
Las cofradías penitenciales refuerzan las actividades benéficas y sociales
Las hermandades desarrollan todo el año actividades de apoyo a grupos necesitados
Fernando Caballero
Domingo, 12 de abril 2015, 12:47
En esta primera semana de Pascua, las cofradías penitenciales han vuelto a la normalidad, han reordenado sus sedes y sus capillas han recuperado los cultos, en este caso condicionados por el rito litúrgico de esta época. Los cofrades han limpiado y guardado sus hábitos, capillos y capirotes hasta la próxima Semana Santa. También las agrupaciones musicales de las cofradías se dan un tiempo de descanso hasta que regresen los ensayos.
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Apoyo al grupo que trabaja con hijos de inmigrantes
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La Cofradía de Jesús Crucificado y Nuesra Madre Dolorosa ha iniciado una estrecha colaboración con un grupo de maestros voluntarios que trabajan con hijos de inmigrantes. Este grupo funciona desde hace muchos años como una actividad de la Compañía de Jesús. «Primero trabajábamos con jóvenes de las congregaciones marianas. Más tarde con personas de etnia gitana, y desde hace ocho años, con hijos de inmigrantes», explica María Ignacia Santiago Rodríguez, que colabora desde hace 47 años con los jesuitas en un progama social que coordina el religioso Amado Alonso Picón.
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Aunque han llegado a participar en estas clases hasta 17 escolares, ahora son un grupo de 8 a 10 chicos. «Reforzamos sus estudios, hacemos los deberes con ellos y luego jugamos y merendamos», agrega esta psicólaga voluntaria.
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Los locales que emplea este grupo, que pertenecen a los jesuitas, los cede en Semana Santa a la Cofradía de Jesús Crucificado, y la cofradía se ha ofrecido desde este año a colaborar con el grupo. «Hemos recogido ropa para estos niños», asegura el hermano mayor de la hermandad, Antonio Motila Matía. «La iniciativa ha arrancado este mismo año», apostilla. Además de proporcionar ropa para los niños, también se han ofrecido a realizr tareas de mantenimiento de los locales. «Ya nos han arreglado los servicios», celebra la voluntaria.
Pero las cofradías no detienen su actividad del todo en el periodo que resta hasta la próxima Cuaresma. La dimensión caritativa y asistencial constituye una de las escasas actividades que desarrollan las cofradías penitenciales a lo largo del año, todas menos una, la Virgen de la Soledad. No obstante, su vicepresidente, José Calderón, no descarta que con el tiempo se organice alguna iniciativa para recaudar dinero o alimentos. Calderón, que fue presidente del Banco de Alimentos y en la actualidad es el responsable del comedor social Siempre Contentos, recuerda ejemplos de otras cofradías que colaboran con estas dos entidades benéficas. «El año pasado pedí a las cofradías que el pan de anís que les sobrara de la colación lo entregaran en el comedor social, y algunas, como Jesús Nazareno y el Santo Sepulcro, sí lo han hecho», señaló Calderón, que considera que «es positivo que las hermandades penitenciales realicen este tipo de actos benéficos».
La última penitencial que se ha incorporado a esta labor es la de Jesús de Medinaceli. Su hermano mayor, Luis Casalduero Gil, explica que la directiva decidió antes de la pasada Semana Santa iniciar un programa de recogida de ropa y alimentos con una vocación de continuidad. «Nuestra idea es entregar el material recopilado dos veces al año. Una coincidiendo con la Semana Santa y otra por Navidad». De hecho, el primer reparto se producirá en breve. En los últimos días, hermanos de la cofradía de Jesús de Medinaceli están ordenando los productos y la ropa. «Los destinatarios serán familias necesitadas de la parroquia de San Miguel, según nos indiquen los sacerdotes que la atienden», apostilla Luis Casalduero. En San Miguel, la cofradía tiene su sede canónica.
Una de las cofradías más implicadas en este tipo de actividades es Jesús Nazareno, que desde hace tres años tiene firmado un convenio con Siro. «Si alguien necesita trabajo, nosotros le ponemos en contacto con Siro. Somos unos intermediarios, luego la empresa puede echar mano de esta bolsa de trabajo», explica el hermano mayor, Domiciano Curiel. Los nazarenos también tienen un protocolo para ayudar a personas necesitadas. «No damos dinero, pero sí podemos ayudar a gente que lo pasa mal, aunque hasta ahora nadie lo ha solicitado, puede ser por la vergüenza que supone pedir estas ayudas, aunque nosotros garantizamos completamente la confidencialidad», agrega Curiel, que promovió estas iniciativas recordando el antiguo carácter asistencial que tenían las cofradías. Jesús Nazareno y Nuestra Madre la Virgen de la Amargura también recoge cada cierto tiempo alimentos para personas necesitadas, «y cuando el Obispado solicita ayuda en domingos señalados, entregamos el 100% de la colecta de la misa de ese día», apostilla.
Marcha de la Vera Cruz
La cofradía de la Santa Vera Cruz es también partícipe de esta dimensión caritativa. «En todas las actividades que realizamos a lo largo del año (concursos, talleres infantiles o cuentacuentos) pedimos un kilo de alimentos, que entregamos directamente a una serie de familias, entre 14 y 16, allegadas a la cofradía», explica Miguel Ángel Pastor Zapatero, el hermano mayor.
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Por otra parte, este carácter benéfico de la Vera Cruz se reforzó el año pasado con la organización en mayo de la I Marcha Cicloturista Santa Vera Cruz Ciudad de Palencia, que tuvo como objetivo recaudar dinero para destinarlo a la Asociación Cultural y Rehabilitadora de Minusválidos Físicos (Acremif). Este año, la marcha no se celebrará al menos hasta después de que termine el proceso electoral en el que se elegirá al sucesor de Pastor Zapatero.
La cofradía del Santo Sepulcro recoge también alimentos de forma ocasional, pero su actividad benéfica se produce desde el año 2007 en los días previos a la fiesta de San Juan. La penitencial, que tiene a este santo como copatrón, instala un altar solidario en la Calle Mayor para recaudar fondos que destina a una organización social palentina. «Comenzamos esta actividad en el sexto centenario de la fundación de la cofradía. Veíamos que la tradición de montar altarcillos en la ciudad se estaba perdiendo, y además pensamos que era una oportunidad para recaudar dinero», explica Ángel Martínez, hermano mayor de la cofradía del Santo Sepulcro. Cada año, la recaudación se destina a una organización.
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La cofradía más joven de la ciudad, Jesús de la Sentencia, organiza desde 2013 lo que denominan Ensayo Solidario-Échanos kilos, una iniciativa que consiste en recoger alimentos y ropa utilizando la parihuela del paso titular homónimo de la hermandad. Beatriz Blasco, hermana mayor de la cofradía, recuerda cómo surgió esta iniciativa. «Se nos ocurrió aportando ideas de muchos hermanos. Queríamos hacer un ensayo de los costaleros con la Banda del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, estrechamente vinculada a la cofradía, y tras un bombardeo de ideas, surgió esta, en la que están implicados también los integrantes del grupo de bailes del Ave María. El año anterior, la cofradía había participado en la iniciativa El carrito, que puso en marcha el párroco de María Estela, donde aquella tiene su sede canónica y donde se venera su paso titular.
«El Ensayo Solidario tiene mucho éxito en el barrio. Los vecinos lo han aceptado bien, como también han aceptado en general a la cofradía», matiza Beatriz Blasco. No obstante, esta cofradía tiene previsto poner en marcha en los próximos meses otros proyectos solidarios, según anuncia la hermana mayor.
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Cristo de la Misericordia
La Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia también se une a la labor social de las penitenciales palentinas. «Llevamos ya unos años en los que recogemos productos en Navidad para entregárselos al Banco de Alimentos. Es una actividad interna de la hermandad, que realizamos los hermanos», explica Carlos Martín, hermano mayor. Otra labor social que realiza esta cofradía es un concierto social que organiza su banda de cornetas y tambores en algún centro asistencial.
La cofradía de la Virgen de la Piedad tambin recoge alimentos, que destina a familias necesitadas que propone su consiliario. «Nosotros cubrimos las necesidades que los sacerdotes sugieren, que son familias que lo están pasando mal», explica Isabel Pérez Raposo, hermano mayor de la Virgen de la Piedad.
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