fernando caballero
Domingo, 14 de febrero 2016, 13:45
Aquel 15 de febrero de 2015 este lunes se cumple un año la provincia de Palencia se estaba recuperando de uno de los temporales de nieve más graves que han sufrido en muchas décadas, con numerosas carreteras cortadas incluida la autovía a Santander a la altura de Aguilar de Campoo y, en consecuencia, numerosos pueblos incomunicados. Todas las instituciones públicas llevaron a cabo un operativo extraordinario para devolver la normalidad al norte palentino.
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La Diputación provincial, sin tener competencias directas en ello, también desplegó un esfuerzo especial con sus recursos humanos y materiales. Y su máximo representante entonces, José María Hernández Chema, como todos le conocían puso todo su empeño en que los habitantes de la zona no se sintieran desamparados, por lo que no dudó en llamar personalmente a decenas de vecinos aislados para conocer su situación y poner a su disposición todos recursos públicos para resolverla.
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Nadie podía imaginarse que aquel empuje y sentido de la cercanía que evidenció en aquellos duros días se iba a convertir en su última contribución a la política de servicio público a la provincia. Cuando los pueblos afectados estaban volviendo a la normalidad y él ya había anunciado unas medidas de apoyo a los ayuntamientos, le aquejó un proceso febril. Lo que parecía en un principio una simple gripe tuvo un fatal desenlace. Pese a esos síntomas, José María Hernández no suspendió su siempre intensa agenda de trabajo, preocupado en aquellos días por cómo se encontraban en el norte, aunque también dedicó unos minutos a atender el miércoles de esa semana, ya con fiebre, a la entonces consejera de Cultura, Alicia García, en una visita a la catedral.
El estado de Hernández fue empeorando hasta que el sábado por la tarde acudió a Urgencias del Hospital Río Carrión, donde se le trató con antibióticos, pero ante la nula respuesta a este tratamiento, fue derivado al Hospital Clínico de Valladolid, donde falleció el domingo por la mañana.
La noticia de este fatal desenlace se conoció sobre las 15:00 horas. A partir de entonces, la provincia vivió en un estado de conmoción y dolor, sensaciones que convivieron con la sorpresa primero e incredulidad y duelo después. Palencia vivió unos días sumida en el mas profundo pesar. Las presencia de miles de personas en capilla ardiente que se instaló en el salón de actos del Palacio Provincial y las más de 200 coronas de flores que llegaron a la Diputación, así como las centenares de condolencias procedentes de instituciones, partidos políticos, asociaciones, entidades y personas a título individual, pusieron de manifiesto el cariño que profesaba la provincia a quien rigió los destinos de la Diputación desde el 23 de junio de 2011 y anteriormente había sido durante ocho años delegado de la Junta en Palencia y gerente regional de Servicios Sociales entre 2001 y 2003. Hernández nació en Ciudad Rodrigo (Salamanca) en 1959. Diplomado en Magisterio y licenciado en Ciencias Biológicas, llegó a Palencia en 1990 como funcionario de la Junta.
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El vacío que dejó José María Hernández lo analiza el presidente del PP palentino, Carlos Fernández Carriedo. Ambos fueron amigos y estrechos colaboradores. «La mayor pérdida, aparte de para su familia y para su otra familia que era el PP, es para Palencia. Chema deja un recuerdo imborrable. Yo no diría que vacío, porque su recuerdo también lo llena todo en lo que supone de ejemplo. Sigue siendo para nosotros un estímulo y una referencia a la hora de hacer cosas todos los días al servicio de los palentinos. Es verdad qu su ausencia es física, pero su ejemplo sigue estando, y ese ejemplo, esa forma de hacer las cosas y de entender el servicio a los demás lo llena todo y constituye una referencia para el PP», asegura Carriedo.
El líder de los populares palentinos describe su forma de trabajar por la que se le considera un ejemplo. «Fue una persona exigente con los demás, con los que estaban a su lado, pero sobre todo consigo mismo. La exigencia a los demás partía del ejemplo de quien era capaz de exigirse a sí mismo. Entendía la política como hay que entenderla, desde la proximidad y la cercanía, no solo desde estar en los medios de comunicación, sino también de estar en contacto con las personas concretas. Por último, era una persona con voluntad de consenso y de acuerdos. Dedicaba más tiempo a escuchar que a hablar, y esto es una cosa de la que muchos políticos tenemos que aprender», asegura.
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«En Palencia, el PP demuestra que entendemos la política desde la cercanía, la prioridad hacia el problema concreto de las personas, desde la tolerancia, desde el saber escuchar y desde el esfuerzo por procurar hacer las cosas mejor, y siempre tomando como referencia la unidad», concluye.
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