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fernando caballero
Miércoles, 6 de abril 2016, 22:14
El arte se enriquece y recobra nueva vida cuando sale del quirófano. El quirófano es el taller de restauración puesto en marcha por el Obispado con la colaboración de la Diputación y cuya segunda edición ha permitido intervenir en una treintena de obras de los siglos XV al XX, procedentes de veinte localidades palentinas. Los cirujanos han sido diez desempleados expertos en restauración. Esta iniciativa ha contado con un presupuesto de 180.000 euros que ha aportado la institución provincial. El obispado ha puesto a disposición las obras de arte y ha gestionado el taller, que ha tenido como centro físico el seminario menor. Cuatro obras corresponden al patrimonio textil y el resto, a pinturas y esculturas.
La exposición ha permitido recuperar obras de un valor importante, que precisamente con esta intervención han mejorado su aspecto y se ha descubierto sus valores artísticos y cromáticos. La selección de las piezas ha sido acordada por el jefe del Servicio de Cultura de la Diputación, Rafael Martínez, y el delegado diocesano de Patrimonio, José Luis Calvo Calleja. Martínez ha explicado este miércoles, en la inauguración de la muestra, que los criterios que se han empleado son la calidad de las obras, la distribución territorial en la provincia para que iglesias de todas las comarcas se beneficien en esta iniciativa y la urgencia de la restauración de las piezas. El responsable de Cultura de la institución provincial destacó que en tres de las obras textiles que se han restaurado ha intervenido la Escuela de Arte Mariano Timón.
Rafael Martínez añadió que la exposición presenta «una parte de lo mejor de nuestro patrimonio», y destacó obras importantes como las diez piezas y dos columnas del retablo dedicado la Virgen en la capilla funeraria de los Santander Calderón de la iglesia de San Miguel de Saldaña, tallas de madera policromada del siglo XVI. Estas piezas corresponden a San Pedro Mártir de Verona, San Gregorio Papa, Diácono San Gregorio, San Esteban, San Bartolomé, Santa Ana, la Virgen y el Niño, Virgen de la Anunciación y la Virgen dando de mamar al niño.
Otra de las obras restauradas es la Transfiguración del Señor en el monte Tabor, de la escuela de Rafael Sancio, que se encuentra en la parroquia de Santa Eufemia de Autillo de Campos, en un retablo que por sus dimensiones no se ha podido trasladar a la exposición.
Un cuadro que llama la atención porque no se conocía su existencia es un retrato de Gaspar de Cos y Soberón, que fue el primer director del instituto Jorge Manrique y administrador diocesano antes de ser nombrado obispo de Calahorra. Esta obra, del siglo XIX, procede de la iglesia de Mudá.
Aunque la mayoría de las obras son anónimas, hay dos del escultor Alejo de Vahía San Lázaro (o San Antón, ya que no está cara su identidad, de la iglesia de Osorno, y una Virgen de Paredes de Nava. De San Cebrián de Campos hay un Cristo atado a la columna, de Lucas Sanz de Torrecilla autor del pasos La erección de la Cruz, de la cofradía de Jesús Nazareno de Palencia y un Cristo Crucificado, atribuido a Juan Balmaseda, de la parroquia de San Pedro de Frómista.
Los textiles son tres piezas de indumentaria litúrgica: una capa pluvial del siglo XVI de la iglesia de San Lorenzo en Zorita del Páramo, otra del siglo XVII del Santuario del Brezo, en Villafría de la Peña, y una dalmática festiva del siglo XVI de Dueñas, así como un pendón del siglo XX de la cofradía de Nuestra Señora del Castillo de Cisneros. Otro pendón de la iglesia de San Protasio y San Gervasio de Santervás de la Vega no está en la muestra, que incluye los retratos de Felipe el Hermoso, Felipe II, Felipe V y María Luis de Saboya, todos ellos del siglo XVII, del Ayuntamiento de Becerril de Campos, que posee otros ocho de más monarcas.
Obras con dos valores
El taller de restauración de la Diputación y la Diócesis ha intervenido en obras que tienen dos valores, según destacaron la presidenta de la institución, Ángeles Armisén, y el administrador diocesano, Antonio Gómez Cantero. Uno de estos valores es el sentimental para los habitantes del mundo rural de la provincia. El segundo es artístico, que sin duda se ha reforzado con la restauración a la que han estado sometidas las obras. Armisén destacó que esta exposición es fruto de la colaboración entre la Diputación y el Obispado. Asimismo, señaló que «el objetivo del taller de restauración es dejar las obras en las mejores condiciones». La presidenta de la Diputación alabó está iniciativa porque permite mejorar el patrimonio y generar empleo.
Antonio Gómez Cantero, por su parte, se mostró «muy agradecido a la Diputación por la colaboración que mantiene con la Diócesis, entre la que destaca esta «bonita labor» de restaurar el patrimonio religioso. El administrador diocesano señaló que con esta iniciativa se benefician la Diputación, el Obispado y las pequeñas parroquias y pueblos de donde proceden las piezas.
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