2020: del fiasco del Hospital al bebé que tiraron al río en Palencia

Resulta frustrante, pero parece ya una norma invariable. Las grandes obras públicas de Palencia están malditas, se enquistan en el tiempo y se ven rodeadas siempre de continuas polémicas, además de los consabidos modificados de plazos y presupuestos.

Ha pasado en prácticamente todos los grandes proyectos de las últimas décadas. No importa si se trataba de una autovía, la rehabilitación de un antiguo edificio o la construcción de unas nuevas instalaciones deportivas. Ejemplos pueden encontrarse sin esfuerzo con un simple vistazo a lo largo y ancho de la ciudad. Desde La Tejera, de la que algo habrá también que hablar con respecto a este 2020 que ya se nos escapa, o la antigua cárcel, de la que también se hablará, hasta llegar al nuevo Hospital, sin olvidarse de Los Jardinillos, del que, aun con toda la polémica por los árboles, al menos no da la impresión de que vayan a surgir problemas de plazos.

De todos, el caso más grave es el del Hospital, puesto que la ciudad de Palencia es la única capital de la región que no cuenta con unas nuevas instalaciones sanitarias de estas características. Y en este 2020, la agotadora tramitación administrativa se ha vuelto ya insoportable. Se iniciaba el año con la alegría del comienzo real de las obras del bloque técnico. Se habían hecho de rogar, ya que se esperaban para el verano de 2019, pero no fue posible, aunque el nuevo aparcamiento, que era el paso previo estaba acabado desde la primavera. No hubo manera y tuvimos que espara hasta el 14 de enero para que las máquinas comenzasen a trabajar en ese primer edificio del futuro complejo sanitario de Palencia. Sin embargo, la dicha duró poco, la empresa no pudo o no quiso asumir los gastos de la construcción con el presupuesto que había fijado en el contrato y paralizó las obras a los pocos meses.

Con las negociaciones rotas, la Junta ha decidido resolver el contrato y licitar de nuevo las obras, trámite al que todavía no se ha llegado y que se espera para los primeros meses de 2021.

Con respecto a La Tejera, apenas se ha avanzado este año, y poco más se ha conseguido que el compromiso del Gobierno de España de que se firmará un nuevo protocolo institucional para poder sacar adelante lo que queda de las obras, para lo que habrá que gastarse en torno a cinco millones de euros más.

Tampoco se ha avanzado en el Plan Director del Cristo, con el que se quieren poner en valor los cerros del Otero y de San Juanillo. El documento ha llegado ya al Ayuntamiento de Palencia, en donde sus técnicos lo están revisando para su redacción definitiva, algo necesario para sacar a licitación los trabajos.

En cuanto a la antigua cárcel, este edificio sí ha traído buenas noticias en 2020. El Ministerio de Fomento ha iniciado las obras de reparación de las cubiertas, para evitar las goteras y las humedades. Los trabajos finalizarán previsiblmente en los próximos días, con lo que se abre un nuevo escenario para el Ayuntamiento: reparar los daños provocados durante todos estos años por las filtraciones de agua y crear una gran biblioteca en la zona sur de la ciudad, cerrando las de los centros sociales y reordenando los dispersos servicios que ahora se distribuye por todo el centro Lecrác.

Otra gran obra que ha arrancado también en 2020 es la reforma del parque de Los Jardinillos. Los trabajos se iniciaron a principios del verano y avanzan a buen ritmo, cumpliéndose los plazos previstos, con el objetivo de que estén concluidos en la primavera de 2021, a pesar de la polémica surgida en torno a la previsión inicial de talar 73 árboles. Una plataforma ciudadana ha denunciado el proyecto ante los tribunales y un juez ha paralizado cautelarmente la tala de los árboles, pero no el resto del proyecto, con lo que la obra prosigue, como continúan también las protestas.

Otras actuaciones arquitectónicas o de carácter urbanístico que se han llevado a cabo este año son, por ejemplo, la finalización de la rehabilitación del castillo de Belmonte; la reforma de los entornos de Puentecillas, con la restauración del Bolo de la Paciencia, o la reparación del puente de Saldaña, que se reabrió el 7 de julio al tráfico, después de haber permanecido cortado desde el 14 de enero, cuando se hundió uno de los ojos debido a los daños ocasionados por las lluvias.

También se ha limpiado de maleza una parte de las riberas del Carrión en Palencia, muy afectadas por las riadas en los últimos años. Riadas provocadas por grandes borrascas, como el temporal Gloria, que en torno al 20 de enero causó estragos en toda la provincia, como el cierre del colegio Santa Clara, hasta que pudo reponerse la cubierta que fue arrancada por el aire.

Pero no todo han sido obras o temporales en este 2020 en la provincia, la crónica negra ha recibido gran parte del protagonismo, con algunos sucesos verdaderamente impactantes, que, además, se produjeron en fechas demasiado próximas. El primero de los casos se conoció el 10 de febrero, cuando una pareja fue detenida por arrojar el cuerpo de un bebé recién nacido a las aguas del Carrión, en Husillos, dentro de una bolsa de viaje. Fueron inicialmente acusados de asesinato, pero en junio quedaron en libertad, dado que el informe de la autopsia determinó que el bebé nació muerto.

Palencia se quedó en aquel mes de febrero totalmente conmocionada por el macabro hallazgo que hizo la Policía tras la confesión del padre, y no había salido aún de su asombro, cuando, solo una semana después del terrible suceso, se conoció que otra joven había arrojado el feto de su bebé, que había nacido muerto, a un contenedor de basura. En esta ocasión, no fue posible encontrar el cuerpo y la mujer quedó en libertad con cargos.

Pero si estos casos conmocionaron a Palencia en febrero, marzo se vio también sacudido por la muerte de dos trabajadores en accidentes laborales en las fábricas de Siro y de la papelera de Dueñas y por el trágico fallecimiento de un niño de 11 años como consecuencia de una mala combustión de la caldera de gas en su domicilio del barrio de San Juanillo, cuando apenas habían pasado tres días desde que se inició el estado de alarma. Mientras, en julio, la muerte se hizo presente en Palencia de la forma más trágica posible. Dos jóvenes murieron en un accidente de tráfico cerca de Villaherreros, cuando regresaban a sus domiclios, en diferenes pueblos de la comarca de Saldaña, después de haber pasado la noche de fiesta.

Los accientes graves, tanto en el ámbito laboral, como en las carreteras se han venido sucediendo a lo largo del año, Uno de los últimos casos, de este mismo diciembre, ha sido el fallecimiento de un conductor de camiones, cuyo cuerpo apareció en el interior de un pozo de una lavandería industrial de Dueñas.

La crónica de sucesos no puede olvidarse tampoco del grave incendio ocurrido en torno a mediados de julio entre las localidades de Villahán y Astudillo. Se quemaron cerca de cien hecáreas.

Ha sido también el año de las continuas protestas contra la instalación de macrogranjas de cerdos en la provincia, especialente en la comarca del Boedo. Las concentraciones de rechazo se han vivido por toda la provincia, incluida la capital.

En cuanto a la proyección internacional de la ciudad, en este caso, ha venido de un caso cuando menos curioso, el del 'ecce homo' de la Calle Mayor. La noticia, después de que la diera a conoocer en noviembre el pintor Antonio Guzmán Capel, salió hasta en los sensacionalistas periódicos ingleses. Se trata de la fallida restauración de la cabeza de una figura femenina ubicada en un conjunto escultórico de decoración de la fachada del número 9 de la Calle Mayor, antigua sede de Caja Duero y hoy de Unicaja.

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