Mariano Haro recibe el emotivo homenaje de Palencia

Era leyenda oral, sus gestas deportivas las cantaban en la época aunque no fuera el medievo, sino la España de los años setenta. Mariano Haro, el héroe del pueblo, de Becerril, de Palencia, del país, el mejor fondista español de todos los tiempos, no tenía aún su epopeya escrita. Hasta ahora. Este viernes, en el salón de actos del Palacio Provincial, fue presentada su biografía, que ha escrito el periodista Alberto Calleja y que contó en ese acto Palencia et orbi con el apoyo del ministro de Educación, Cultura y Deporte en funciones, Íñigo Méndez de Vigo; de la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén; del primer edil de Palencia, Alfonso Polanco, y de una pléyade de representantes políticos, deportistas, familiares y amigos del León de Becerril.

En esa biografía, Mariano Haro El Pionero, que edita la Diputación y que puede comprarse al precio de 12 euros, habla de sus travesuras de pequeño, cuando a martillazos rompió las copas que ganó su padre, corredor pedestre, para venderlas al peso. También de la prehistoria de su zancada, cuando corría para cazar perdices; de las escopetas, las lavadoras o los frigoríficos que daban por las carreras de vueltas a plazas de toros ganadas y que el mítico atleta revendía para ganarse unas perras; de la final de los 10.000 metros de los Juegos Olímpicos de 1972, en Munich, cuando quedó cuarto en una prueba que ganó el finlandés Lasse Viren, que reconoció después que corrió dopado. También de las fotos que hizo en esos Juegos con una cámara comprada a los rusos para retratar la masacre del grupo terrorista Septiembre Negro; de que fue entrenador del actual monarca, Felipe VI, y uno de los deportistas elegido por Adolfo Suárez para que le contaran qué podía hacerse para iniciar mejor la Transición...

Anécdotas todas que salpican su biografía, y este viernes, en la presentación del libro, Mariano Haro empezó su intervención con un recuerdo para su mujer, Marimar; sus hijos, José Antonio, María, Cruci y Mariano, y también para su madre, que decía al León de Becerril que se iba a morir de tísico de correr tanto en tiempos aún de hambre. También se acordó Mariano Haro de su padre, «que casi me mataba entrenando, él en la bici y yo corriendo a su lado, y que cuando llegaba a casa me daba masajes en las piernas al estilo de un boxeador», y de su técnico en el Educación y Descanso, Gerardo Cisneros, con el que fue campeón de Europa de campo a través por clubes en 1975 y 1976.

«No solo se dedicaba a enseñar atletismo, nos fue colocando a los atletas en diferentes sitios», hacía hincapié Mariano Haro, aludiendo a sus compañeros Cándido Alario, su hermano Pepe Haro, Santiago de la Parte y Manuel Fernández Bernabé. «Representábamos a Palencia y al Educación y Descanso, no a Adidas o a Nike. Llevar Palencia en el pecho cuando no la conocía nadie no era fácil», señalaba Mariano Haro, que también tuvo un recuerdo para el presidente del Educación y Descanso, Antonio Hermoso, antes de ceder el turno de intervención al ministro de Educación, Cultura y Deporte.

«Mariano Haro fue pionero en esa España tan difícil que pasó hambre y se convirtió en estandarte de un deporte minoritario hasta entonces como el atletismo, igual que lo fue en ciclismo Bahamontes o Santana en tenis», señaló Méndez de Vigo, que vio otro ganador en Munich. «Cuando hablan de ti con ese respeto, esa admiración y ese cariño, tengo claro que tú te colgaste el oro», hizo hincapié Méndez de Vigo, que dijo ser «un beneficiado» de Mariano Haro porque, gracias a él, probó por vez primera el caviar que revendía a Rafa Cavero, entonces presidente de la Federación, de cuyas hijas era amigo el ministro.