San Miguel reúne a sus cofrades

«Jesús se manifiesta en distintas imágenes y con distintos signos externos, pero todos le veneramos a él». El sacerdote Julián Báscones explicó así el acto que ha vivido este domingo la parroquia de San Miguel: el hermanamiento de las cinco cofradías que tienen su sede canónica en la iglesia palentina de la torre medieval.

Al mediodía comenzó una celebración eucarística que concluyó con el acto de hermanamiento de las cofradías de Jesús de Medinaceli, Dulce Nombre de Jesús, Santa Lucía, San Antonio Abad y la Sacramental. Las medallas y escapularios de cada organización se convirtieron en el símbolo de la unidad. Primero se presentaron en las ofrendas de la misa, posteriormente fueron bendecidas y luego se intercambiaron entre los cofrades. Además, un diploma firmado por los cinco hermanos mayores ha dejado constancia del hermanamiento.

Julián Báscones, en la homilía, centrada en la figura de Cristo Rey, destacó en sus palabras finales la importancia del acto, que «estrecha los vínculos de las cofradías con la parroquia». «La parroquia es su hogar y donde tienen que colaborar activamente», señaló el sacerdote. Cada hermandad representa una advocación diferente, pero, según Báscones, «no hay que absolutizar nada ni creerse los mejores, porque todos tienen la misma devoción, Jesús de Nazaret». La misa fue cantada por el coro de la parroquia de San Miguel, dirigido por Donato Gómez.

Las cinco cofradías congregan a una 1.500 personas. Los hermanos mayores valoraron ayer la importancia de este acto, que nace con vocación de continuar en el tiempo celebrando todos los años un acto religioso conjunto. Ángel Gutiérrez, de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús que tiene en torno a 400 cofrades, destacó que las cinco tienen en común pertenecer a la parroquia de San Miguel, con lo que el abad o capellán de todas ellas es el párroco. «Es un acto entrañable para nosotros. Cada una tenemos nuestra advocación, pero servimos al mismo Señor», señaló.

Luis Casalduero, de la archicofradía de Jesús de Medinaceli con su más de medio millar de hermanos, anunció que con este hermanamiento «queremos hacer más por la parroquia, darla más vida y colaborar en otras fiestas religiosas de forma más estrecha».

El hermano mayor de la Cofradía Sacramental que cuenta con medio centenar de integrantes, Rafael Aguado, destacó que San Miguel es la parroquia que más cofradías tutela. «Hasta ahora, cada una iba por su cuenta, ahora nos involucraremos más todas juntas y reforzamos así nuestro espíritu cristiano por el hermanamiento», señaló Aguado.

Gregorio Matía, hermano mayor de la cofradía de Santa Lucía, que tiene unos 500 socios, destacó que en los 66 años que lleva en esta hermandad nunca se había organizado un encuentro de las cofradías que giran en torno a la iglesia de San Miguel. «Ha sido una idea muy buena para la parroquia y para las cofradías, que están muy involucradas en su vida religiosa», señaló.

Por último, Jesús Granja Núñez, hermano mayor de la cofradía de San Antonio Abad, se mostró satisfecho porque este hermanamiento se mantendrá en ediciones próximas. «Lo hacemos con este fin», aseveró.