Esculturas de madera muy vivas

Diez años después de su muerte, el escultor Ursicino Martínez Ursi mantiene viva su presencia y sobre todo la esencia y vitalidad de su obra. La exposición que se puede ver hasta finales de mayo en el Museo de Palencia así lo evidencia. La selección de las 25 piezas que se muestran, realizada por el presidente del grupo Muriel, Alberto Rodríguez Lechón, que conoció muy bien al artista, permite contemplar una producción aún fresca y creativa.

Falta por organizar una gran exposición de la obra de Ursi que permita situarle en el contexto de la escultura contemporánea, pero de momento, Palencia, las instituciones y sus amigos de Muriel, le han rendido con esta muestra un justo homenaje en este décimo aniversario de su óbito, ocurrido en Palencia el 7 de enero de 2007, cuando el artista nacido en Villabellaco tenía 74 años.

Centrado en la madera, las obras seleccionadas, que proceden del museo de Aguilar de Campoo que gestiona la familia, recorren parte de la producción de Ursi, la más característica e identificable con su trabajo, el figurativo y el abstracto, incluido aquí el que tiene una fuerte carga simbólica.

La figuración de Ursi es muy personal. El perro, que abre el itinerario de la muestra, constituye un anima en posición sentada pero erguida y con mucha fuerza, como también la tiene Mendigo en el suelo, donde el cuerpo de un indigente se asoma, se intuye, en una superficie plana.

La escultura religiosa está representada por la Virgen con el Niño, ambos con una sonrisa patente que rompe moldes en esta iconografía, ya que refuerza la dulzura y la empatía de los rostros.

No faltan en esta exposición perfiles muy logrados por el escultor, como los atletas, los ciclistas, las gimnastas, las patinadoras y, cómo no, los mineros, en una serie oficios relacionados con esta actividad profesional que Ursicino Martínez conoció personal y laboralmente.

Con la escultura abstracta, Ursi alcanza cotas brillantes. Son las esculturas en las que el artista rasga la madera y la secciona para explorar todas las posibilidades creativas en cuanto al volumen, el equilibrio y la tensión, como en Desgaste y bucles, La bola, Nudo, Viruta y cuña, Pliegues, Equilibrio o Semillas. Ursi crea espacios y huecos internos. La madera se proyecta hacia el interior, hacia las vetas que envuelven las formas, que separan la corteza para crear virutas que se reintegran en la madera para completar la obra de arte.

Por último, la muestra incluye piezas creadas no sin cierta ironía, casi de dimensión simbólica, como Hacienda, que es el gato que presiona y exprime a los ciudadanos, simbolizados en un viejo tronco; El abrazo, un ejercicio de hermandad configurada con una forma de huevo.

Ursicino Martínez, en fin, se expone en la Casa del Cordón en su esencia, en su intensidad creativa. El escultor falleció joven, cuando su producción comenzaba a tener un reconocimiento y proyección pública que se reforzó con la apertura del museo del Arco de la Tobalina, que atesora, conserva y, sobre todo, exhibe el caudal creativo que legó en torno a la madera, a la que supo domeñar para crear verdaderas obras de arte.

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