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Carmen Aguado
Jueves, 6 de julio 2023, 00:26
El gran símbolo de la pandemia de la covid-19, la mascarilla, deja este miércoles de ser obligatoria en los centros sanitarios y las farmacias, los únicos dos lugares en los que todavía seguían siendo necesarias y obligatorias. Con la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del acuerdo que pone fin a la crisis sanitaria, también han decaído todas las medidas con relación a la pandemia que quedaban vigentes.
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De esta forma, a pesar de que las autoridades sanitarias pueden imponer su uso en lugares como quirófanos o en la UCI, ya no existe ninguna norma destinada a la población general. Aunque se recomienda seguir poniéndosela en caso de tener algún síntoma de padecer un virus respiratorio y compartir espacio con otras personas o si se está en contacto con pacientes vulnerables.
En los centros médicos y farmacias, este miércoles se ha vivido una jornada de completa normalidad en la que la amplia mayoría de trabajadores y pacientes han optado por acogerse a la supresión de esta obligatoriedad y han accedido a ambos lugares sin utilizarla, aunque hay otros que, de momento, prefieren seguir haciéndolo por prevención.
«Teníamos ya ganas. Se ha hecho un poco largo y pesado, sobre todo en las últimas semanas. A pesar de ello, hoy, casualmente, mucha gente ha seguido viniendo con la mascarilla porque no lo tenían claro, ya que se supone que iba a entrar en vigor el pasado viernes y no hoy», explica Roberto Pérez, de la Farmacia Sotorrio.
La realidad entre los centros médicos y las farmacias difiere bastante para los pacientes que siguen considerando que el acceso sin mascarilla a la farmacia no conlleva apenas ningún riesgo de contagio o infección, mientras que quien lo hace a un centro médico, apuntan, lo realiza a un espacio en el que lo consideran medidas higiénicas básicas.
En el centro de salud de La Puebla se repite la misma imagen que en las farmacias palentinas. La mayoría de los profesionales y pacientes han trabajado y acudido sin mascarilla, sobre todo por la tarde, ya que, a lo largo de la mañana, ha existido todavía algo de confusión al no tener claro si había entrado en vigor la medida.
Se espera que, como ha venido pasando en anteriores ocasiones cuando se decretó el fin de la obligatoriedad de llevar mascarilla en el transporte público, la sociedad se vaya acostumbrando poco a poco y en los primeros días siga imperando su uso para después desaparecer casi por completo.
«Estamos encantados en todos los sentidos, entre el calor y tener que insistir a la gente porque ya no estaba acostumbrada, ha sido complicado. Nosotros vemos bien que las hayan quitado, llevamos mucho tiempo en la normalidad y en las farmacias no hay apenas aglomeraciones», concluye Isidoro Fuentes, titular de la farmacia que lleva su nombre.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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