El Norte
Jueves, 2 de abril 2015, 13:33
Coincidiendo con la Semana Santa, ya se ha iniciado el tradicional juego de las chapas, que siempre se abre con el reto de incrementar el número de apostantes y las cantidades que se juegan respecto al año anterior. Esa es la intención de algunos de los dueños de los establecimientos (restaurantes, cafeterías, hostales o centros culturales), que como es habitual días antes del inicio de la Semana Santa han solicitado la correspondiente autorización de la Junta. Como juego tradicional, las chapas precisan de un permiso oficial que se tramita a través de la Consejería de Presidencia.
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El juego de las chapas consiste en que un jugador apuesta dinero de forma voluntaria contra los demás jugadores presentes en el corro a que dos monedas denominadas perras queden en posición de caras o de lises, una vez que el apostante las lanza al aire. Las perras gordas que se tiran al aire son monedas de 10 céntimos de la época de Alfonso XIII, cuyo reverso está trazado, normalmente pintada o con una cruz o aspa. Culos o caras de las alfonsinas con las que más de uno reza por su suerte. Si salen los primeros, gana la banca, y si relucen las caras, el dinero se lo lleva el apostante.
Si el lanzador gana, sigue tirando doblando el dinero apostado, pero si pierde, le tocará el turno al siguiente. Después, llegará la hora de saber cuánto se ha ganado o perdido. En muchos casos los jugadores apuestan elevadas cantidades de dinero e incluso bienes patrimoniales, aunque la regulación del juego no lo permite.
La Junta de Castilla y León ha concedido 152 licencias para el juego, 49 en Valladolid, 41 en León, 37 en Palencia, 9 en Segovia, 9 en Zamora y 7 en Burgos. La cifra, frente a las 169 del pasado año, indica una tendencia de estancamiento que tanto barateros (el personal que supervisa el lanzamiento de las monedas y recoge el dinero apostado) como los dueños de locales. Yes que desde que en el año 2012 entrase la prohibición de fumar en el interior de los establecimientos hosteleros, este tradicional juego ha registrado un freno en la participación del número de apostantes.
El juego de las chapas ha tenido un reconocimiento normativo por vez primera en una ley de la Junta de 1998, aunque estas apuestas se venían realizando en algunos casos de forma clandestina durante la dictadura. No fue hasta enero del 2002, cuando el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, aprobó el Reglamento que regulaba cómo se debía de organizar este juego. En el mismo se contempla que las chapas sólo se pueden autorizar los tres días de la Semana Santa, así como durante la celebración de las fiestas patronales en aquellos municipios donde tradicionalmente se venía celebrando.
El reglamento establece que el objeto que se juegue deberá ser una cantidad líquida y cierta de dinero, «no pudiendo efectuarse sobre animales, bienes muebles o inmuebles, ni sobre su correspondiente valor económico».
A los promotores de las chapas (tanto dueños como barateros), la Junta les atribuye la condición de empresarios del juego, por lo que deben de figurar en el correspondiente Registro de Juegos y Apuestas de Castilla y León.
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Al aire libre o en un local
La práctica de las chapas podrá hacerse al aire libre o en un local cerrado, de forma que el corro que se forme no deberá estar a menos de 100 metros de un centro educativo. El juego en un local deberá ser un establecimiento autorizado como de pública concurrencia y la sala deberá tener de ancho y de largo, como mínimo, el doble del diámetro del círculo trazado para su desarrollo. Podrán hacerse varios corros en un mismo local, siempre que cada corro se forme en una sala distinta y sólo durante las horas de apertura que permita la actividad.
Ambos lugares de celebración del juego de las chapas estarán controlados por el personal autorizado de la Administración. El decreto normativo de la Junta de Castilla y León indica que la adquisición de la condición de empresa de Juego de Castilla y León del gestor o baratero y, en su caso, del organizador tendrá carácter temporal y estará implícita con la expedición de la correspondiente autorización administrativa.
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La solicitud debe estar firmada por el organizador y por el baratero o solo por este último, según el lugar en que se pretenda realizar el juego, y debe acompañarse del justificante de abono de una tasa administrativa de 31,73 euros, igual que la del año pasado.
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