Despedida de Fernández Pera

«Por amor a Caneja». Esta es la razón por la que el pintor Juan Manuel Fernández Pera justificó la donación generosa a la fundación que lleva al nombre de aquel de quince cuadros y una serie de grabados. Así le respondió a este periodista el pintor, que este viernes ha recibido sepultura en el cementerio de Nuestra Señora de los Ángeles de Palencia tras el funeral celebrado en la iglesia de San Lázaro, a la que acudieron familiares y amigos.

Juan Manuel Fernández Pera asistió el 17 de diciembre a la inauguración de la exposición de obras de arte donadas a la Fundación Caneja. Fue su última aparición pública en Palencia, una ciudad a la que llegó con un año, en 1944, y en la que vivió hasta 1967; una ciudad en la que expuso en dos ocasiones: en 1992 en el Centro Cultural Provincial y en 2005 en la Fundación Caneja.

Esta última exposición se tituló Paisajes de la memoria, y en ella vinculó su obra al paisaje castellano desde la perspectiva de su pasión por Caneja, que le condujo a donar los quince cuadros y los grabados. Es una buena ocasión para mostrarlos como homenaje al artista. Precisamente, uno de esos cuadros es un retrato de Díaz-Caneja pintado en 1988 e incorporado al patrimonio de la fundación en 1999.

Fernández Pera cultivó en su primera etapa como artista el grabado, técnica en la que se formó con Raimundo Patiño. Posteriormente, se fraguó su perfil de pintor de paisajes, aunque en su producción más reciente se centró en espacios interiores y en objetos, especialmente relojes.

Fue incluido en la exposición Líricos del fin de siglo: Pintura abstracta en los años noventa, organizada por el Ministerio de Cultura de Cultura en 1996, en la que compartió cartel con Alberto Reguera y otros 16 pintores españoles.

• Temas
• Palencia (Provincia)
• Paisajes