Un grupo de niños con la batería.

El rock amansa las fieras en Palencia

La Escuela de Rock acerca la música a los más pequeños utilizando el estilo como principal herramienta

víctor amor

Domingo, 8 de mayo 2016, 12:01

Cuando se escucha el dicho popular de la música amansa a las fieras, el común de los mortales evocamos algún ritmo de Chopin, de Beethoven o cualquier acorde de las composiciones de Joaquín Rodrigo. Pero quizá no se pueda concebir esta propiedad de cualquiera de los estilos musicales y mucho menos del rock o el heavy que hacen alarde de sus ritmos contundentes en las canciones. Algo que resulta un error, y es que estos estilos musicales son una herramienta clave para canalizar las energías, sobre todo en el caso de los más pequeños.

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Tanto es así que, para más de 250 niños de la capital palentina, en sus oasis de paz suena canciones de Los Ramones, ACDC, Dover o Metallica, entre otros. Para ellos, marcar ritmos con una batería o realizar punteos con la guitarra eléctrica se convierten en una forma de escapar de la rutina del colegio y los deberes, algo que hacen por medio de la Escuela de rock que desde hace cerca de tres años nació en Palencia y que buscar «crear un buena cantera de músicos», según explica el responsable del proyecto, Juan Alberto García Santos.

Una iniciativa que trabaja, desde el rock, la disciplina musical en estos niños, aunque este aprendizaje está basado en «una vertiente más práctica», comenta García Santos. Asimismo, el responsable de esta particular escuela define el proyecto como una muy buena forma de comenzar en la música a edades tempranas. Por eso cuando uno entra en las instalaciones de este centro, cedido por la Concejalía palentina de Juventud, es habitual ver a niños desde los dos años hacer ritmos con la batería, algo que para el promotor de la iniciativa «es muy gratificante».

Aunque, el verdadero objetivo de la Escuela de rock es lugar que los niños disfruten, un fin que parece que haberse cumplido con creces, y es que esto jóvenes rockeros desean acudir dos veces por semana a estas clases y afirman, sin dudarlo que, «nos gusta el rock», porque ellos se sienten protagonistas al tocar las canciones de las bandas más conocidas de este estilo.

Además, García Santos explica que es curioso ver como estos pequeños aficionados a la música rock se interesan por lo que van trabajando en cada clase y destaca que «muchas veces vienen proponiendo temas para que toquemos o incluso fuera de la escuela son ellos los que quedan para tocar».

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Por otra parte, el responsable y promotor del proyecto musical argumenta que esta afición por el rock radica en la contundencia del estilo y en sus ritmos sencillos, «que hacen que ellos puedan expresarse mejor», y destaca que, estos más de 250 niños aprovechan al máximo las clases.

Asimismo, García Santos puntualiza que aunque el motor de la actividad sea el rock, también se trabaja sobre otros estilos más complejos y que a estos jóvenes músicos también les gustan, como el jazz o el blues. Además, el promotor de la iniciativa explica que desde la Escuela de rock se trabaja en distintos ámbitos y con distintos instrumentos, desde la guitarra eléctrica a la batería, pasando por la batería o el canto. Así pues, desde este proyecto también se enseña a los niños a conocer los procesos de grabación y producción musical, como si de la creación de un proyecto discográfico se tratase, una actividad que realizan en un pequeño musical ubicado en las instalaciones.

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Además, como culminación de lo que los jóvenes músicos van trabajando y ensayando en las sesiones de la Escuela de rock, a veces organizan conciertos como si de un festival musical se tratase, en los que mezclan las cualidades de cada uno para formar pequeños grupos de rockeros y mostrar lo que poco a poco van aprendiendo con la actividad.

A pesar de la aparente juventud del proyecto, el aprendizaje y la diversión de los más pequeños en esta actividad extraescolar, que promueve la conciliación de la vida laboral y familiar, son avales más que suficientes para que sea una de las opciones de ocio juvenil más demandadas de la capital, y que «tenemos muchos niños en lista de espera», comenta García Santos.

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Los orígenes de esta iniciativa de psicomotricidad musical radican en Barcelona, de donde procede Juan Alberto García Santos, donde ya gestionaba un proyecto similar y «al mudarme a Palencia decidí montar algo parecido en Palencia», explica y además puntualiza que desde el principio «hemos tenido muy buena acogida».

Finalmente, el creador de la Escuela de rock insiste en la formación musical de los monitores que participan en la iniciativa es otro de los puntos fuertes del proyecto. También trabajamos jazz, blues, pero el rock es más contundente, pero tocamos todos los estilos.

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«La idea la traje de Barcelona, donde vivía antes hace tres años, abrimos una escuela aquí y a partir de ahí empezamos a movernos y se fijaron en nosotros las instituciones. Crean grupos de amigos y quedan entre ellos para tocar, investigan nuevos temas, proponen. También tenemos un pequeño estudio de grabación para poder ir sacando temas y que vean como funciona el proceso de producción musical», indica.

Si la música amansa a las fieras, Palencia dentro de unos años va a ser un remanso de paz. En los últimos meses hay una apuesta clara por propuestas musicales con un componente claro educativo y de promoción. Desde el Ayuntamiento de Palencia se pone en marcha este trimestre una iniciativa para la juventud que se ha convertido en la estrella de la programación.

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