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Simal, delante de algunos cuadros expuestos en Palencia .
Diálogo del románico y la pintura

Diálogo del románico y la pintura

El artista palentino José Damián Simal, que reside en Barcelona, expone en la sala Don Sancho

fernando caballero

Sábado, 19 de diciembre 2015, 12:06

La Diputación de Palencia ha recuperado a un pintor de la Montaña Palentina que reside en Barcelona desde 1979. Natural de Quintanaluengos, donde nació en 1953, estudió en Astudillo y en la Escuela de Artes y Oficios de Palencia, donde recibió clases de Mariano Timón. La formación de José Damián Simal ha sido autodidacta, aunque asistió en la capital catalana a clases de técnicas aerográficas aplicadas a murales y decoración de vehículos.

Simal no se ha prodigado mucho en Palencia, aunque su obra se ha expuesto en las últimas ediciones de Expo Aire. Una amplia exposición en la sala Don Sancho, titulada Entre piedra y pan, divulga entre los palentinos la producción de este pintor, que fue minero. Emigrante en la Ciudad Condal, allí ha desarrollado su obra, pese a que el motivo, el origen, el tema y la pasión sean la Montaña Palentina, en concreto el arte románico, al que está dedicada prácticamente esta muestra.

Simal es un pintor de múltiples recursos y técnicas, de la acuarela al óleo, intensificado este en algunos cuadros. Un mismo tema lo aborda desde estas dos técnicas, lo que permite un doble tratamiento plástico, como ocurre con una imagen de Astudillo, un guiño a la memoria personal del pintor. Asimismo, ofrece cuadros de gran formato y de muy pequeño formato, en realidad miniaturas, enmarcados en polípticos donde el románico alcanza su mayor protagonismo, al ofrecer conjuntos variados con los títulos genéricos de Románico magnífico y En la palma de la mano, que vienen a convertirse en sellos de calidad de este estilo tan arraigado y presente en Palencia.

Simal, asimismo, pinta un mismo tema desde una perspectiva amplia y desde los detalles. Es el caso del pórtico de Rebolleda de la Torre, del que, además de una panorámica, el pintor nos ofrece sus bellas columnas en un primer plano. El románico aparece en esta obra como un estilo artístico con toda su plenitud arquitectónica creativa. Simal es el pintor del románico real e idealizado, como ocurre en la serie donde el monumento se edulcora con flores, ramas, espigas o frutas. Así, el pintor consigue plasmar en sus obras una doble vertiente estética: la del monumento que se retrata y la del conjunto que resulta de ese retrato. La historia ha puesto a disposición del pintor la materia prima para una primera incursión estética, y él, con su personal estilo, aporta la segunda. El artista palentino no olvida tampoco sus orígenes en otra serie dedicada a la recuperación de las viejas labores del campo, enmarcadas en diferentes pueblos: Acarreando en Barrio de Santa María, Segando en Mave, Trillando en Villaberzoso. Simal conecta con muchos artistas que utilizan la pintura para mantener vivas en la memoria colectiva estas actividades.

El bodegón es otro de los géneros que cultiva José Damián Simal, obras estas ejecutadas con mucha fuerza plástica, colores muy vivos, una luz potente, una composición barroca llena de elementos que incluyen hasta ruinas arquitectónicas en el cuadro En el camino. Ruinas de Castrojeriz y muchos brillos.

Simal no oculta su admiración por el gran pintor realista Antonio López, y si es realista en su estilo para plasmar la grandeza del románico, llega a momentos más intensos con los retratos de tres personajes, uno de ellos el propio pintor manchego. Los otros son el fallecido presidente de la Diputación, José María Hernández, y el escultor también fallecido Ursicino Martínez Ursi. En los tres casos, a sus rostros sólidos y muy bien reflejados técnicamente con carboncillo, se une un contexto de referencias simbólicas de cada uno de los retratados. De Hernández, enmarcado entre el Palacio Provincial y la vecina Plaza de Abastos, se refleja una agenda de trabajo, que representa su dedicación a la provincia; una guía de la provincia, su conocimiento del territorio; una espiga y una pluma. De Ursi, destaca su condición de minero y de escultor de la madera, y aparece con una paloma, que utilizó en un monumento en Palencia, La paz, en la plaza de Cervantes. Por último, Antonio López queda retratado con niños, molinos, el Quijote y unos pinceles.

Datos de la expsoición: Sala Don Sancho (calle Don Sancho, 3). Hasta el 6 de enero. Horario: De lunes a viernes: de 19:00 a 21:00 horas; sábados: de 12:00 a 14:00 y de 19:00 a 21:00; domingos: de 12:00 a 14:00.

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