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PILAR ROJO
Miércoles, 30 de noviembre 2016, 19:07
«Nos alojábamos en el Hotel Telégrafo, al lado del Palacio Real. Estábamos viendo el concierto de una cantante cubana cuando se suspendió, encendieron los televisores y salió Raúl Castro dando la noticia de la muerte de Fidel. La forma en que lo dijo, la voz trémula, el ambiente que se generó... me recordó mucho al momento en que Arias Navarro comunicó en televisión la muerte de Franco». Fernando Rodilla, un palentino que se encontraba de viaje en Cuba, relata así cómo vivió en primera persona desde la isla la muerte del comandante.
Tras pasar unos días en distintas ciudades cubanas con unos amigos que viajan todos los años a Cuba y recorren distintas rutas en bicicleta, Fernando se adelantó a La Habana, porque debía regresar antes a España, y se encontraba en el hotel junto a una periodista brasileña, el presidente del Club de la Amistad Cuba Brasil y un conductor cubano. «La reacción en la calle fue de luto. Se cerraron los establecimientos, se prohibió la venta de alcohol, la Policía vigilaba que se cumplieran todas esas exigencias y, en definitiva, se apagó la ciudad. La Habana es una ciudad viva, alegre, y de pronto se dejó de escuchar la música, todo estaba triste, apagado. Fue una muestra de duelo, aunque luego había gente de todo tipo. Algunos estaban realmente desolados y otros, la gran mayoría, lo pasaron de puntillas, cumpliendo las normas pero sin sentir ese dolor que se pretendía hacer llegar», recordaba Fernando Rodilla, que ya se encuentra en Palencia tras su viaje.
En su periplo cubano, ha viajado en bicicleta junto a un grupo de amigos, entre los que se encuentra Jean Claude Elvira, descendiente de Castromocho, que aún continúa en Cuba. Jean Claude está en Camaguey y tenía previsto viajar a La Habana, donde permanecerá hasta el viernes, que sale su avión de regreso. «Cuba está triste. Desde que a las 12 de la noche se anunció por televisión la muerte del comandante, se paró la música y de alguna forma se paró el país. Camaguey parecía una ciudad en toque de queda», recordaba ayer Jean Claude. En su opinión, la mayor parte de los ciudadanos estaban moralmente derrotados, «están tristes, de auténtico luto. Yo después de venir tantos años a Cuba, ya resido en casas particulares y, donde ahora me encuentro, un amigo fidelista, vivo una situación de auténtica tristeza, parece que ha muerto alguien de su familia. Está desolado. No se bebe, no se baila... Independientemente de la ideología que tenga cada uno, lo cierto es que Fidel Castro ha gobernado Cuba durante más de medio siglo y eso se deja ver, se nota en la gente, que lo respetaba».
Jean Claude y Fernando Rodilla son dos ejemplos palentinos de cómo los turistas vivieron en primera persona la desaparición de un símbolo de este siglo desde el escenario privilegiado de la isla cubana. Si en algo coinciden los dos es que, cualquier turista que se encontraba estos días en Cuba buscando diversión, no pudo hallarla, ya que todas las ciudades apagaron las risas, las luces, la música y la alegría para guardar luto por Fidel Castro.
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