La alcaldesa de Lantadilla señala en el juicio que solo quería que la secretaria hiciera su trabajo

La alcaldesa de Lantadilla, Ana María Escudero, ha sostenido en la vista oral celebrada en el Juzgado Penal de Palencia tras denunciarle la secretaria municipal, Teresa Romero, que nunca tuvo intención de que la funcionaria no cobrara su sueldo. La regidora se defendió así para justificar que indicó a la secretaria que no ordenara el pago de su propia nómina de mayo de 2013 hasta que no diera salida a los Presupuestos de 2012, que habían sido aprobados medio año antes y cuya publicación condicionaba las cuentas del Ayuntamiento del año en curso. Ana María Escudero sostuvo ante la titular del juzgado que en ningún momento quiso que la secretaria dejara de percibir su sueldo, pero que, ante la acumulación de trabajo pendiente que no ejecutaba, creyó que la decisión de suspenderle el salario podía hacer que cumpliera su tarea. «Ya no sabía qué hacer, le había dicho doscientas mil veces que publicara los Presupuestos y no lo hacía, igual que le había pedido otros muchos trabajos antes, pensé que así reaccionaría», agregó.

La alcaldesa relató que, después de reiteradas peticiones a la secretaria para que publicara los Presupuestos de 2012, decidió que no se le pagara la nómina, y que como era la secretaria la que ordenaba los abonos, no ejecutó ni el suyo ni el de los cinco trabajadores del Ayuntamiento. Sin embargo, los empleados protestaron tres o cuatro días después, acudiendo al despacho de la secretaria, lo que motivó que la alcaldesa firmara un escrito a petición de la secretaria. Los empleados cobraron tres días después, pero no la funcionaria, manteniéndose así la decisión de la alcaldesa. Sin embargo, y aunque no había ejecutado el trabajo encomendado, la alcaldesa decidió finalmente autorizar el pago de la nómina de la secretaria catorce días después, «pero sin saber que me iba a denunciar por ello».

Por su parte, la secretaria, a través de su abogado, Antonio Luis Vázquez, ha afirmado que la alcaldesa no le dio explicaciones de por qué le suspendía el sueldo. Además, la secretaria aseguró que se trataba de una decisión ilegal y arbitraria al tratarse de una funcionaria, lo que plasmó en un documento que en el juicio celebrado ayer la alcaldesa y el tesorero del Ayuntamiento negaron haber visto nunca, igual que rechazaron que María Teresa Romero les hubiera hecho tales advertencias.

Asimismo, la secretaria local de Lantadilla, en el puesto desde hace 25 años, ha argumentado que la alcaldesa le solicitaba realizar trabajos que correspondían a la propia regidora, a la que también acusó de tomar una actitud beligerante hacia ella y de recorrer las administraciones para que la sancionaran y la echaran.

Asimismo, a preguntas de la defensa de la regidora acusada ejercida por la abogada Rosa Alonso, la secretaria dijo que no recordaba si estaban aprobados los Presupuestos de 2012, los que se le urgía a dar paso para su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia, y en su declaración se remitió a los expedientes que figuran en el juzgado.

Por su parte, la alcaldesa reconoció que había acudido tanto a la Diputación como a la Junta de Castilla y León para buscar el amparo de las instituciones y solucionar los problemas que venía acumulando el Ayuntamiento de Lantadilla por la actitud de la secretaria.

El fiscal ha mantenido la petición de ocho años de inhabilitación especial para empleo o cargo público para la regidora, argumentando que había adoptado una resolución administrativa «arbitraria y contraria a derecho». El fiscal consideró también que dado que la alcaldesa había pedido el amparo de las administraciones para ver qué podía hacer para solucionar el conflicto, sabía que ella no tenía competencia para suspender el salario.

Por su parte, la acusación particular ha mantenido la petición de diez años de inhabilitación para la alcaldesa y que pague 3.000 euros a la secretaria por daños morales. La defensa solicitó la absolución de la alcaldesa del supuesto delito de prevaricación, calificando la decisión de «más o menos afortunada, pero que no perseguía un perjuicio, porque su intención nunca fue la de que no cobrara».