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fernando caballero
Sábado, 21 de febrero 2015, 23:11
El rezo del Vía Crucis, la oración que resume el camino de Jesús hacia el Calvario, se ha consolidado en Palencia como apertura del tiempo litúrgico de la Cuaresma. Nació en 2013 con motivo del Año de la Fe por deseo del obispo de Palencia, Esteban Escudero, que encomendó su organización a la Hermandad de Cofradías Penitenciales. El año pasado se celebró con motivo del inicio del camino cuaresmal y la celebración de este sábado viene a consolidar un acto que tiene una clara dimensión penitencial.
De la cofradía del Santo Sepulcro salió camino de la catedral el Santísimo Cristo del Perdón, de Miguel Ángel Rojo, estrenado en 2003 y al que el obispo se refirió como «imagen viviente del amor de Dios», arropado por la banda de música de esa hermandad, y de la iglesia de San Agustín partió la Virgen de la Piedad, obra de los Hermanos Martínez, de 2004.
Los dos pasos, que desfilaron en andas pulcramente conducidas por hermanos vestidos con traje negro, confluyeron en la catedral, donde se celebró el Via Crucis, presidido por el obispo, con los estandartes de las cofradías sobre el altar. Esteban Escudero anunció que hoy domingo publicará una carta pastoral titulada La Cuaresma. Tiempo de penitencia. El prelado explicó que los cristianos deben prepararse para los misterios centrales de la fe.
El obispo invitó a cumplir con los tres consejos tradicionales de esta época:el ayuno, la oración y la limosna, y puntualizó que estas tres prácticas de piedad deben tomarse como una «limpieza seria del corazón», por lo que destacó su trascendencia.
Finalizadas estas palabras, arrancó el Vía Crucis, que se desarrolló por las naves de la catedral, donde se representaron las catorce estaciones. El Cristo del Perdón fue conducido con unas andas cedidas por la Hermandad de la Virgen de la Piedad, que son las que se utilizan en la procesión de Luz y Tinieblas para el Cristo Señor de la Vida y de la Muerte. Los dos crucificados desfilan inclinados.
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