La singular y encastillada iglesia románica de Vallespinoso de Aguilar.

Santa María la Real intenta que el País Románico sea Reserva de la Biosfera

La Fundación se dirigirá a las instituciones para que apoyen su petición ante la Unesco

PPLL

Miércoles, 11 de febrero 2015, 11:10

Nadie duda de los valores medioambientales de la Montaña Palentina. Sus paisajes, sus montañas, su riqueza de especies de fauna y de flora, su patrimonio Sus muchas iglesias, la mayoría de estilo románico, convierten a esta comarca en una de las de mayor abundancia de estas manifestaciones arquitectónicas medievales. La Montaña Palentina es mucho más que una superficie geológica, es un territorio tan poblado de templos que ya es habitual denominarlo País Románico o Románico Norte.

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Este territorio, que conecta con el parque natural de Fuentes Carrionas Fuente Cobre Montaña Palentina, ha iniciado un camino que parece firme y seguro de lograr su meta. Los intentos de declarar el Románico Norte como patrimonio de la humanidad no dejan de ser eso, intentos y declaraciones, en muchos casos políticas, que no han conducido a nada. Ahora se ha abierto una nueva puerta para su reconocimiento como enclave de singular relevancia. El patronato de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico ha analizado en su última reunión, celebrada en Aguilar de Campoo, una propuesta para iniciar contactos con las administraciones y agentes sociales para intentar la declaración del territorio del País Románico como Reserva de la Biosfera. Esta fórmula de protección se inició en 1976 auspiciada por la Unesco. Las reservas de la Biosfera son ecosistemas terrestres, costeros o marinos internacionalmente reconocidos en el Programa de la Unesco sobre el Hombre y la Biosfera.

Si sale adelante la propuesta, el País Románico se uniría a una red mundial integrada por 631 reservas ubicadas en 119 países. España es el segundo del mundo que más ecosistemas declarados posee, 45, que ocupan una superficie de 6.062.344 hectáreas. En Castilla y León, hay diez, una de ellas compartida con Asturias y Cantabria (Picos de Europa Gran Cantabria), y las otras nueve son Argüellos, Ancares Leoneses, Alto Bernesga, Babia, Valle Laciana Gran Cantábrica, Los Valles de Omaña y Luna, Sierras de Béjar y Francia y El Espinar. Entre todas ocupan 499.083 hectáreas.

La propuesta de la Reserva de la Biosfera de País Románico ocuparía 5.953 kilómetros cuadrados, con una población de 58.586 habitantes y 62 municipios de Palencia, Burgos y Cantabria.

Las reservas de la biosfera constituyen «un contrapunto o una manera diferente de ver la conservación de la naturaleza de los espacios protegidos», según explica Julio Martín Casas, patrono de la fundación aguilarense y coordinador de esta propuesta. «Así como la filosofía y el tratamiento de los parques naturales es prácticamente no tocar nada y dejarlo tal y como está, las reservas de la biosfera lo que realmente plantean es que no hay ningún espacio en la Tierra que no sea tocado de alguna manera por la mano del hombre», añade. «En otras palabras, las reservas combinan una filosofía conservacionista, pero, por otra parte, plantean la intervención controlada. Esta intervención controlada permite la investigación del territorio y el fomento de nuevas actividades», apostilla.

El liderazgo de la fundación en esta propuesta tiene su origen en el trabajo que viene desempeñando desde que se creó en 1994 como continuación del Centro de Estudios del Románico, entidad que nació de la Asociación de Amigos del Monasterio de Santa María la Real, que comenzó a restaurar esta antigua abadía premostratense a principios de los años ochenta del siglo pasado. La fundación desarrolla una labor importante de intervención en el territorio, restaurando su patrimonio y fijando población en toda esta área.

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Martín Casas se muestra convencido de que esta zona tiene valores para lograr la declaración: «Es una zona que tiene un patrimonio natural que reúne enorme interés, con numerosas especies. Es una comarca de una gran riqueza desde el punto de vista medioambiental. Luego tiene un enorme patrimonio histórico artístico. Hay una concentración de románico de las más importantes de Europa», añade. El patrono de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico considera que es posible «conjugar ese patrimonio natural y cultural para, en definitiva, fijar población y crear un modelo de conservación del territorio distinto».

La declaración beneficiaría a esta zona porque se reforzaría con «una marca de calidad y un compromiso de lograr un desarrollo armónico del territorio y sostenible». «Sería una forma de sacar el máximo rendimiento al patrimonio cultural y natural. En definitiva, estar en una red mundial de reservas de la biosfera puede significar el definitivo enriquecimiento de nuestros conocimientos, de lo que se está haciendo en otros lugares, tanto de Europa como del resto del mundo sobre zonas que puedan ser parecidas. También es un refrendo internacional de un modelo de desarrollo», afirma Martín Casas.

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La propuesta que ha lanzado la fundación parte de un documento en el que se recogen numerosos datos del territorio que se quiere englobar en la reserva: censos de población, instituciones, movimiento organizativo, bienes de interés cultural, flora, fauna, espacios naturales y zonas de especial protección, comunicaciones... Martín Casas es consciente de que para llegar a la declaración hay que partir de las opiniones y el consentimiento de los habitantes del territorio. La propuesta irá escalando instituciones -ayuntamientos, diputaciones y gobiernos regionales, hasta llegar a la Unesco-. Si se logra la declaración, hay que crear un órgano gestor y representativo de todos los agentes que intervengan.

Un proceso largo, complejo y desde abajo hasta la Unesco

  • Julio Martín Casas reconoce que el camino para lograr la declaración de reserva de la biosfera al País Románico será largo, tras la propuesta analizada en el patronato de la Fundación Santa María Real del Patrimonio Histórico. «Lo que primero tiene que suscitarse es un debate en el mismo territorio. Para ello, será necesario coordinar y organizar los diferentes tipos de figuras conservacionistas del territorio y que, en lugar de que cada una de esas declaraciones se vean de forma individual, se actúe siempre con una coordinación total de las figuras de protección», explica el patrono de la fundación.

  • Hay municipios de la provincia palentina inmersos en el parque de Fuentes Carrionas que también pertenecerían a la reserva de la biosfera. En ese caso, sería necesaria una coordinación de equipos interdisciplinarios. «El territorio hay que abordarlo como un todo y no como una serie de pequeñas zonas cada una con unos objetivos diferentes o no concordantes», apostilla.

  • La fundación aguilarense, que lidera este proceso, no se ha marcado plazos. «Es un procedimiento bastante largo y complicado. Se necesita el visto bueno de los ayuntamientos, para lo que sería necesario coordinar a todos las instituciones locales y organizaciones conservacionistas y sociales de la zona. El siguiente paso serían los gobiernos de Castilla y León y Cantabria. Superados estos trámites, el proceso pasaría al Ministerio de Medio Ambiente. «Pero lo primero que hay que lograr es el acuerdo de las entidades que viven en el territorio. Nos puede llevar un año o dos», advierte el patrono de la institución cultural aguilarense.

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