Las maletas del verano de la covid han cambiado. Si antes se guardaba en primer lugar los bikinis y los vestidos para trasnochar –aunque fuera un poco–, ahora lo primero que se mete para no olvidarlo son las mascarillas, los filtros de las mismas y ... el gel hidroalcohólico. Es el kit que casi todo el mundo lleva encima cuando sale a la calle. Pero, una cosa está clara. De momento pocos palentinos van a hacer la maleta este verano. «Estamos en ventas casi cero. Solo seguimos cancelando, modificando las reservas porque la gente tiene miedo a los rebrotes», afirma la presidenta de la Asociación Palentina de Agencias de Viajes (Apav) y gerente de Spacio Libre, Mónica Blanco.
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«Piden casas de turismo rural con muchas habitaciones y con piscina»
Los destinos de las vacaciones han cambiado en este verano tan atípico. Ya no hay peleas por encontrar el hotel en primera línea de playa ni el mejor todo incluido de las islas. La costa ha dejado de ser objetivo principal de los que no viven cerca o tienen allí una segunda residencia.
Ahora, lo que todo el mundo, al menos los que viaja, busca son las casas grandes con piscina. «Se piden casas de turismo rural o villas con piscina con muchas habitaciones, donde pueda juntarse toda la familia en el mismo sitio», explica Mónica Blanco, presidenta de la Asociación Palentina de Agencias de Viajes (Apav) y gerente de Spacio Libre.
Los que se deciden a irse a la playa tienen que cumplir una serie de requisitos –que otros años era impensable–, como bajarse una app para poder reservar una parcela en la playa por unas horas determinadas o que también haya horario restringido en la piscina del hotel, donde las actividades se han limitado mucho por motivos de seguridad.
Si por casualidad, los clientes que han contratado el viaje con una agencia, tuviesen que pasar una cuarentena en el sitio donde se encuentran de vacaciones, la agencia –junto con el turoperador– tendrían que costear su estancia.
Esto es debido a la Ley de Viaje Combinado, que afecta a las agencias de viajes españolas –y del resto de Europa– desde diciembre de 2018. Por este motivo, este sector del turismo se ha manifestado recientemente en Madrid, porque consideran que, de esta forma, «están abocados al suicidio».
La incertidumbre está marcando este verano y el movimiento de los palentinos y españoles, sin duda. Las noticias día tras día hablan de rebrotes, mientras se espera la vacuna o el medicamento para tratar la covid-19 y poder viajar sin miedo al contagio. Y ya no solo el miedo, hay más factores a tener en cuenta en este estío particular. Los ERTE y los despidos pueden condicionar a muchos a la hora de hacer un viaje y su consecuente desembolso, los vuelos aún no están funcionando al 100% y no todos los hoteles han podido abrir sus puertas. «Los hoteles están con una ocupación mínima, tan mínima, que muchos, que son cadenas hoteleras, tienen cerrados todos menos uno y están reubicando a los clientes», señala Blanco. «Los vuelos para Baleares y Canarias no están saliendo como se preveían. Lo que es movimiento aéreo con hotel no está bien conectado y estamos con problemas», agrega.
Después de una Semana Santa totalmente perdida junto con los puentes para hacer escapadas, el verano –de momento– tampoco se ve muy halagüeño. Finales de junio era una época fuerte ya, con las vacaciones de los niños y con precios más asequibles que en agosto, pero este año pocos clientes mantienen las reservas. «¿Te imaginas una agencia de viajes cerrada en junio por las tardes? Un año normal, habría una cola de hora y media», argumenta, por su parte, Elena Liébana, de Viajes Escapada Tours.
Palencia cuenta actualmente con dos docenas de agencias de viajes entre la capital y la provincia, formando parte 15 de ellas de la asociación. Muchos trabajadores de las mismas sigue actualmente en ERTE –o lo tienen con reducción de jornada–, ya que no hay casi clientes para atender. «Una situación así, como estamos ahora, no la hemos vivido nunca», agrega Liébana.
Mientras, vemos continuamente imágenes, que inundan los telediarios y las redes sociales, con las playas llenas. «Esas imágenes son de las personas que viven allí o que tienen casa en ese sitio concreto. Nada más. Los hoteles están a lo sumo al 30% y hay algunos que ni siquiera van a abrir», explica Liébana.
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Ayudas
Las agencias de viajes reclaman más ayudas porque, aunque han podido abrir a la vez que la hostelería, no están consiguiendo vender su producto. «La gente tiene mucho miedo con los rebrotes y si se animan, se van a animar a última hora, justo antes de que salgan», afirma Liébana. «Eso o ya han pasado la enfermedad, como alguno de mis clientes», agrega.
Septiembre sería, sin duda, otro mes que podría tener mucho tirón vacacional, después de una Semana Santa confinados y un junio y parece que julio sin moverse mucho de casa. «Está parado del todo por el miedo al rebrote de septiembre del que tanto se habla», afirma.
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«Nosotros empezamos con las ventas de 2020 en octubre del año anterior. Vendemos Reyes, Semana Santa, puente de mayo y la venta más importante, la de todo el verano, se da por Semana Santa. La venta fuerte es justo después», explica, por su parte, Mónica Blanco. Este año justo después de los días santos seguía todo el país en cuarentena, sin vistas a viajes ni vacaciones ni disfrute. Entrados ya en julio y con el calor como compañía, vuelven las ganas de vacaciones, de sol y de días distendidos.
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