Tiempo de presupuestos, de ordenanzas fiscales, de elaboración de tasas, impuestos y precios públicos para el próximo año. Y por ello también, tiempo de negociaciones, ofertas, contraofertas, acuerdos y desavenencias entre los grupos políticos.
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Y más en un escenario de fragmentación, atomización política, como presenta ... en este mandato la corporación municipal de Palencia, en el que ninguno de los grupos dispone de mayoría absoluta y se hace obligatoria la búsqueda de apoyos en otras formaciones.
Se trata del juego político habitual de todos los meses de septiembre, una vez superadas las fiestas de San Antolín. La Concejalía de Hacienda pone en marcha toda su maquinaria y el edil de turno, en este caso el socialista Carlos Hernández, debe utilizar toda la mano izquierda posible para garantizarse el voto de los grupos de la oposición, incluso, en algunos casos de aquellos partidos que puedan estar en la antípodas de su ideología. Pero cuando se habla de cuentas y del dinero que hay que reclamar al contribuyente el ideario tiene a veces que dejarse a un lado para pensar en la salud de las arcas públicas y también en el bolsillo del ciudadano, sin que muchas veces esté muy claro en qué orden se colocan ambos factores.
De esta forma, el equipo de gobierno socialista ha mantenido ya la primera reunión de trabajo para acercar posturas de cara a la elaboración de la propuesta de ordenanzas fiscales con su socio natural de este mandato, el grupo de Vamos Palencia, cuyos tres votos inclinaron a su favor la investidura y que también pueden garantizar la mayoría necesaria para la aprobación de las tasas e impuestos del próximo año. Ha sido la primera reunión, pero habrá más. Están programadas para la tarde del próximo martes, un grupo detrás de otro, siempre con el objetivo de presentarles a sus representantes la propuesta del equipo de gobierno, así como recoger sugerencias y posibles aportaciones. Un ten con ten muy complejo, necesario en toda negociación, y que se vuelve imprescindible en el debate relativo a las ordenanzas fiscales, dado que cada uno de los apartados se vota de forma individual y los apoyos pueden encontrarse en esos grupos donde no es habitual que confluyan las opiniones.
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Y especialmente difícil va a resultar este año la negociación, ya que el documento de tasas e impuestos para el próximo ejercicio va a quedar totalmente condicionado por un incremento que en muchos casos va a ser muy elevado y que causará gran quebranto al bolsillo de muchos palentinos. Se trata del aumento previsto para el Impuesto de Bienes Inmuebles, la temida contribución urbana, que este año será especialmente elevada puesto que se han actualizado los valores catastrales de las viviendas y locales existentes en Palencia, algo que no se hacía desde el año 1996. Esto supone que el valor de los pisos se va a revalorizar hasta acercarse al precio del mercado (puede que en algunas zonas que se han deteriorado este valor se vea rebajado, aunque será en un porcentaje muy pequeño del total de los inmuebles).
La subida afectará de forma diferente a las viviendas situadas en los distintos barrio de la ciudad, en función, entre otros aspectos, del valor que se paga en el mercado inmobiliario. En áreas como el Patio de Castaño, junto a la Calle Mayor, ese incremento del valor catastral superará el 100% del que estaba registrado hasta estos momentos. Pero este aumento que revaloriza las viviendas también implica un mayor coste fiscal para el propietario, puesto que la cuota del Impuesto de Bienes Inmueble (IBI) se calcula en función de ese valor catastral, así como de un tipo de gravamen que fijan los Ayuntamientos. Y esto supone que, aunque desde el Consistorio palentino se opte por no tocar ese tipo impositivo, los contribuyentes tendrá que pagar más, en algunos casos mucho más, por cada propiedad urbana con la que cuenten. El incremento puede conocerse a través de una notificación que ya ha sido remitida a todos los propietarios por la Dirección Territorial del Catastro.
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Ante esta situación, desde el equipo de gobierno municipal se ha decidido no modificar, 'congelar' ese gravamen del IBI con el fin de moderar esta subida, con lo cual el tipo seguirá el próximo año fijado en el 0,5847%, como este año, en el que también se mantuvo sin variación, dado que fue una imposición de Vamos Palencia, que exigió la congelación de todos los tributos locales para ofrecer su voto favorable a las ordenanzas fiscales de 2024.
Lo que no se sabe por el momento es qué ocurrirá con el resto de impuestos para el próximo año. Lo único que ha trascendido hasta el momento es que se mantendrá las bonificaciones que se aprobaron para este año, según ha confirmado la propia alcaldesa, Miriam Andrés, quien ha insistido en que la subida del IBI no responderá a una decisión municipal, sino a la actualización obligatoria de los valores catastrales, que no se modificaban desde el año 1996 y que estaban totalmente desfasados.
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En cuanto a las tasas y precios públicos por la prestación de servicios, la alcaldesa sí ha reconocido que tendrá que haber ajustes al alza, «actualizaciones», según indicó, debido al enorme déficit que presentan algunos de los servicios que presta el Ayuntamiento de Palencia. Miriam Andrés, indicó, sin embargo, que se mantendrán las deducciones para las rentas más vulnerables y las familias con menos recursos. La alcaldesa también ha anunciado que este año debe crearse una ordenanza fiscal para establecer una tasa por la recogida de basura y el tratamiento de residuo, que la Unión Europea obliga a que esté funcionando en 2025.
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