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Javier Rodríguez del Burgo.

«La librería me permite relacionarme con las personas que me apetece»

El establecimiento que regenta Javier Rodríguez del Burgo desde hace quince años ha recibido el sello de calidad de Referente Cultural de Castilla y León

Fernando Caballero

Lunes, 9 de noviembre 2015, 12:13

La Junta de Castilla y León ha creado el sello de calidad que se denomina Librería de Referencia Cultural de Castilla y León. En Palencia, el único establecimiento en poseer esta distinción es la Librería del Burgo, ubicada en el número 7 de la calle Marqués de Albaida. Fundada en febrero de 2000 por Javier Rodríguez del Burgo, el local se ha distinguido en estos años por organizar exposiciones, presentaciones de libros y recitales, además de colaborar con numerosos colectivos sociales y culturales de la ciudad. Rodríguez del Burgo formó parte del grupo Grulare y puso en marcha, junto a otros compañeros, la sala Rinocero.

¿Qué le parece que la Junta haya creado este sello de calidad?

Es un reconocimiento que, como mínimo, te enorgullece y te da una alegría y una satisfacción, por esa labor que hacemos muchos libreros de servir de punto de referencia para la gente que está interesada en la cultura. Que te reconozcan que además de tener un negocio, haces una labor cultural es muy satisfactorio. También puede servir para incrementar ventas, porque la gente ve que haces esa labor, y en lugar de comprar libros en otro sitio, los compra en un establecimiento que se implica con la ciudad en ofrecer algo más. Yo ya venía realizando actividades de una manera o de otra, en el bar de un amigo o en la sala Rinocero. Lo hago por convencimiento.

¿Cuando abrió la librería, ya tenía usted claro que iba a ofrecer esa proyección cultural?

Claro. Cuando decidí abrir el negocio, actué con egoísmo, pensaba que tenía que trabajar mucho y que iba a meter muchas horas, y por eso me planteé dedicarme a algo que me gusta. He conseguido que esto me permita vivir, pero haciendo lo que me apetece. En quince años no ha habido ningún día por la mañana que me dé pereza venir a la librería. Vengo como que casi no fuese un trabajo, aunque tiene también su parte de papeleo que no apetece tanto. Otra cosa que me ha permitido la librería, y para mí es fundamental, es crear como un microcosmos. La gente que entra en la librería lee y tiene un interés por la cultura, por el arte, la música Este microcosmo me permite relacionarme con gente que me apetece, que tiene unas inquietudes que comparto con ellos. Así vivo feliz.

¿Qué méritos tiene su librería para recibir esta distinción?

El sello en sí consiste en premiar a personas que ejercen como agente cultural. Las instituciones, en este caso la Junta, se han dado cuenta de que hay una manera de funcionar dentro del mundo de la cultura que rehúye lo oficial, que camina por otros cauces. Hay otra cultura cuya relación con las instituciones es complicada. Hablo de la gente que está empezando, que es un poco más marginal o se mueve por otros ámbitos, porque de entrada rechaza todo lo que viene de las instituciones, que muchas veces son demasiados rígidas. Las instituciones han visto tienen que llegar a esa gente, que tienen que buscar el vehículo que les acerque a ellos. La Junta reconoce que hay librerías que les apoyan. Aquí se venden, por ejemplo, entradas para conciertos y actos de asociaciones a las que quiero apoyar. Estuve haciendo exposiciones hasta que llegó un momento en que lno había cosas interesantes que me encajasen en mi formato pequeño.

¿Qué le exige esta distinción?

Yo no lo veo como una exigencia. Programar actividades culturales es lo que yo hago. No pienso ahora en hacer algo para mantenerme, sino que las hago porque gusta, me sale. La acreditación tiene un tiempo limitado y luego te hacen una revisión para ver si la mantienen, pero no me preocupa en absoluto, porque no es algo que yo haya forzado, sino que me viene sobrevenido.

¿Tiene algún proyecto?

Siempre hay alguna cosita que quieres cambiar, porque piensas que puede funcionar mejor. Ahora mismo, nada en concreto. Lo que sí hago es ver lo que se hace en otros sitios y sacar ideas para renovar. En los negocios, tienes que estar constantemente atento a la evolución. Los clientes también lo demandan.

¿En qué medida el libro electrónico está afectando a las librerías?

Yo tengo detectados tres perfiles de lectores en relación al libro electrónico. El primero es el que no quiere saber nada, que sigue leyendo en papel. De estos hay muchos, afortunadamente. Y luego, de los que sí tienen el libro electrónico y los usan, hay dos modelos. Uno, el que ya lo lee todo en libro electrónico, que tampoco son tantos, pero que sí supone una pérdida de clientes. Hay que convivir con esto y verlo con naturalidad y lo que hay que hacer es intentar adaptarse. Hay un segundo grupo que utiliza el libro electrónico de una manera muy racional y que me gusta. Tiene su libro electrónico, se descarga el primer capítulo, que lo facilitan casi todas las editoriales, y si le gusta, se lo compra. Esto lo hacen bastantes clientes. Con ello se evitan comprar libros que luego no les gustan ya en el primer capítulo. Esto, aunque parece que te hace perder lectores, a la larga es positivo.

¿Qué futuro ve a las librerías?

Tiene que haber librerías y van a seguir existiendo. El futuro es tan bueno como era antes del libro electrónico o tan malo. Hay que adaptarse a todo, pero futuro tienen, seguro. Las librerías tienen un valor añadido que hay que cuidar, que es la dimensión cultural, y también son un punto de encuentro entre la gente que tiene ciertas inquietudes. Esto hace que se venga a las librerías esperando encontrar algo más que libros. Es importante que el cliente se sienta a gusto, no solo que vea libros.

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