Por los bosques de ribera en los arroyos

Cualquiera que se dé un paseo cerca de alguno de los ríos o arroyos de la comarca palentina de Tierra de Campos pronto echará en falta un elemento muy vinculado a este tipo de ecosistemas: los bosques de ribera. Existen algunos retazos de vegetación arbórea y arbustiva a lo largo de los arroyos terracampinos, pero no conforman una línea homogénea de vegetación, sino que se presentan como pequeños parches alternos a lo largo de los diferentes cauces de la comarca.

Desde la asociación Aldama de Baquerín de Campos, y con el apoyo técnico y económico de la Fundación Caja de Burgos-Obra Social La Caixa, a través del Programa de Voluntariado Ambiental 2014, se ha trabajado para intentar paliar esta situación a través del desarrollo de un sencillo proyecto de recuperación del bosque de ribera en diferentes tramos del arroyo Valdeginate.

Durante la semana pasada se realizaron diversas plantaciones de árboles y arbustos autóctonos y propios del bosque de ribera. Para esta labor, contaron con el apoyo de más de treinta voluntarios procedentes del centro para la atención en toxicomanías y alcoholismo que la asociación Aldama gestiona en la localidad de Baquerín de Campos.

Programas terapéuticos

El resultado obtenido gracias a la ejecución de este voluntariado ambiental ha sido muy satisfactorio, tanto en lo ambiental como en lo personal. Por un lado se contribuyó a la recuperación del bosque de ribera en el arroyo Valdeginate con la plantación de más de trescientos plantones de cuatro especies diferentes, y por otro lado este tipo de actividades repercuten muy positivamente en el desarrollo de los programas terapéuticos que se llevan a cabo desde la asociación Aldama, facilitando así el contacto directo con la naturaleza y la creación de alternativas de ocupación del tiempo libre.

Además, la actividad matinal de reforestación se complementó durante la tarde con una visita al ecomuseo La Huerta de Valoria, un pequeño rincón en la estepa castellana, donde cada grupo de voluntarios pudo conocer de primera mano cómo el hombre ha aprovechado los recursos que le ofrece la naturaleza y ha conseguido vivir durante muchos años en armonía con ella.

La importancia ecológica que representan estos ecosistemas en cualquier entorno natural está de sobra demostrada, y entre sus beneficios destacan el aporte de refugio y alimento a la fauna local. Además, facilitan la conexión entre los diferentes hábitats actuando de corredores verdes, diversifican el paisaje y estabilizan los maltrechos cauces.