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j. olano
Miércoles, 11 de mayo 2016, 06:25
La prueba de sexto de Primaria se ha convertido en una de las polémicas políticas de las últimas semanas, con comunidades autónomas díscolas anunciando que no van a someterse a la evaluación o programando exámenes distintos para el año que viene, contra la advertencia del ministerio de Educación en funciones, Íñigo Méndez de Vigo (diputado nacional del PP por Palencia), de que la ley está para cumplirla. El titular de la cartera ministerial de Educación ha insistido como lo hizo el sábado en una reunión con las asociaciones de padres y madres de alumnos de Palencia en que los resultados no se utilizarán para hacer una clasificación de colegios, los temidos rankings, y ha pasado los últimos días intentando tranquilizar a las familias con que solo se trata de una prueba de diagnóstico que no tendrá efectos en el expediente de los alumnos.
La prueba, a la que están convocados hoy miércoles y mañana jueves los 1.285 alumnos de sexto de Primaria de Palencia (776 de la capital y 509 de la provincia, y de ellos 866 de centros públicos y 419 de concertados), consta de cuatro partes: competencia lingüística en español y en inglés, competencia matemática y competencia en ciencia y tecnología. Se dividirá en dos días y durará unas cinco horas, y los resultados de la evaluación no serán numéricos, sino que se expresarán en cinco valores: insuficiente, suficiente, bien, notable o sobresaliente.
El objetivo teórico de la prueba es evaluar a los alumnos para ver su nivel y sus necesidades. Sin embargo, su implantación está generando mucha controversia porque se cree que puede dar lugar a clasificaciones entre centros y comunidades autónomas, una lista de mejores y peores.
Negativa en el Sofía Tartilán
Asociaciones de padres de alumnos y sindicatos han censurado, con mayor o menor intensidad, la realización de esta nueva evaluación. Entre las voces más contundentes contra la reválida del sexto de Primaria sobresale la Confederación de Padres y Madres de Alumnos, que aconseja a las familias que están en contra de la evaluación que no lleven a sus hijos al colegio los días en que se hagan las pruebas para evitar que sean examinados. En Palencia, algunas familias del colegio Sofía Tartilán son las que más reacias se han mostrado a que sus hijos efectúen la prueba.
Por su parte, la junta de personal docente no universitaria de Palencia, en la que están representados todos los sindicatos, reprocha a la Consejería de Educación las «distorsiones que ha provocado en el funcionamiento de los centros para obtener como resultado de la improvisación una premura en los plazos, disfunción en la aplicación de la normativa editada, ausencia en la claridad de los criterios, así como falta de objetivo final».
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