J. OLANO
Jueves, 17 de marzo 2016, 06:25
A los efectos de la crisis del ladrillo se suma el descenso de la generación de residuos de la construcción y la demolición, que crecieron en España a un ritmo del 8,7% anual entre los años 2000 y 2008. Según los datos de la Asociación de Gestores de Residuos de Construcción y Demolición de Castilla y León (Agerdcyl), que integra a doce empresas tres de ellas en Palencia, en Husillos, Villalba de Guardo y Quintanilla de las Torres, son entre 30 y 40 millones de toneladas de estos desechos los que se generan cada año en España para su reconversión en áridos y su reutilización en nuevas construcciones. La media de las dos últimas décadas sitúa la producción media anual de estos residuos en 790 kilos por habitante, aunque varía por comunidades autónomas (1.666 kilos en Castilla la Mancha, la más alta, y 458 en esta región), si bien incide la asociación Agerdcyl en que hasta el estallido de la crisis económica se superaba la tonelada de media, aunque tampoco eran sometidos a un proceso adecuado de reciclaje.
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Los residuos procedentes de las edificaciones de nueva planta y de la demolición de inmuebles, además de los derivados de pequeñas obras de reforma, conforman esta categoría de desechos, cuyo tratamiento resulta aún insatisfactorio en la mayor parte de los casos, como hace hincapié la asociación Agerdcyl.
La necesidad de gestionar correctamente estos residuos dio a luz hace tres años a Agerdcyl, que este viernes celebra en Palencia su asamblea anual regional en el Centro Cultural Provincial de la plaza de Abilio Calderón. Fomentar la innovación de los procesos y la calidad de los áridos reciclados, colaborar con las administraciones públicas en la elaboración de políticas sostenibles de gestión de residuos, denunciar las malas prácticas realizadas en vertederos ilegales, y divulgar las cualidades y usos de los áridos, así como sus ventajas para el medio ambiente son los objetivos de esta asociación.
Problemas ambientales
Y es que Agerdcyl insiste en que la prevención a la hora de generar estos residuos en origen es insuficiente, y que su escaso reciclado posterior provoca un grave problema ambiental, que se traduce en la contaminación de los suelos y acuíferos en vertederos incontrolados y en el consiguiente deterioro paisajístico.
Las empresas dedicadas a esta gestión recalcan que el 90% de estos residuos pueden tener un segundo uso, consiguiendo transformarse en áridos reciclados el 75% de ellos, mientras que el resto logra ser recuperado por gestores especializados y clasificados como metales, maderas, plásticos o papel y cartón. Porque, destaca también la asociación, que la fabricación y comercialización de materiales y áridos reciclados constituye el objetivo básico de la gestión medioambiental de estos residuos.
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El proyecto de camino natural que el Ministerio de Agricultura ejecuta en la comarca de Tierra de Campos con el fin de convertirlo en un dinamizador turístico que recuerde los años en los que discurría por las desaparecidas vías el ferrocarril de Castilla, el tren burra que recorre Palencia, Grijota, Villamartín de Campos, Mazariegos, Baquerín de Campos y Castromocho, unas obras que ejecuta la empresa Tragsa, contemplan la utilización de zahorras y gravas recicladas.
El pliego de condiciones que regula la contratación del suministro de zahorra ha sido valorado por la Asociación de Gestores de Residuos de Construcción y Demolición de Castilla y León (Agerdcyl), que se congratula de que sean materiales que por fin se tienen en cuenta en las obras públicas.
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