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Fernando Méndez y Agustín González, con los carteles de la muestra.
25 años desde la butaca

25 años desde la butaca

La Muestra de Cine Internacional de Palencia cumple sus bodas de plata con el objetivo de ejercer una labor cultural y socioeducativa

el norte

Domingo, 24 de enero 2016, 14:34

Una muestra organizada, no de cara a los focos, sino a la butaca para el disfrute de un público muy formado y que persigue llegar a todos los sectores de población en una labor no solo cultural sino que también socio-educativa en la que se implica a toda la sociedad. Con este espíritu intacto, la Muestra de Cine Internacional de Palencia (MCIP) llega a su vigésimo quinta edición, unas bodas de plata que antes de celebrarse ya dejan un buen sabor de boca al haber recibido para esta edición 1.269 cortometrajes que aspiran a formar parte de los concursos Nacional e Internacional y que son 552 más que los recibidos en 2015, según informa Ical.

Actividades complementarias copan un lugar protagonista

  • Las actividades complementarias ocuparon desde el primer momento un espacio central en la programación. El cine italiano fue protagonista de retrospectivas tan destacadas como Dolce Vita. Fotografías de Tazio Secchiaroli (2001), Cameraphoto. Venecia 1946-76 (2002), Divas y antidivas del cine italiano (2003), Roma en el cine (2007).

  • A estas exposiciones se suman otras producidas directamente por el festival, como El lugar de los sueños (2011), que ponía el foco de atención en la historia de las salas de cine de la provincia. En esta vocación de salir fuera también quedó patente con la creación del ciclo cine brasileño de la mano de la Fundación Hispano Brasileña Favelacult, que ha supuesto el salto al ámbito internacional de la muestra, asegura González.

  • La XVIII edición del festival (2009) supuso el inicio de la colaboración con el Palencia Sonora, que ha acercado al festival las actuaciones de Los Coronas, Mastretta o DePedro, entre otros artistas y logrando que la muestra se prolongue más allá en el tiempo de su celebración durante un fin de semana.

  • Además, añade González, «se ha contado con la participación e implicación del Colegio de Arquitectos, de la Escuela Oficial de Idiomas, de la Escuela de Arte Mariano Timón, de los Centros de Acción Social (CEAS), la Universidad de Valladolid...logrando hacer del evento. En definitiva, una muestra que es de toda la ciudad», concluye el comunicado.

Organizado por la Asociación Amigos del Cine y la Universidad Popular de Palencia (UPP), el certamen que se celebrará entre el 26 de febrero y el 5 de marzo, volverá en esta fecha tan señalada a apostar por contenidos y calidad frente al glamour que ofrecen otros eventos cinematográficos. «No es una muestra de élite que pretenda descubrir a grandes directores o con una cinematografía desconocida, es una muestra dirigida a un público muy formado como es el palentino, que ofrece cintas y secciones de calidad y que aspira a que cada espectador encuentre algo de su interés», defiende Fernando Méndez responsable de coordinar el ciclo junto a Santiago González. «Nuestro presupuesto (7.000 euros) no nos permite pagar cachés pero es que, además, cuando hemos traído a alguien famoso o relevante no hemos notado que haya repercutido en el número de espectadores, que no necesitan grandes figuras para sentarse en las butacas porque lo que les importa es el resultado final, el trabajo que se proyecta en la pantalla», añade.

Pese a ello, Méndez, no descarta que pueda haber alguna sorpresa y que durante la inauguración de la XXV edición el 26 de febrero pongan la alfombra roja para recibir a una figura relevante del cine actual, pero que dependerá de la disponibilidad y voluntad de la estrella y no de un contrato. «Los pocos recursos de los que disponemos los destinados a la contratación de las películas y en organizar las actividades».

Un año de luto

La Muestra de Cine Internacional de Palencia nació hace 26 años ( en 1993 no se celebró por la muerte de una de Milagros Alcalde, una de las propulsoras de certamen, que da nombre al máxi mo galardón) como una ampliación al cine-forúm que reunía a la Asociación de Amigos del Cine en el antiguo cine Ortega y como propuesta del ahora laureado director Ramón Margareto, propietario junto a su familia de las salas. La idea, relata González, contó enseguida con el apoyo del Ministerio de Educación dentro del programa destinada a los adultos que coordinaba Milagros Alcalde, así como del Ayuntamiento de Palencia de la mano del jefe del departamento de Servicios Sociales, Francisco Ramos, a los que se unió la Universidad Popular. A partir de ahí, se buscó crear una identidad propia a través de apoyos puntuales de personas relacionadas con el cine y con las instituciones. En la primera edición, se proyectaron media docena de películas representativas de la filmografía del momento y que eran difíciles de encontrar en las salas comerciales. En la segunda edición, ya se incorporaron los cortos y se puedo ver Miradas asesinas dirigida por Álex de la Iglesia, con participación del desparecido Álex Angulo.

«Ramón Margareto era el que se ocupaba de la selección de los cortos y era habitual verlo con los rollos debajo del brazo llegar el mismo día o el día antes de las proyecciones», rememora. Ya desde el principio se apostó por la formación y en las primeras ediciones se impartieron cursos para introducir en las técnicas e interpretación de las películas. Fue en el sexto año cuando se introdujo el modelo actual de celebración durante un fin de semana y se crearon el concurso de cortos y las diferentes secciones, lo que coincidió con la salida de Ramón Margareto. A partir de ese momento, se trata de incorporar a los agentes socioculturales de la sociedad palentina lo que supuso un salto cualitativo en la muestra y que es lo que marca su principal seña de identidad», valora González..

Componente educativo

Así, el componente educativo de la Muestra de Cine y su vocación por acercarse al público más joven fueron, desde los primeros años, señas de identidad del festival. En su quinta edición, tuvo lugar un maratón de cortometrajes dirigido expresamente a alumnos de los institutos. En su octava edición comenzó la colaboración con Amnistía Internacional, entidad con la que se celebraban las proyecciones llamadas El cine es solidaridad con. Por su parte, las proyecciones de la sección Cine y escuela comenzaron en la novena edición y alrededor de un millar de escolares asisten cada año a los pases que ofrece este apartado.

Durante su décima edición, el festival amplió sus propuestas, incluyendo un concurso de vídeoclips y proyecciones dirigidas a los usuarios de los centros de acción social de la ciudad. Ese año también se puso en marcha la sección Nuevos realizadores, con la que el festival apuesta por los nuevos directores del cine español. También comenzó la colaboración con la cárcel de Dueñas.

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