Baltanás recuerda a Paco Carvajal, el pintor de la aristocracia fallecido

Francisco de Borja Carvajal y Argüelles, conocido como Paco, falleció el pasado 27 de abril tras varios meses marcado por la enfermedad. El XII Conde de Fontanar acababa de cumplir 54 años. Una vida dedicada al arte y, especialmente, a la pintura. Paco ha retratado a la infanta Elena con su hijo Felipe, a la princesa Lillian de Suecia o a los aristócratas italianos Aosta (familia de los Saboya), y a otras muchas personalidades de la alta sociedad. También pintaba a algunos personajes pintorescos que, al no poder pagar su obra, se la regalaba. Así era Paco, una persona discreta y generosa. Paco Carvajal ha trabajado y pasado largas temporadas atendiendo encargos en Londres, Roma, Venecia, Estocolmo, Milán, Viena, Lisboa, Sevilla, Nueva York, Barcelona, Miami, Edimburgo, Lugano y Madrid. En su trayectoria artística, ha organizado varias exposiciones pictóricas con el género del retrato como protagonista. Un género que ha sido históricamente uno de los más considerados porque gracias al pintor se ha transmitido a la posteridad la imagen del personaje con todos sus rasgos físicos y psíquicos, algo que Paco Carvajal consigue perfectamente en cada una de sus obras.

Paco Carvajal ha estado muy vinculado con Baltanás, pueblo del que desciende y donde conservan varias propiedades familiares. De hecho, su especial sensibilidad con el arte le llevaron a adquirir el antiguo Convento de San Francisco en la década de los noventa, edificio que fue propiedad de sus antepasados y en el que realizó una rehabilitación integral, recuperando parte de las dependencias originales del Convento de San Francisco. Este espacio se inauguró oficialmente el 26 de octubre de 2002, con un concierto a cargo del Cuarteto Vocal Hispania que congregó a centenares de baltanasiegos, así como a numerosas personalidades de la alta sociedad. Una cita con la música de cámara que se ha desarrollado durante varios años, siendo el 12 de julio de 2014 la última vez que abrió sus puertas para estos eventos culturales. Entre las voces de estos conciertos no faltaba la de su hermana, la soprano Inés Carvajal. Por Baltanás han pasado muchos de los apellidos con más abolengo de España junto a personalidades de la alta sociedad, convirtiendo este antiguo convento en un espacio propicio para la cultura ligada a la música. Una cita en la que Paco Carvajal también abría las puertas de su casa para compartir un cóctel en el que participaban familiares, amigos, vecinos y curiosos, que disfrutaban de una visita a las dependencias y jardines de la vivienda, perfectamente decorados. Todo ello costeado generosamente por Paco Carvajal.

El pintor residía en uno de los sitios más emblemáticos de Mallorca, la Cartoixa de Valldemossa, que sus antepasados convirtieron en casa de verano haciendo funcional el edificio y donde el rey Juan Carlos pasó sus primeros veranos en Mallorca. Allí falleció, en su casa de la Real Cartuja de Valdemossa, siendo enterrado en la más estricta intimidad familiar. La Iglesia de Santa Bárbara, de Madrid, acogerá el próximo jueves el funeral por su eterno descanso y está prevista la celebración de otro acto religioso en Baltanás, pueblo del que siempre se sintió orgulloso y que ahora llora el fallecimiento de uno de sus vecinos más ilustres.

El convento de San Francisco de Baltanás fue fundado en 1587, bajo el patronato de Don Pedro de Zúñiga y Doña Ana Enríquez de Cabrera, I Marqueses de Aguilafuente y dueños de Baltanás. Este convento se localizaba extramuros de la villa, en el término llamado hasta entonces Fuente de San Martín, entre el camino a Villaconancio y el arroyo. En honor a la esposa de Don Pedro de Zúñiga, Doña Ana Enríquez de Cabrera, se eligió como Patrona del Convento dicha advocación. A tal efecto, se hizo coincidir el inicio de las obras el 26 de julio, festividad de la gloriosa Santa Ana, madre de la Virgen.

Enlaza el marquesado con el apellido Carvajal al casar Doña Francisca de Zúñiga con Don Juan de Carvajal y Lancaster, IV Duque de Abrantes, Duque de Linares. El condado de Fontanar fue creado por el rey Felipe IV el 17 de febrero de 1645. Don Francisco de Carvajal será el IX Conde de Fontanar y Marqués de Aguilafuente, que se casó con Doña María Xifre y Chacón, heredando la Dehesa de Valverde, en Baltanás.

Don Pedro de Zúñiga encargó las trazas del Convento de San Francisco y costeó su edificación. Parte de la piedra utilizada procedía de una construcción que desmanteló en la Dehesa de Valverde. La construcción finalizó en 1590. Durante los tres años que duró su ejecución, los Franciscanos se instalaron y usaron las dependencias de la Ermita de Nuestra Señora de Revilla. Los frailes, a lo largo de su instancia en la villa, tuvieron varios pleitos con el pueblo. Este Convento perteneció a los Franciscanos Descalzos y fue Colegio de Filosofía y, a partir de 1724, Casa de Misión de la Orden Franciscana.

El Convento fue suprimido temporalmente durante la francesada (transcurrida entre 1810 y 1814) y continuó hasta el Trienio Liberal (1820-1823). Las funciones del Convento desaparecieron totalmente en 1835, al decretarse la Ley de Desamortización de Mendizábal. Muchas de las obras de arte que albergaba cayeron en manos de los franceses, los cuales se apoderaron de ellas, especialmente de las platerías y los lienzos que poseía el claustro. Como dato curioso, la biblioteca del Convento conservaba 1.606 libros en 1809.

A partir de este momento, el edificio se destinó a cárcel pública del partido judicial y sala de audiencia del mismo, lo que supuso la degradación arquitectónica del Convento. Otro de los usos llevado a cabo en los últimos años fue el de pósito o silo para el cereal. Actualmente, puede visitarse lo que en su día fue la iglesia del Convento, en un edificio totalmente rehabilitado gracias a la generosidad de Paco Carvajal, que siempre llevó a gala su condición de baltanasiego.