Carlos Porro.

Carlos Porro: «Una parte de la recuperación de folclore atiende a razones sociales y económicas»

La Diputación le ha concedido el Premio Provincial de Folclore José María Silva por su labor de recuperación de sonidos y tradiones de la provincia

fernando caballero

Domingo, 15 de mayo 2016, 15:41

Sus padres y abuelos proceden de la pequeña localidad de Abastas, pero Carlos Porro nació en Pontevedra en 1972. Atraído por el mundo del folclore, a los 14 años comenzó a investigar el de Palencia y lleva dos décadas largas vinculado directamente a este campo. Trabaja como etnógrafo en la Fundación Joaquín Díaz, en Urueña, pero además es el responsable de numerosas publicaciones sonoras y editoriales sobre tradiciones palentinas, especialmente el Archivo de la Tradición Oral de Palencia, que tiene ya 21 cedés en el mercado.  

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¿Cómo ha recibido el premio?

Pues para lo que viene siendo mi carácter castellano, con emoción, realmente. Cuando me llamó la presidenta de la Diputación, me quedé sorprendido, tanto que pensé que me iba a llamar la atención por alguna actuación referida al folklore palentino, en vez de comunicarme la noticia grata del premio.

¿Le habrá hecho especial ilusión recibirlo después de Luis Guzmán, su maestro?

Pues la verdad es que mucho, y contento porque él lo recibió el primero y en el momento. Me hubiera gustado que en verdad hubieran estado tanto él como José María Silva cerca para poder comunicarles la noticia, pero la vida no ha hecho posible el feliz acontecimiento.

Ha dedicado muchas palabras a Luis Guzmán. ¿Qué ha significado para usted su magisterio?

Sí, y espero poder seguir dedicándole muchas palabras más. La figura de Luis Guzmán me motivó especialmente hace años, cuando lo conocí por primera vez aunque ya sabía de sus investigaciones, pero me sorpendió especialmente su trabajo callado durante años, y en muchos aspectos personales y profesionales me vi reflejado en su espejo, trabajar para una provincia que no siempre reconoció su trabajo, trabajar y vivir fuera de ella, empeñarse personalmente en sacar los proyectos adelante y ya sabemos que «santo que no está presente no recibe vela». Por eso insistí en reconocer su trabajo y editar su obra, que tenía aparcada desde hacía más de cuarenta años. Proyectos que él dejó de lado también voluntariamente para dedicarse a editar y que se reconociera la obra musical de su padre, don Antonio Guzmán, por eso estoy muy satisfecho de poder haber hecho este reconocimiento de su obra, como él hizo con la de su padre y que la Diputación apoyara asimismo y plasmara este trabajo.

El premio lleva el nombre de José María Silva. ¿Qué papel ha tenido en el folclore palentino?

Pues José Mari, el amigo José Mari, fue un apoyo fundamental en mis primeros años de trabajo, al margen del placer personal de disfrutar de su generosidad (que hoy siguen siendo tal, con la concesión de este premio). Pero al margen de colaborar en las investigaciones conjuntamemente, fue el pionero, junto a la primitiva formación de los Dulzaineros de Campos (Manuel Rodríguez, Jesús Arranz, Juan Cruz y Reyes Silva) ya no de mantener, sino de acercar el folclore a las jóvenes generaciones que no teníamos el nexo de unión con esos viejos modos y estilo. Fue una labor fundamental a la hora de servir de puente en nuestra provincia y que ahora se mantengan muchos de los elementos que sin duda se hubieran perdido.

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La investigación del folclore se ha revitalizado en los últimos años. ¿Por qué cree que se ha dado este fenómeno?

Bueno, esta revitalización sesgada atiende por un lado a razones económicas y sociales. Por un lado, la necesidad que existe en muchas personas de sentir, y ese sentimiento se hace vinculado a un entorno humano, social, de carácter, costumbrista, de naturaleza, que hace que uno se apoye en algo que fue suyo durante generaciones y que por circunstancias nos ha sido negado, ocultado o adulterado en vanas expresiones folclóricas que de casi nada han servido para dar continuidad a nuestras raíces. A la vista está que la artesanía está desaparecida, no hay cantores ni voces en Palencia que se hagan cargo del repertorio solista de romances o de la tonada montañesa, cantos de trabajo, de boda, etc., y la escasez de instrumentistas al margen de la dulzaina (rabel, pandereta y tambor, flauta de tres agujeros, acordeón de botones, guitarra y bandurria, brilla por su ausencia). Desde otro punto de vista esta revitalización institucional atiende a que con poco presupuesto se amplían muchas ofertas, pues la tradición y el folklore congrega a muchos participantes, oyentes o público en general. Siempre es mucho más caro restaurar edificios históricos, por ejemplo, o arreglar unos jardines en la capital que organizar una muestra de folklore o editar unos libros.

En esta revitalización se ha publicado y editado mucho. ¿Qué queda por descubrir en el campo del folclore y de la cultura tradicional?

Si, podemos hablar de una cierta revitalización desde el Archivo de la Tradición Oral de Palencia hemos trabajado en una docena de libros de folklore palentino y los 21 cedés en muy pocos años) a apartir de la busqueda de los amparos institucionales o los proyectos personales y privados. Es la manera de hacer visible y de descubrir precisamente nuestra tradición, que ahí está solamente hay que conocerla para poder tratarla cuidarla y sentirla. Lo que no se conoce no se aprecia ni valora. Hay que acercar, redescubrir continuamente nuestro patrimonio, así que siempre estamos actualizando nuestra costumbre.

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¿Hay lagunas en la investigación de la cultura popular?

Muchas, demasiadas para la situación en la que está la tradición. Pero más que en la investigación que en parte está realizándose o que se ha hecho recordemos que Palencia tiene estudios de folklore realizados con buen criterio desde los años 40 con Antonio Guzmán, el maestro Moro, Luis Guzmán, la Sección Femenina, etc., las lagunas están en la educación y en la buena praxis, pues falta desde el ministerio o las instituciones un plan de desarrollo conformado y consensuado por especialistas para llevar a cabo la revitalización de la tradición y especialmente de la práctica y educación en las escuelas e institutos.

¿Cuál es la comarca de Palencia más estudiada y la menos?

La Montaña destaca sin duda y especialmente Cervera por la cantidad de documentación que hemos atesorada desde esos citados años 40 con los Guzmán. Joaquín Díaz trabajó también allí, José Manuel Pedrosa, el seminario Menéndez Pidal, Piedad Isla, Gonzalo Alcalde... Cervera representa un fondo etnográfico y musical que me atrevería a decir el más importante en toda Castilla y León desde el punto de vista comarcal. Los Valles de la Valdavia, la Ojeda y Boedo tal vez sean los más descuidados desde ese punto de vista. En los últimos años hemos trabajado bastante en la Vega Saldañesa con documentos interesantísimos.

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La Diputación de Palencia está apostando mucho por estos temas. ¿Cree que las instituciones hacen lo suficiente?

Siempre hemos de decir que nunca hacen lo suficiente esto va en el carácter de las personas que dedicamos todo nuestro tiempo a la conservación y cuidado de este patrimonio, todo hay que decirlo. Hay que tener en cuenta que cualquier apoyo a la tradición ocupa una parte escasa de los presupuestos en comparación con cualquier otra aspecto de la cultura o el turismo. A veces es más importante que esos apoyos se encaucen de manera correcta, con los profesionales en su cao, hacia sectores y colectivos que demanden una ayuda real y con resultado efectivos. A veces las ayudas existen en el caso de muchas instituciones pero no se optimiza este recurso ni su resultado. Los ultimos años ha habido una apoyo más desarrollado desde la Diputación hacia proyectos reales y que estaban necesitados como el caso de la danza de palos. Pero falta una dinamización grande en la artesanía, un tratamiento y documentación de la indumentaria, de la danza o el baile, de otras prácticas musicales, la voz

¿Cómo va la edición del Archivo de la Tradición Oral de Palencia?

Pues goza de buena salud, reconocido a nivel nacional especialmente como el archivo sonoro que más edita en temas locales. La verdad es que nos alegra mucho el sentirnos reconocidos.

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¿En qué trabaja ahora y qué proyectos tiene?

Pues varios, presentar ahora a nivel nacional la película de un 60 minutos que hice sobre la pandereta en Palencia. También estoy preparando un nuevo disco sobre el folklore musical de Aguilar de Campoo, otros nuevos cuadernos sobre la dulzaina en Palencia dedicados a Ampudia y a Pedraza de Campos y un libro que ya está acabado sobre la indumentaria palentina, en el especial caso de Grijota que fue paradigma del traje y representó a toda la provincia desde hace siglo y medio.

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