La película de los niños

Los más pequeños fueron los protagonistas de las actividades del festival de cortos durante la mañana de este viernes en el Cine Amor. Escolares de los colegios de la villa se sumergieron llenos de entusiasmo en el mundo de la animación, a través de la visualización y elaboración de cortos. Un total de 488 niños asistieron a la proyección de los cortometrajes del ciclo de animación Toon a Ville y participaron en el taller El show de la plasti.

El cine Amor acogió a primera hora de la mañana las proyecciones del ciclo de animación Toon a Ville, una propuesta que por cuarto año consecutivo ha ofrecido varios cortos de especial interés para los más pequeños. Esta sesión reunió a 278 niños de entre 5 y 8 años, estudiantes de tercero de Infantil y primero, segundo y tercero de Primaria de los colegios Castilla y León y San Gregorio.

El público infantil se divirtió con un pastelito juguetón que, después de una serie de aventuras, se queda a vivir con los duendes, argumento de El hombrecito de mazapán, de Janis Juskevics (Letonia). Seguidamente fueron un grupo de incansables lápices dentro de Pintando la naturaleza, de Dace Riduce (Letonia), que no pararon de pintar flores hasta que se vio interrumpido su trabajo por una mosca molesta.

Más tarde, en Dimitri en Ubuyú, de Agnès Lecreux y Fabien Drouet (Francia y Bélgica), el europeo pájaro protagonista cae en África quedando huérfano, y allí descubre los animales y los estilos de vida de la llanura. Finalmente, en Ratas en el museo, de Janis Cimermanis (Letonia), los protagonistas hacen las mil y una para alejar a estos roedores de las obras de arte.

Por otra parte, más de doscientos niños y niñas de 9 a 12 años se acercaron al Cine Amor para participar en el El show de la plasti. Antes de entrar a la sala cinematográfica, les fue brindado el material necesario para elaborar un muñeco de plastilina. Sentados en sus butacas, recibieron las instrucciones necesarias para confeccionar su particular personaje para una animación en stop motion (animación fotograma a fotograma).

Cada participante consiguió terminar su trabajo, más o menos complejo y original, elaborado con diferentes colores, diseños e imaginación. Tras mostrar sus obras, los creadores de los dos muñecos que más llamaron la atención de Alfonso Fulgencio y José Luis Farias, los integrantes de la empresa Paramotion Films Workshops, al frente del taller, fueron los que se convirtieron en los protagonistas de una animación foto a foto.

Los dos chavales, guiados y alentados por monitores y los espectadores se transformaron en actores improvisados, grabando paso a paso cada fotograma. Inmediatamente, la unión de estos fotogramas se convirtió en un corto de animación que pudo ser visto en directo en la gran pantalla y aplaudido por el joven público.

Por quinto año consecutivo, el festival ha contado con este taller de animación que otros años se ha desarrollado en la biblioteca pública en grupos reducidos. A lo largo de estos años, esta iniciativa, además de acercar a los más pequeños al mundo de la animación y la creatividad, ha servido para elaborar audiovisuales característicos del festival que se utilizan como cabecera introductoria en las diferentes proyecciones.

En estos talleres, los niños han colaborado en la grabación de audiovisuales de corta duración, entre 15 y 20 segundos, a partir de las figuras y los mensajes elaborados con galletas. En años precedentes, los participantes crearon la animación para recordar el público que apague su móvil, la introducción de las proyecciones sobre los cinco continentes, la sección nacional, la nacional panorama, la animación internacional y documental internacional. Del mismo modo, realizaron el corto a través del cual se ve cómo el festival pudo el pasado año soplar las 25 velas para celebrar sus bodas de plata.

Este taller lo desarrolla Paramotions Films Worshops, formado por profesionales relacionados con todos los agentes del mundo de la cultura, y concretamente del mundo audiovisual y la organización de eventos y actividades culturales, así como talleres creativos y cursos de formación, ya sean para niños y jóvenes como adultos. No obstante, los chavales son los verdaderos protagonistas y creadores dando forma y vida tanto a galletas como a la plastilina.