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El llamado paro estructural es un nivel de desempleo que se mantiene constante en el tiempo, debido fundamentalmente a la rigidez del mercado laboral. Y ... en ese punto parece situarse también el nivel de ocupación de la Calle Mayor. Si hace cuatro años, en febrero de 2021, eran 52 los locales que podían encontrarse vacíos en la principal arteria comercial de la ciudad, en estos momentos, tras un sinfín de cierres y aperturas, con la desaparición incluso de algunos de los nombres más pujantes de la economía española, como Zara, la cifra de verjas bajadas sigue siendo prácticamente la misma. Este pasado miércoles, el recuento de locales cerrados en la Calle Mayor de Palencia arrojaba un número similar, 53, con lo que apenas hay diferencias. Ni siquiera puede llegar a decirse que ha aumentado, puesto que en la actualidad ha crecido el número de locales hábiles, ya que hace cuatro años eran seis los edificios en proceso de reforma en esta misma vía, y ahora son tres los inmuebles que se están reconstruyendo.
Sin embargo, en todo este tiempo la percepción social de declive de la Calle Mayor apenas ha variado, puesto que las continuas reaperturas de locales, la implantación de nuevos negocios, ha venido siempre acompañada también de cierres y liquidaciones, en buena parte por la jubilación de los propietarios que no han encontrado relevo generacional.
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El mencionado cierre de Zara, del que se cumplen ahora cuatro años, supuso un duro golpe para la actividad comercial de la ciudad. Su llegada a la capital palentina había consagrado esa parte de la Calle Mayor como motor de Palencia y a su alrededor habían ido floreciendo numerosos negocios textiles, con un gran despliegue de las llamadas franquicias.
La decisión de Inditex de clausurar su buque estrella en la capital palentina, que coincidió también con el cierre de Punt Roma, tan solo unos días más tarde, abrió un duro periodo de cierres comerciales, que sumieron a la ciudad en una etapa de pesimismo, que, en cierta medida se ha mantenido desde ese momento hasta la actualidad.
Pero a tenor los registros de actividad de las empresas palentinas y del movimiento más que apreciable de renovaciones de los locales a lo largo de los últimos años, se antoja que ese declive permanente que se achaca a la Calle Mayor tiene más de percepción en el imaginario colectivo de los palentinos que de realidad.
Según los datos que pueden extraerse de los listados de empresas que cotizan en el Impuesto de Actividades Económicas y que pagan dentro del epígrafe 6, el correspondiente al comercio, los restaurantes, la hospedería y las reparaciones, las altas registradas a lo largo de 2024 en la capital palentina se sitúan en torno a las 210, mientras que las bajas de negocios se sitúan en 44. Son datos aproximados, que deben tomarse con cautela, dado que no son pocas las empresas que paralizan la actividad de forma definitiva, pero todavía tardan meses en tramitar la baja oficial.
Pero a pesar de esta variación, los datos evidencian que el emprendimiento sigue siendo muy superior al abandono de la actividad económica en la ciudad de Palencia. Y del mismo modo ocurre en la provincia, ya que los datos correspondientes al pasado año, marcan unas altas en el IAE, en ese epígrafe 6, de 472 empresas, con la baja de 145. Estos datos también indican que casi la mitad de los negocios que arrancan en la provincia de Palencia lo hacen en la propia capital palentina.
Y aunque la trama urbana de la ciudad es mucho más amplia, desde luego, que la simple Calle Mayor, esta vía sigue sirviendo a la sociedad como un indicativo de la pujanza económica de Palencia, con lo que la mirada hacia los locales que permanecen cerrados permanece de forma recurrente.
Algo más de medio centenar, como hace cuatro años, antes incluso de que cerrase Zara, un momento en el que esa imagen de declive todavía no se había asentado entre los palentinos y que no se ha eliminado, a pesar de que la recuperación de la actividad en la Calle Mayor resulta más que evidente.
Pero esta imagen no es fácil de cambiar si se atiende al primer tramo de la vía. Hace cuatro años, cuando se hacían referencias a esas verjas bajadas, a ese pesimismo económico, el comentario iba dirigido únicamente al primer tramo de la Calle Mayor, al comprendido entre Correos y los Cuatro Cantones, o incluso hasta la zona de Villandrando, puesto que el resto de la calle ofrecía una sensación continua de actividad comercial. El cierre de Zara amplió la percepción a toda la calle, y todavía hoy permanece, aunque la mayor parte de los locales en el tramo final están ocupados.
El problema es que ese primer tramo languidece sin remisión. El recuento de locales cerrados así lo atestigua y no ofrece lugar a dudas. Hasta alcanzar los Cuatro Cantones, el número de locales comerciales vacíos en la Calle Mayor se eleva a 40, con lo que desde ese punto hasta el Salón, solo son trece los edificios con verjas bajadas o escaparates vacío.
Resulta especialmente alarmante la situación de los primeros metros de la Calle Mayor, de esos cuarenta locales cerrados, alrededor de una decena se encuentran entre sus primeros números y muchos de ellos mantienen sus puertas atrancadas desde hace décadas.
El verdadero problema es que la situación se agrava si se presta atención a la imagen que ofrecen el resto de vías cercanas a la Calle Mayor y que durante años han funcionado también como base para esa actividad comercial de la capital plaentina. En muchas calles como Valentín Calderón, Antonio Maura, Don Sancho, Mancornador o Colón conviven esa mezcla de negocios activos con locales cerrados, cuya reapertura parece en muchos casos una auténtica utopía.
De esta forma los locales cerrados en la zona más céntrica de la capital palentina se sitúan en estos momentos en torno a los 170, una cifra también similar a la de hace cuatro años, con nuevas aperturas que van compensando los también continuos cierres de negocios.
En este sentido, pueden en la actualidad encontrarse carteles con el anuncio de liquidación total por cierre en algunos negocios ya casi históricos de la capital palentina, como Regalos Sancho, en la Calle Mayor, o Riverside, en Menéndez Pelayo, que se encuentran a punto de bajar la persiana. Pero, al mismo tiempo, llegan a la Calle Mayor otras firmas, como la marca de moda Silbon o la perfumería Primor, que ocupará el local recientemente abandonado por la marca H&M.
Aunque no todos los negocios que se implantan en el centro de la ciudad se dedican al comercio textil, puesto que el mayor auge lo presentan en la actualidad las oficinas del sector inmobiliario, que han experimentado un fuerte crecimiento en los últimos meses.
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