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Lunes, 30 de mayo 2016, 06:31
El proceso de implantación de la receta electrónica está llegando a su fin con la puesta en marcha de este sistema en todas las oficinas de farmacia de la capital. Después de su progresivo periplo por toda la geografía provincial, el programa concluye su fase de implantación con la llegada a los cuatro centros de salud urbanos. La llegada a la capital se inició el pasado martes con la puesta en marcha del sistema en el centro de salud de La Puebla, el que más población atiende. Esta semana entrante llegará a Jardinillos y continuará en Pintor Oliva y, por último, San Juanillo. En definitiva, que en un plazo máximo de tres semanas, ya estará generalizado para cualquier usuario de la capital y la provincia.
Receta electrónica
Tarjeta de Sacyl.
La clave del sistema es la tarjeta sanitaria, en la que el médico introduce la información sobre el tratamiento a recibir. No hay que cambiarla.
Receta electrónica.
La consulta con el médico no será necesaria todos los meses. Solo en el momento en que el facultativo prescriba el tratamiento farmacológico cambia en vez de entregar una receta en papel, grabará en la tarjeta sanitaria el tratamiento concreto.Para confirmar la seguridad, el especialista incluirá su firma electrónica y la nomenclatura específica del medicamento.
Base de datos.
Los datos incluidos por el médico se recogerán en una base de datos común a la que tendrán acceso tanto médicos como farmacéuticos.
Documentos.
Cuando se acude a la farmacia solo es necesaria la tarjeta sanitaria. A través de ella, el farmacéutico podrá conocer el tratamiento, formato y cantidad necesarios a dispensar al paciente.
Dispensación.
El sistema, cuando se haya completado su implantación en todas las comunidades, permitirá adquirir los medicamentos en cualquier autonomía. Todas las farmacias y médicos compartirán información, por lo que si el paciente se encuentra fuera de su ciudad o región, podrá adquirir el tratamiento recetado en cualquier farmacia del país. De todas formas, esta aplicación no está aún en vigor.
La implantación de la receta electrónica implica que los pacientes crónicos pueden acceder a su medicación directamente en la farmacia, sin necesidad de pasar por el médico de cabecera. La sincronización informática entre los centros de salud y las farmacias es la base de la receta electrónica, un sistema que comenzó a funcionar el pasado 1 de diciembre en Villada y que ya se ha extendido a las veinte zonas básicas de salud que componen el mapa sanitario de la provincia. En términos absolutos, esto se traduce en 97 farmacias. De ellas, 60 ya funcionan a la perfección con receta electrónica. Las 37 restantes, que son las que están ubicadas en la capital, son las que están ahora inmersas en el proceso de implantación.
El balance hasta ahora no puede ser más positivo, tras casi medio año de funcionamiento progresivo en el medio rural. En opinión del presidente del Colegio de Farmacéuticos, José Luis Nájera, apenas se han detectado fallos y, sin embargo, sí se han logrado varias ventajas. «Los pacientes se ahorran visitas al médico, los farmacéuticos tienen una herramienta para calcular perfectamente las dosis y los facultativos disponen de más tiempo para otras consultas», afirma. Sin embargo, lograr el funcionamiento óptimo conlleva una coordinación perfecta entre médicos y farmacéuticos que se plasma en una conexión común informática.
Las 97 oficinas de farmacia de la capital y provincia ya tienen implantado este sistema informático y los profesionales farmacéuticos han superado la formación necesaria para ponerlo en marcha. La adaptación de los sistemas informáticos ha supuesto un coste añadido para las oficinas de farmacia que, en una parte, se ha financiado con una aportación económica de la Diputación, «que en buena parte, ha servido sobre todo de ayuda a aquellas oficinas rurales cuya rentabilidad económica está en entredicho», agregó.
Funcionamiento sencillo
La nueva prescripción tiene un funcionamiento sencillo. El usuario llega a su centro de salud y, en el momento del final de la consulta, cuando antes su médico le entregaba varios papeles con los diferentes medicamentos que tenía que comprar en la farmacia, ahora solamente le entrega uno, la hoja de tratamiento donde se especifica la dosis y , si fuera necesario, cuándo será la próxima revisión. La información se traslada automáticamente a la tarjeta sanitaria, que posteriormente el paciente entrega en la oficina de farmacia donde vaya a comprar los medicamentos. Allí, el facultativo pasa su tarjeta por un lector y en su ordenador aparece la lista de medicamentos y la dosis que debe entregarle. Desde que recibe la prescripción, el paciente tiene un periodo de diez días para comprar la medicación en la farmacia. Otra de las ventajas de la receta electrónica es económica. Antes, los pensionistas, debido al copago, tenían que pedir un reembolso cuando rebasaban el tope de gasto y esperar a que se lo concediesen. Ahora, al automatizar el sistema para dispensar los medicamentos, cuando se llega al tope de gasto ya no se paga ese porcentaje.
El calendario de implantación de la receta electrónica se ha llevado a cabo desde el pasado mes de diciembre de acuerdo a plazos preestablecidos de antemano. Cada semana, se han ido incorporando tres o cuatro oficinas de farmacia, todas ellas de la zona rural. La última fase supone la incorporación de los cuatro centros de salud de la capital, el reto más complicado si se tiene en cuenta que aglutinan a la inmensa mayoría de la población palentina. En principio, se calcula que a lo largo del mes de mayo ya puedan estar funcionando los cuatro equipos de salud con la receta electrónica. «Todas las farmacias de la capital se han incorporado a la vez, aunque los centros de salud se irán uniendo uno a uno, de forma progresiva», aclara José Luis Nájera, responsable del Colegio de Farmacéuticos de Palencia.
En datos porcentuales, las recetas electrónicas pueden representar en torno al 18% de los pacientes a los que se prescribe en la provincia de Palencia.
Preparación simultánea
El presidente del Colegio de Farmacéuticos, José Luis Nájera, recalca que la implantación exige una preparación simultánea del farmacéutico y de los profesionales sanitarios del centro de salud. En Palencia, actualmente están abiertas 97 oficinas de farmacia, de las que 39 están en la capital. «Para el usuario es un paso muy importante en la accesibilidad al medicamento, pero todo ello exige previamente una preparación de médicos y farmacéuticos. Es necesario que los soportes informáticos sean iguales, lo que obliga a las oficinas de farmacia a realizar una inversión para adaptar sus equipos informáticos que faciliten esa coordinación», señaló. En las oficinas que económicamente tienen más dificultades, todas ellas del medio rural, se ha aportado una financiación extraordinaria facilitada por la Diputación.
La receta electrónica tendrá validez en todas las farmacias de Castilla y León, ya que los datos del paciente quedarán grabados en la base documental de Sacyl.
Si el paciente va a salir de la región y necesita llevarse la medicación, debe acudir al centro de salud para que su médico le entregue la receta en papel para poder comprarlo donde vaya. La hoja de tratamiento tendrá una validez de un año. Transcurrido este tiempo, el enfermo crónico deberá volver a la consulta para renovar todos los datos sobre la medicación.
De cualquier forma, los usuarios recibirán toda la información necesaria sobre el funcionamiento de la receta electrónica en sus visitas al médico de Atención Primaria para solicitar la medicación. Allí conocerán también que esas visitas a por recetas ya no serán necesarias, sino que se irá directo a la farmacia.
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