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Lunes, 25 de mayo 2015, 11:49
El Instituto de Investigación en Gestión Forestal Sostenible, situado en el campus de La Yutera, coordinará un proyecto de investigación internacional sobre la enfermedad del chancro del pino. El proyecto se enmarca en una red europea intergubernamental de coordinación de la investigación científica y técnica, abierta a todas las disciplinas, cuyo objetivo fundamental es fortalecer la investigación europea por medio de la cooperación y colaboración de investigadores europeos. Tras la constitución del consorcio, llevada a cabo el pasado 8 de mayo en Bruselas, el proyecto empezará a funcionar a partir del próximo 1 de junio y tendrá una duración de cuatro años. Durante todo ese tiempo, se recopilará información sobre la enfermedad, con la vista puesta en el futuro control de esta patología.
Gibberella circinata (también conocida como Fusarium circinatum) es un hongo patógeno muy virulento, que afecta al menos a 57 especies de pinos, además de al abeto de Douglas. Este hongo es responsable de causar damping-off en viveros y chancros resinosos en las masas forestales, lo que implica una gran mortalidad de plántulas y árboles adultos. Este hongo fue por primera vez detectado en Norteamérica y posteriormente se dispersó por países del centro y sur de América, Sudáfrica, Asia y más recientemente Europa.
España fue el primer país europeo donde se estableció este patógeno hace aproximadamente una década, si bien más reciente ha sido detectado en Portugal, Francia e Italia. Actualmente, es considerado uno de los patógenos forestales más dañinos a nivel mundial.
Según señalan los responsables del proyecto, los investigadores Julio Javier Díez Casero y Jorge Martín García, de la Universidad de Valladolid, el objetivo general es recoger y recopilar la información disponible sobre el hongo para aumentar el conocimiento sobre el patógeno y su problema, de modo que se pueda establecer un plan de manejo integrado y se reduzca la probabilidad de nuevas introducciones en países actualmente no infestados en Europa.
Para ello, se han establecido varios objetivos para un rápido y eficaz seguimiento y diagnóstico del hongo, desarrollar estrategias de control efectivas y respetuosas con el medio ambiente y diseminar los resultados obtenidos entre gestores públicos y privados, responsables políticos y otras entidades interesadas.
Para lograr dichos objetivos, se han constituido seis grupos de trabajo con un enfoque multidisciplinar e intersectorial, incluyendo investigadores, gestores forestales y responsables políticos de hasta la fecha treinta países implicados (24 europeos y 6 del resto del mundo) en el problema común causado por la gibberella circinata, lo que confiere a este un carácter altamente innovador, según destacan los investigadores.
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