con la sequía no pudimos venir porque no había casi agua, señala, enfatizando que este año los visitantes han subido «más del 200%», asegura Montse, quien cree que la gente «sigue las normas y se porta bien. Cada uno en su parcelita en la arena o en el agua, guardando las distancias», sostiene.
Aunque no todos están de acuerdo en que el comportamiento es el adecuado. «A veces te ponen la toalla tocando la tuya, parece que se les olvida que hay que estar separados», comentaba una vecina de la localidad, quien también resaltaba que ha subido el número de visitantes a esta playa, sobre todo algunos fines de semana «está realmente abarrotado. Tenemos que estar más alerta porque los contagios están subiendo mucho y como nos descuidemos igual no termina agosto sin un nuevo confinamiento», apunta preocupada otra vecina.
Y es que el atractivo de la zona es diverso. Además de poder almorzar en un sitio bien abastecido, agradable y sombreado, y de disfrutar del frescor de sus aguas, también la amplitud del embalse permite la práctica de deportes acuáticos como el remo, piragüismo, vela, surf, entre otros. Y en la playa, aún sin ser, con el actual nivel del embalse, muy amplia, se puede mover la pelota y las palas.
La oficina de turismo de Aguilar asegura que la mayor parte de los turistas que están llegando al municipio son de Madrid, País Vasco, de la propia provincia de Palencia, Valladolid y Cantabria. Además, señalan que han notado un incremento de los usuarios de caravanas y de la demanda de actividades en el entorno natural.
Pero sobre todo, este espacio es un lugar de encuentro entre familias y amigos que desean disfrutar de una jornada en buena compañía en un paraje acogedor. Por eso, otras muchas barbacoas humeaban en el día de ayer para el asado de viandas, embutidos, arroces y otros manjares. Además de los grupos familiares y de amigos, se dieron cita en este lugar algunos excursionistas de paso, llegados en autobús, que lo eligieron para hacer un breve descanso y comerse un bocadillo bajo el cobijo del pinar, que permite descansar del potente sol.
También la familia Ruiz Fernández, de Santander, con una segunda vivienda en la zona, decidió pasar esta calurosa jornada de sábado bajo la sombra de los pinos. «Hemos decidido cambiar el Sardinero por Aguilar porque aquí hay mucha calma, y además no hace tanto calor y se respira mejor», aseguraban. No solo estaba el lugar poblado por turistas, también muchos vecinos aguilarenses, sobre todo grupos de amigos, se acercan a pasar el día, y compartir paellas, arroz con bogavantes o lo que surja.
La mayoría llevaba mascarilla, pero desaparecía alrededor de la mesa, en el agua o haciendo deporte en la playa. En los grupos, familiares o amistosos, se hacía más difícil mantenerla, pero algunos sí que la conservaban en las charlas alrededor de la mesa. También su uso acrecentaba en la mayoría de aquellos que paseaban.
Los visitantes han aumentado, pero los hosteleros no se están beneficiando de tal incremento ya que como ellos mismos señalan, muchos de los turistas vienen con todo puesto, incluida la comida. Y además algunos también se resisten a respetar la normativa. «Algunos llegan crispados por las normas, diciendo que son exageradas y les cuesta seguirlas», argumentaba Sergio Sierra del lounge-bar Viarce Playa, agregando que sí se nota que acude más gente al lugar, pero «en el restaurante no se nota mucho la subida».
No obstante, algunos prefieren disfrutar de un plato salido de la cocina del restaurante que de su cesta. Ayer, la familia vallisoletana Martín Diente, un matrimonio y sus dos hijos, saboreada un delicioso menú en Viarce Playa tras haberse acercado a pasar el día cerca del embalse aguilarense. «Este año hemos decidido hacer turismo interior y nos vamos a quedar un mes en Colmenares de Ojeda», indicaron.
Por su parte, Toño García del bar La Ermita también reconoce que el movimiento de gente ha aumentado en los alrededores, pero no tanto en el bar. «Se nota más a la hora del café», asegura. No obstante, manifiesta que no se queja porque fue uno de los primeros en abrir con la fase que lo permitieron y «al principio como éramos pocos abiertos, se notaba gente, y ahora con más bares abiertos, también se nota porque al haber más movimiento entre locales y turistas se reparte entre todos. Ahora estamos bien, solo esperamos que no nos lo corten otra vez», concluye.
Publicidad
Julio Arrieta, Gonzalo de las Heras (gráficos) e Isabel Toledo (gráficos)
Jon Garay e Isabel Toledo
Daniel de Lucas y Josemi Benítez (Gráficos)
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.