Palencia

«Los agraciados con el Cuponazo son gente del barrio y les hace falta»

«He recibido muchos 'whastapps' y llamadas. Otro chico al que le ha tocado tiene un pequeño negocio con el que va tirando y le vendrá bien», señala Juan Carlos Garzón, de 56 años, a quien la gente de su barrio aprecia mucho. «Si antes ya era conocido en el barrio, imagínate ahora», apunta el vendedor de la ONCE, que además de en su kiosco en el Centro Comercial Las Huertas vende por Pan y Guindas, «por la Gorda y en los mercadillos». «Seis de los cupones los he vendido en Pan y Guindas y el resto han estado repartidos», agrega.

«He devuelto cinco cupones de veinte», subraya Garzón, que empezó siendo pastelero cuando dejó el colegio y que luego trabajó en fábricas, en la construcción y con un camión hasta ser vendedor de la ONCE. «Estoy loco por la música», asegura cuando se le pregunta por las ganas de jubilarse. Aunque espera antes volver a repartir de nuevo alegría en forma de premios de la ONCE.