Asier Aparicio.

Asier Aparicio se adentra en la poesía en ‘V de verso’, su último libro

l escritor y profesor, que ha presentado la obra en la librería Ateneo, se siente atraído por la fusión entre la vida y la poesía

fernando caballero

Domingo, 8 de febrero 2015, 14:14

«La poesía es la forma de expresión más pura para los sentimientos y emociones». Así se expresa el escritor Asier Aparicio Fernández, con motivo de la presentación de su primer libro de poemas. Después de escribir novelas, teatro y artículos que ha recogido en Frente y perfil, este profesor de Religión del instituto Virgen de la Calle ha recopilado su obra poética, 150 poemas que conforman V de verso (Editorial Círculo Rojo).

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Escribe versos desde hace más de 15 años. «Siempre me gustó la fusión, muy común en nuestros poetas del siglo XX, entre vida y poesía. La poesía es la unión íntima entre el arte y el autor. Se puede decir que vivirse es contarse. Octavio Paz, hablando de León Felipe, decía que la poesía es el espacio entre una palabra y otra, o sea, la vida. Coincido con él», asegura Asier Aparicio.

Como narrador, es autor de las novelas Las voces y las piedras, La espada cincel, Barcos en la llanura y Tesela, todas ellas de tema histórico. Para Aparicio Fernández, la poesía aporta a su discurso literario «frescura y nervio». «De todas formas, cuando escribo prosa también procuro dotarla de un sentido simbólico y profundo. A mi juicio, en toda literatura debe latir un algo más, un ver a través de las cosas. Y el ser humano posee esa capacidad, esa necesidad: la de otorgar al propio entorno un significado», explica el autor.

Asier Aparicio presentó ayer el libro arropado por dos compañeros del grupo musical Contraste, del que también formó parte. Esta dimensión musical del profesor de Religión académicamente es licenciado en Teología y diplomado en Educación Social explica que muchos de los poemas de V de verso tengan como origen una canción. «Todo poema, incluso sin rima, posee musicalidad. En mi caso, la melodía surgía primero, y después escribía la letra, la adaptaba al ritmo y a los acordes», asegura el escritor.

El amor y el desamor son temas que están muy presentes en los poemas. «Aunque los abordo en un sentido amplio, no solo desde el punto de vista personal. Esa pasión por vivir me lleva a veces a la calma, a la reflexión, a la frivolidad, también al cabreo» . El autor matiza que V de verso se divide en «seis pequeños libros, alguno con mayor carga social». Los capítulos, de hecho, están estructurados temporalmente: Noche (1997-1998), Sueños y cenizas (1999-2000), Niño (2001), De amor y otras cosas (2001-2002), Más que palabras (2002-2003) y Fragmento (2004-2010). En este año se corta, de momento la trayectoria poética del autor. «Procuro que mi prosa sea poética. Hace tiempo que no escribo un poema, aunque los personajes de mis novelas y obras de teatro están cargados de reflexiones y pensamientos personales, les obligo a ser poetas», asevera.

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En los quince años que lleva escribiendo poemas, Asier Aparicio asemeja la evolución que ha experimentado su poesía a la del también, como él, escritor vasco Blas de Otero: «De las preguntas existenciales y personales a la preocupación por los demás, del yo al nosotros. Hay un flujo muy fuerte desde lo hondo del alma hacia la solidaridad. Lástima que pocas veces lleguemos tan adentro», se lamenta el autor.

El escritor sabe diferenciar los lenguajes, el poético y la prosa, y busca en el primero lo que no encuentra en el segundo. «El poema es la cerilla, la chispa, el arrebato. Requiere cuidar el lenguaje, sin duda, si bien puede ser ajeno a toda estructura narrativa, a un trabajo arduo de construcción del puzle. El poema llega directo, sin circunloquios. La novela es el charco y la poesía, el vaso: pueden contener el mismo agua, pero varía la profundidad, la intensidad», explica.

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Las referencias poéticas de Asier Aparicio se encuentran en León Felipe y Blas de Otero, pero también en Mario Benedetti, Antonio Machado o Becquer. «Y desde la música, reconozco la influencia de Silvio Rodríguez, Luis Eduardo Aute o Joaquín Sabina, entre otros», apostilla.

Nuevos cantautores

La vida del grupo musical Contraste se mantiene, aunque sin el escritor. «Fui yo quien me aparté. Mis compañeros, los hermanos José Luis y Javier Pablos, siguen tocando cuando pueden, muy en colaboración con Niños Perdidos», explica Asier Aparicio. Contraste nació en el año 2002, pero él lo dejó en 2011. «Pretendíamos hacer una música de nuevos cantautores, con letras con mensaje y abiertos a cualquier estilo», asegura.

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En ocasiones colaboraban con el grupo Fidel Acebes, Ramiro Salazar y Chus Otero, de Niños Perdidos. «José Luis y yo componíamos, tocábamos la guitarra y cantábamos; Javier hacía los arreglos a todas las canciones, las mejoraba y tocaba la guitarra en lo más complejo, pero no cantaba», rememora el novelista y poeta.

Contraste actuó en muchas ciudades de Castilla y León, especialmente en Palencia y Valladolid en bares, semanas culturales, fiestas populares... «Uno de los recuerdos más bonitos fue en la basílica de San Juan de Baños», apostilla. El grupo llegó a publicar tres discos oficiales, a parte de los recopilatorios: A la de tres (2003), Nada que ver (2005) y Brindaremos (2008).

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