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Luis Antonio Curiel
Domingo, 2 de abril 2017, 22:50
El Museo del Cerrato Castellano, con sede en Baltanás, abrió de nuevo sus puertas el mes pasado después de varias semanas en las que se han realizado distintos cambios para que el espacio museístico sea un ente vivo, tal y como se concibió desde sus inicios. La reapertura de este año 2017 fue de la mejor manera posible, con la exposición El arte de las tijeras, de Lotte Reinigir y el taller Arte-Tejiendo impartido por Marta Valdivieso Donoso, relacionado también con la recuperación de oficios antiguos.
El taller textil resultó de lo más atractivo y profundizó en la historia milenaria del arte de hilar y tejer. Marta Valdivieso recordó la importancia que tuvo Baltanás en siglos pasados, donde su lana lavada y cardada destacaba por su extraordinaria calidad. De hecho, las medidas, cobertores, capotes y estameñas confeccionados con lana de primera calidad en la capital del Cerrato se surtieron por toda España, llegando también a América, Portugal, Francia, Inglaterra, Holanda y otros países. Había una lana de segunda clase que se vendía, por encargo, para hacer colchones y la lana de peor calidad se vendía al lanero. Además, Valdivieso recordó la importancia de Baltanás en el campo de la tinción e hizo referencia a la necesidad de mantener y conservar los oficios antiguos, muchos de ellos en vías de desaparición.
El taller realizó un recorrido por la historia milenaria del arte de hilar y tejer, remontándose desde las civilizaciones nómadas hasta la actualidad. Valdivieso mostró algunas plantas y animales de los que se obtiene históricamente el hilo, como el cáñamo, algodón o lino y la oveja, cabra, conejo o los gusanos para la seda.
Posteriormente, llegó el momento de aprender a tejer, por lo que los asistentes conocieron las fibras y herramientas del hilado, el huso, las ruecas, las cardas. En cuanto a la lana, Valdivieso explicó todo el proceso de elaboración partiendo de la recogida de la misma hasta su lavado y cardado. De hecho, los asistentes tuvieron la oportunidad de cardar la lana y sacar sus hilos, siguiendo el método tradicional transmitido de generación en generación. Otro aspecto que suscitó especial interés fue el de la tinción y los asistentes tuvieron la oportunidad de percibir los colores que se obtienen de la nuez, la rubia, la fresa, el gallarón, la zanahoria o de animales como la cochinilla y la caracola.
Uno de los momentos más esperados fue la demostración con los telares de suelo, pesas, cintura y pedales. De hecho, los asistentes pudieron practicar con la colocación de hilos para hacer el entramado, conocer las partes de los telares como la urdimbre y la trama. Además, el taller contó con una demostración práctica en la que cada uno de los asistentes realizó un trabajo con lana que pudo llevarse como recuerdo de la jornada textil.
Marta Valdivieso es miembro del grupo organizador de la Universidad Rural Paulo Freire del Cerrato con sede en Tabanera de Cerrato y es la responsable del proyecto textil La Trama, que incluye trabajo de investigación, aula-taller permanente La trama de Ariadna y escuela itinerante. Además, es especialista en telar de cintura y telar de pedal, formación que ha adquirido en comunidades indígenas de Guatemala y México.
Aula textil permanente
El antiguo Salón de Baile de Tabanera de Cerrato se convirtió hace un año en un Aula Textil permanente vinculado a la Universidad Rural Paulo Freire del Cerrato. «Este espacio pretende ser un lugar que invite a entrar y probar para aprender las técnicas que usaban nuestros antepasados, lo que nos ayuda a acercarnos más a ellos y conocer el entramado de nuestra historia. Entender de dónde venimos para saber hacia dónde vamos», destacó Valdivieso, responsable del aula que en estos momentos realiza un trabajo de investigación para recuperar el proceso completo del tejido desde las fibras y el tratamiento de la misma hasta llegar a hacer hilo, sobre todo del lino y la lana, las dos fibras del reino vegetal y animal más usadas en Castilla. También investiga sobre los tintes naturales, las plantas tintóreas de la zona, el proceso para la obtención del tinte y el teñido del hilo. Y además, centra sus estudios en los telares, las telas y tejidos característicos de esta región, como el paño de Astudillo y las mantas de Palencia.
Este proyecto textil recoge también donaciones textiles o artilugios relacionados con este campo para exponerlos en este espacio. «Me encantaría sacar de los desvanes estos objetos mágicos que guardan un saber en su interior para hacer una exposición permanente. Que los pueda conocer y usar quien por aquí pase en los cursos que organizamos o las visitas que recibamos», comentó Valdivieso. El proyecto textil La Trama ofrece cursos sobre tejidos en los que acerca estas herramientas a todas las generaciones a través de colegios, semanas culturales, festivales y otros eventos.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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